Asesinatos por encargo (sicariatos), en los que no solo se matan entre delincuentes, sino que también incluyen víctimas colaterales; una creciente actividad del narcotráfico que aumenta los casos de corrupción; robos y asaltos; el aumento en los casos de femicidios, etc.; esos son los temas que observamos, leemos y escuchamos día a día en los noticieros nacionales.
Sumemos a esta lista de hechos terribles el aumento en el costo de la vida, la disminución de la inversión pública en los servicios sociales, los altos precios de los fármacos, las irreconocibles rutas del arroz y el preocupante estado de la educación, entre otras aristas.
Resulta lógico entonces que exista un descenso drástico en la valoración positiva que presentaba la gestión del presidente Rodrigo Chaves Robles, misma que pasó del 63 % en el mes de noviembre del 2024 a 54 % para este mes de abril del 2025.
Asimismo, la aprobación de la gestión del actual Gobierno también se redujo de un 57 % que ostentaba en noviembre pasado, a un 50 % en abril del presente año.
Estos datos y otros más de gran relevancia para el análisis de la realidad nacional se encuentran en la Primera Encuesta Trimestral de Opinión Pública, que elaboró el Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP), y que fueron publicados este miércoles 2 de abril.
Para la población de Costa Rica, el principal problema continúa siendo la inseguridad y la delincuencia e inclusive esta valoración alcanza su punto más alto, al obtener un 43,7 %; además, la mayoría de las personas también mostraron poca o ninguna confianza en que el Gobierno liderado por Rodrigo Chaves pueda resolver, de alguna forma, esta situación. Un 74,3 % de las personas encuestadas muestra un disgusto con la gestión actual del Gobierno, lo que significa un aumento del 12 % en comparación con los resultados ofrecidos en noviembre del 2024.
Solo un 25,7 % dijo tener alguna o mucha confianza en el Gobierno para la solución de estos problemas.
Cuadro 5
Aunado a estos resultados, la población afirmó percibir que la educación ha desmejorado, pues el 50 % manifestó que ese sector está peor; esta medida inclusive aumentó en 10 puntos porcentuales con respecto a la que se obtuvo en mayo del 2024, cuando este indicador marcó 40 %. También bajó el porcentaje de personas quienes sienten que la educación ha mejorado, al pasar de 34 % en mayo del año pasado a 28 % en abril del 2025.
Otro indicador negativo es el de la percepción de la seguridad, en concordancia con los resultados de la inseguridad y delincuencia como el mayor problema del país.
Una aplastante mayoría del 78 % dijo que la situación de la seguridad está peor que hace un año, cuando este indicador marcó un 65 % (aumento del 13 %); mientras que la percepción de que está mejor disminuyó del 15 % en el 2024 a 12 % en este 2025.
Cuadro 8 y 9
Mientras tanto, de cara a las elecciones presidenciales y legislativas que se avecinan en febrero del 2026, las y los costarricenses siguen mostrando una actitud fría hacia esa campaña política.
Y es que, el 87 % de las personas encuestadas dijeron que no tienen ninguna simpatía partidaria, en contraposición al 13 % quienes sí manifestaron seguir a una agrupación política.
Al consultársele a ese 13 % sobre su afinidad con un partido político específico, el 4 % contestó que el Partido Liberación Nacional (42 personas); 3 % el Partido Progreso Social Democrático (32 personas); 1 % el Partido Unidad Social Cristiana (11 personas); 1 % el Frente Amplio (8 personas); y 0,5 % el Partido Liberal Progresista (5 personas).
“Este es un excelente ejemplo de que esta campaña política del 2026 no se caracteriza por la afinidad partidaria, sino que prevalecerá la imagen del candidato o candidata, o sea, la persona más que el partido político”, comentó al respecto el Dr. Ronald Alfaro Redondo, investigador del CIEP y docente de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica.
Otro indicador que aclara el panorama sobre cómo se comporta la población del país ante las próximas elecciones es el de la intención del voto: al realizar la consulta sobre por quién votará en las próximas elecciones, tres de cada cuatro personas (73 %) respondieron que sí lo harán pero que todavía no saben por quién.
“Es importante aclarar que en este trabajo estadístico no le damos las opciones de respuestas a quienes encuestamos. Aun así, vemos que entre la polarización política que caracteriza a Costa Rica en este momento de la historia, en cuanto a la intención de voto de la ciudadanía, más bien se da un fenómeno de despolarización, pues la gran mayoría no sabe por quién va a votar”, agregó Alfaro.
Finalmente, la Universidad de Costa Rica se mantiene como la mejor institución pública en cuanto a la valoración y evaluación de las labores que realizan, y es la única entidad estatal que sobrepasa la calificación de 8 en un total de 10, al obtener un 8,1 %.
Le siguen el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) con un 7 %; el Banco Central con un 6,8 %; el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) con un 6,7 %; el Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Policía con un 6,6 %; y la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) con un 6,2 %.
De últimos en esta calificación, se encuentran la Asamblea Legislativa con una valoración del 4,5 %; y los Partidos Políticos con 3,6 %.
Cuadro 7
Para crear la Primera Encuesta Trimestral de Opinión Pública del 2025 del CIEP entrevistó a ciudadanas y ciudadanos costarricenses que tuvieran teléfono celular, una característica que abarca al 97.5 % de la población del país.
Para ello, se utilizó un marco muestral del Plan Nacional de Numeración de la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL), al que se le aplicó un muestreo aleatorio para completar un total de 1001 entrevistas telefónicas a personas mayores de 18 años.
Este trabajo se hizo entre el 24 y el 27 de marzo del presente año donde se utilizó un nivel de confianza del 95 %. Los responsables de este estudio calculan un error muestral máximo de ±3 puntos porcentuales.
Además, aclaran que cualquier generalización que se realice al utilizar los resultados de esta encuesta debe aplicarse únicamente hacia la población que cuenta con un teléfono celular y no a la totalidad de la población.