La población permaneció con una confianza similar sobre su propio consumo de noviembre a febrero. Así lo evidenció la última calificación del Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que alcanzó los 53,2 puntos en ese segundo mes, muy similar a los 52,6 puntos de la encuesta anterior a finales del año pasado.
Pese a que la diferencia está dentro del margen establecido por la metodología de la encuesta para el puntaje (±1,8 puntos en el ICC), es evidente que la confianza en el consumo de las personas viene subiendo sin detenerse desde mayo del año pasado y que este resultado es el mejor que se registra en la Encuesta del Consumidor desde mayo del 2010, cuando la puntuación fue de 53,5.
Este es el dato más sobresaliente que arroja la primera medición trimestral del 2025, realizada por la Escuela de Estadística (EEs) y la Unidad de Servicios Estadísticos (USES) de la Universidad de Costa Rica (UCR). La misma se efectuó del 3 al 11 de febrero y contó con la participación de 707 personas mayores de 18 años, entrevistadas de manera aleatoria en todo el territorio nacional por medio de una llamada a su teléfono celular.
El estudio reporta diferencias estadísticas significativas cuando hay cambios mayores a ±3,7 puntos porcentuales y cuenta con una confianza del 95%. Fue coordinado por la investigadora y docente de la Escuela de Estadística, Fernanda Alvarado Leitón.
Aunque el mayor grupo de la población consumidora sigue posicionándose como “ni pesimista ni optimista” (ambivalentes) sobre la economía nacional (49,5 % en febrero), este número se redujo en -5,2 puntos porcentuales (p. p.) en comparación con la evaluación hecha en noviembre.
El bloque que sí aumentó fue el de los consumidores optimistas, que pasaron de un 30,6 % en la encuesta anterior a un 34,7 % en la actual (+ 4,1 p. p.). En cuanto a los pesimistas, quedaron con números parecidos a los obtenidos a finales del año pasado (pasando de 14,6 % a 15,8 %).
Si se toman en cuenta los datos sociodemográficos, se observa que hubo un importante repunte en el ICC entre quienes tienen 18 y 34 años, el cual creció en +3,4 puntos y llegó a 63,2 puntos, siendo el grupo más optimista (lo cual es la norma en este tipo de encuestas). Además, esta es la cifra más alta de toda la serie para este grupo.
También las personas con educación secundaria completa o incompleta incrementaron su puntaje en los últimos tres meses, el cual se ubicó en 59,2 puntos en febrero (+ 4,7 puntos). De igual manera, hubo un aumento en el ICC entre quienes viven en hogares con la posibilidad de ahorrar parte de sus ingresos, los cuales alcanzaron 67,8 puntos en febrero (+3,5 puntos).
No obstante, el estudio recalcó que “los incrementos de la confianza en ciertos subgrupos de la población deben ser analizados con cuidado, ya que estos incrementos pueden evidenciar el ensanchamiento de brechas en la confianza hacia la economía y no una mejora en la percepción de la misma. Por ejemplo, la diferencia en los valores del indicador entre quienes pueden ahorrar y quienes pasan grandes dificultades alcanzó en febrero 32,4 puntos, cifra que se encuentra por encima del promedio histórico de la brecha (25,3 puntos)”.
Este crecimiento en las distancias de la percepción del consumo se repite entre personas menores de 34 años y mayores de 50 (diferencia actual de 15,0 puntos contra los 10,0 del promedio histórico) y entre consumidores con primaria versus aquellos con estudios de secundaria (13,5 puntos en la última encuesta versus los 5,3 puntos del promedio histórico).
El ICC realiza dos mediciones: el Índice de Condiciones Económicas Actuales (ICEA) y el Índice de Expectativas Económicas (IEE). El primero valora la confianza de las personas consumidoras en la coyuntura económica presente y el segundo lo hace como una previsión hacia el futuro.
En ambos casos, no hubo cambios con respecto a noviembre. El ICEA reportó 50,9 puntos; mientras que el IEE, 54,7. Como es costumbre, la previsión sobre el futuro de la economía se valora mejor que el momento presente, con una diferencia de 3,8 puntos, la más baja desde mayo del 2019.
Las opiniones sobre la situación actual de la economía familiar, comparándola con un año atrás, permanecieron sin mayores variantes con respecto a noviembre: el 46,4 % aseguró estar igual, el 31,9 % dijo que mejor y el 20,2% aseguró que peor.
Tampoco hubo cambios en las opiniones de si son buenos tiempos para la compra de artículos grandes para el hogar: 41,1 % dijo que era un mal momento, 32,9 % afirmó que era un buen momento y 23,1 % señaló que no era un momento ni bueno ni malo.
En cuanto al IEE, destacaron dos cambios. El primero, que se redujo el porcentaje de personas que espera una situación económica igual dentro de un año (31,5 %; -7,4 p. p.). Y el segundo, que disminuyó en 5,4 p. p. la porción de la población que espera una crisis en el transcurso de cinco años (44,5 % de la muestra).
Ya propiamente en la valoración sobre cómo puede afectar la economía al bienestar personal, el 48,6 % de la encuesta sostiene que las tasas de interés aumentarán en el transcurso de un año, mientras que el 29,1 % augura que se mantendrán iguales y solo el 10,1 % prevé reducciones.
Sobre los posibles ingresos, el 57,7 % pronostica un aumento de sus recursos, el 26,0 % dice que estos no variarán y solo el 14,2 % aguarda que estos empeoren.
La mala percepción en la gestión de la economía desde el Ejecutivo se mantiene en este reciente estudio, sin que la brecha entre opiniones negativas y positivas haya tenido algún cambio significativo (-20 p. p. a favor de las opiniones que reprueban al Gobierno en este tema).
Así, las opiniones de que estas políticas son “pobres” sumaron un 43,0 % y es prácticamente el mismo porcentaje con respecto a noviembre. El 27,9 % afirma que la Administración Chaves Robles hace “lo necesario” en este aspecto y, finalmente, el 24 % dice que su labor es “buena”.
Tampoco hay perspectivas alentadoras en cuanto a la disminución del desempleo: 78 de cada 100 personas consideran que este no descenderá en los próximos 12 meses. De esa gente, el 36,1 % cree que el desempleo aumentará y el otro 41,9 % piensa que se mantendrá con números similares a los actuales.
De la misma manera, la opinión sobre una reducción de la pobreza durante el próximo año es bastante negativa: el 82,3 % de la muestra cree que esta no cederá terreno. De ese dato, el 41,3 % pronostica que habrá más personas pobres y el 41,1 % prevé que se mantenga igual a ahora. Solo el 15,7 % aguarda un descenso. Todos estos números son muy similares a los que mostró la encuesta de noviembre.
Aunque la mayoría de la población sigue coincidiendo en que no son buenos tiempos para comprar vehículo (48,4 %), esa porción es mucho menor que en noviembre (57,1 %), lo que significa un descenso de 8,7 p. p. entre una encuesta y la otra. Esto es casi la misma cantidad de puntos que aumentó el porcentaje de gente que afirma que sí son buenos tiempos, que ahora se ubica en 29,5 % (+8,2 p. p.).
En este sentido, la diferencia entre ambas opiniones es de 18,9 p. p. a favor de las negativas, pero esta brecha es casi la mitad en comparación con la mostrada en la investigación anterior (35,8 p. p., es decir, se redujo en 16,9 puntos).
Pero al considerar la posibilidad de comprar casa, el optimismo no es el mismo. En el caso de la adquisición de viviendas, el 53,4 % opinó que son malos tiempos para esta transacción (similar a noviembre), aunque quienes valoran que sí son buenos tiempos crecieron ligeramente en 4,2 p. p. (30,9 % en febrero).
La diferencia entre ambas opiniones fue de 22,5 p. p., lo cual muestra una reducción significativa en comparación con la que hubo en noviembre (28,0 p. p.).
Al igual que ha venido siendo la tendencia en los últimos meses, la mayoría de las personas auguran un combustible más costoso (57,7 %), en comparación con quienes creen que se mantendrá con precios similares a los que hubo en febrero (32,7 %), mientras que quienes piensan que estos bajarán son una minoría (4,8 %). Todos estos números son prácticamente los mismos que los mostrados en la encuesta de noviembre.
En tanto, la mayor cantidad de gente consultada afirmó que el precio del dólar continuará estable en ese mismo lapso: así lo consideró el 44,8 %. Aquellas personas que piensan que la divisa estadounidense se encarecerá conformaron el 36,3 % y, finalmente, quienes pronostican una caída en el valor de esta moneda sumaron un 10,9 %. Todos estos datos carecen de cambios destacables con respecto a noviembre.
Lo anterior se puede explicar porque, durante la aplicación de la encuesta, el valor de venta del dólar se mantuvo bastante estable entre los 507 y los 510 colones, según el precio de referencia del Banco Central de Costa Rica.