Universidad de Costa Rica
El Dr. Diego Hidalgo Leiva reconoce que su madre fue quien siempre lo impulsó y lo apoyó para cumplir el sueño de cursar una carrera universitaria. Foto: Laura Rodríguez.
La excelencia, la determinación y la humildad caracterizan al Dr. Diego Hidalgo Leiva, amante de la investigación, de la ingeniería sísmica y de la enseñanza. Por sus aportes significativos en esas áreas, este universitario recibió el Premio Nacional de Tecnología Clodomiro Picado Twight 2024, por parte del Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
Este joven científico de la Universidad de Costa Rica coordina el Laboratorio de Ingeniería Sísmica del Instituto de Investigaciones en Ingeniería (INII) y destaca por su extenuante labor en el estudio y análisis del comportamiento de las estructuras y de la amenaza sísmica.
Hidalgo cuenta con un Doctorado en Ingeniería Sísmica en la Universidad Politécnica de Cataluña, en donde se enfocó en el análisis estructural probabilista orientado a la evaluación del daño sísmico con aplicaciones a tipologías constructivas empleadas en Costa Rica. Además, tiene una Maestría en Ingeniería Civil con énfasis en Ingeniería Estructural de la Universidad de Costa Rica, en la cual estudió la vulnerabilidad de las instalaciones hospitalarias; así como una Licenciatura en Ingeniería Civil de la misma universidad, en la que se enfocó en el comportamiento de estructuras de concreto reforzado.
Pero más allá de su evidente trayectoria en el campo de la ciencia y la investigación, el joven de 40 años y oriundo de Pérez Zeledón resalta por su calidad humana. Esto lo confirmó al reiterar el orgullo que siente por sus humildes raíces y, sobre todo, al recalcar el esfuerzo y determinación que ha empleado para conseguir sus metas.
A sus 14 años, tras apoyar a un maestro de obras en la remodelación de su casa, descubrió su interés por la ingeniería civil; antes pensaba convertirse en médico. Desde ese momento, buscó información sobre la carrera y se apoyó mucho en un profesor del colegio que impartía la materia de física y que había cursado Ingeniería Industrial.
Hidalgo logró confirmar su vocación cuando tuvo la oportunidad de visitar la Universidad de Costa Rica. En la Feria Vocacional, pudo corroborar que la ingeniería civil era su pasión.
Sin embargo, el camino para llegar a la UCR no fue fácil. Se puede describir como una ruta cuesta arriba, en la que los obstáculos fueron superados por Hidalgo y su familia con las herramientas del esfuerzo, la voluntad y la firmeza.
Cursó la primaria en la Escuela Laboratorio y la concluyó en el Centro Educativo Pedro Pérez Zeledón. Su etapa de secundaria la vivió en el Liceo Unesco, en donde recuerda y destaca la calidad de los docentes que tuvo.
“Yo siempre he dicho que yo soy fruto, no solo de la educación pública, sino del Estado social, porque mi familia vivió de una pensión asistencial por incapacidad de mi papá y yo logré estudiar gracias a las becas. En la UCR, yo tuve la máxima categoría de beca, que en ese entonces era la beca 11 e incluía reubicación geográfica, tiquetes de alimentación y un dinero para otros gastos. Sin ella no hubiese podido estudiar”, expresó Hidalgo.
Hidalgo también recordó que uno de los desafíos más importantes que enfrentó para poder cumplir su sueño de cursar una carrera universitaria fue el cambio de residencia.
Desde su perspectiva, fue muy difícil dejar su querido Pérez Zeledón para trasladarse junto con su familia a la capital, específicamente a Coronado, en donde en un principio todo le parecía frío, no solo por el clima, sino por el nuevo entorno en el que todo era desconocido para él.
Cuenta que fue hasta el segundo año de carrera cuando pudo adaptarse a la nueva dinámica, gracias al apoyo de una excompañera de colegio, quien también cursaba una ingeniería en la UCR.
De su etapa universitaria, Hidalgo agradece la formación de excelencia y calidad que le brindó la UCR, así como la oportunidad de haber sido becado y de poder realizar horas asistente en diferentes centros de investigación que le ayudaron a fortalecer su trayectoria profesional, por ejemplo, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) y el Programa de Investigación en Desarrollo Urbano Sostenible (Produs); pero sobre todo retribuye a la alma mater por abrirle un mundo de posibilidades en cuanto a la investigación, la multidisciplinariedad, la docencia y la internacionalización.
Además, Hidalgo rescató que gracias a la UCR y a la Facultad de Ingeniería logró cursar el doctorado en el exterior, el cual se convirtió en la herramienta que le permitió encontrar su pasión por la ingeniería sísmica y estructural, articular redes de investigación y regresar al país para seguir innovando en esta área.
“Aquí en la U tenemos acceso a una base de datos de registros acelerográficos buenísima que hay que sacarle provecho. Entonces estamos haciendo pruebas experimentales en una de las tipologías estructurales que yo estudio, que es la mampostería reforzada, esto gracias a algunos fondos que hemos conseguido. Esto lo complementamos con análisis numéricos que se combinan con los registros de aceleración, y es así como tenemos todo el panel para poder hacer cosas muy interesantes que otros países se lo desearían a nivel de investigación. Es un trabajo diferente, pero necesario. Lo que estudiamos son cosas que no se investigan en otras partes del mundo, porque Costa Rica tiene una propia amenaza sísmica, sus propios registros de aceleración y sus propios sismos; por eso, hay que estudiarlo”, explicó.
En este sentido, también destacó el apoyo de sus mentores en las áreas de ingeniería estructural, ingeniería sísmica y desarrollo de ciudades seguras: Víctor Schmitd Díaz, Álvaro Poveda Vargas, Rosendo Pujol Mesalles y Miguel Cruz Azofeifa.
Además, subrayó lo importante que es para él ejercer la labor docente en la UCR, en donde su mayor reto es inspirar a nuevas generaciones de ingenieras e ingenieros, así como sembrar en estas personas la semilla del humanismo, de la excelencia y la calidad.
Este amante de la ingeniería sísmica opina que Costa Rica aún tiene desafíos en el estudio de este tema. Asimismo, considera oportuno formar más profesionales que se dediquen a la investigación del comportamiento de los suelos, de la ingeniería estructural y la sismología, con el objetivo de contar con ciudades resilientes y seguras. Foto: Laura Rodríguez.
El Premio Nacional de Ciencia y Tecnología Clodomiro Picado Twight se les otorga a las personas que han generado un aporte significativo en las áreas de investigación científica y desarrollo tecnológico en el país, y que representan un compromiso real con el fomento de la ciencia y la innovación.
Por ese motivo, Hidalgo asegura que recibir este reconocimiento es un honor, ya que da mérito a su logro personal, pero también representa y premia el trabajo que ha realizado el país durante las últimas cinco décadas, en el campo de la ingeniería sísmica.
“Estoy feliz porque este reconocimiento también es para mis profesores, y los profesores de ellos, que han construido una cultura en la que se valora y respeta la investigación sobre el comportamiento de estructuras y la amenaza sísmica”, afirmó.
Además, Hidalgo vislumbra en este galardón un compromiso para continuar aportando a la sociedad costarricense en las áreas de la docencia, la investigación y la acción social.
“Como docente, este reconocimiento me inspira a seguir apoyando a las nuevas generaciones de ingenieras e ingenieros, para que tomen este legado y lo lleven aún más lejos con nuevas contribuciones a la sociedad. Como investigador, me plantea una gran responsabilidad y el desafío de continuar las líneas de investigación en las que he trabajado, con el objetivo de generar un mayor impacto. Esto incluye temas relacionados con la normativa de diseño sísmico, la evaluación del riesgo en nuestras ciudades, y la propuesta de medidas de mitigación. También debemos seguir mejorando el estudio de la amenaza sísmica, un aspecto crucial para un país en constante desarrollo como el nuestro, donde garantizar infraestructuras seguras debe ser una prioridad”, expresó.
Más allá de despertar la curiosidad y el amor por la ciencia, la UCR también le dio a este joven científico la posibilidad de encontrar a una compañera de vida, quien al igual que él comparte la pasión por el mundo de la academia.
Al respecto, Hidalgo aseguró sentirse afortunado de tener una pareja que comprende y comparte su mismo lenguaje, que es su “par” y que siente el mismo ímpetu por las aulas universitarias, los proyectos de investigación y el desarrollo de la ciencia aplicada.
“Soy una persona que tiene pocos pasatiempos. Y, de verdad tratamos, mi esposa y yo, de no hablar tanto de cosas del trabajo y de la U cuando estamos fuera de nuestros horarios. En algunas ocasiones se nos dificulta porque los dos somos apasionados de lo que hacemos, ella de la genética humana y yo de la ingeniería sísmica”, narró Hidalgo.
Ambos científicos comparten otras aficiones como el amor por sus mascotas caninas y por el deporte. En el caso de Hidalgo, él ha practicado el atletismo y en la actualidad se dedica al crossfit.
En su opinión, la UCR es un lugar que les ha permitido crecer a nivel profesional y personal, y que se ha convertido en una parte muy importante de sus vidas.
Tras un íntegro proceso de evaluación de 22 postulaciones en la categoría de Ciencia y 7 en la categoría de Tecnología, el Dr. Hidalgo será galardonado oficialmente por el Micitt con el Premio Nacional de Tecnología Clodomiro Picado Twight 2024, el jueves 23 de enero del 2025, a las 2:00 p. m.
Junto a él será premiada también la Dra. Henriette Raventós Vorst en la categoría de Ciencia.
Ambos son catedráticos de la Universidad de Costa Rica y destacan por sus aportes significativos en sus respectivos campos.
