Saltar Navegación
Billetes
Encuesta Actualidades 2024
Para muchos ticos y ticas, la satisfacción con la vida está condicionada por el dinero
Los resultados de la encuesta indican que, a mayor ingreso, mayor satisfacción con la vida
8 ene 2025Salud

Lo anterior puede resultar lógico. Entre más dinero, mayores posibilidades para adquirir bienes, servicios, alimentación, diversión y, por lo tanto, una mayor calidad de vida.

En palabras simples, el dinero es esa moneda de cambio que permite obtener lo necesario, y hasta más, para la subsistencia. Lamentablemente, en Costa Rica no todas las personas perciben tener esa posibilidad.

Así lo expuso la última encuesta Actualidades, efectuada por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR).

La encuesta abordó un total de seis temas, para los cuales se efectuaron 1 179 entrevistas asistidas por computador y que abordan el 97 % de la población de 18 años y más.

En relación con el primer módulo, vinculado con la felicidad, la encuesta mostró una relación directa entre el ingreso subjetivo y la satisfacción con la vida.

Las personas que declararon contar con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades reportaron niveles de satisfacción más altos, en comparación con aquellas en condiciones económicas más desfavorables.

Asimismo, quienes señalaron que "les alcanza y pueden ahorrar" calificaron su satisfacción general en 9 puntos, mientras que aquellos con mayores dificultades económicas dieron un promedio de 7,9.

“Decidimos estudiar el tema de satisfacción con la vida porque Costa Rica tiene la reputación de ser uno de los países más felices del mundo. Entonces, queríamos explorar qué percibían las y los mismos costarricenses a lo interno. Nos dimos cuenta que algunas personas, de manera muy subjetiva, sienten que no les alcanza para vivir y esto influye en su percepción de felicidad”, expresó Andrey Porras Salgado, uno de los tres estudiantes de Estadística de la UCR a cargo del primer tema.

Adicional a lo anterior, la encuesta evidenció que la falta de ingresos no solo afectaba la percepción de bienestar general, sino que también influye en la valoración del nivel educativo.

Los datos arrojaron que las personas con menores ingresos sentían tener una menor satisfacción con su educación, en contraste con quienes han cursado estudios universitarios y tienen una mayor estabilidad económica. ¡Y esto no es todo!

Los resultados también evidenciaron diferencias significativas entre los grupos. Los hombres, las personas mayores de 50 años, y quienes tienen acceso a la educación universitaria, reportaron niveles de satisfacción más altos que las mujeres, los jóvenes y las personas con estudios limitados.

Además, aquellos que se autoidentificaban como mestizos o no blancos mostraron una menor satisfacción con su nivel educativo.

“Se observa que los niveles de satisfacción con estas dimensiones no son uniformes en la población. En particular, quienes dicen tener dificultades económicas reportan niveles de satisfacción menores que el resto de la población, lo que subraya las repercusiones de las inequidades económicas en la calidad de vida de las personas. También, al examinar otras dimensiones de la vida de las personas, se encontró que una de cada tres afirmó no haber logrado sus metas”, se indica en el documento.

Andrey Porras Salgado, estudiante de Estadística UCR

¿Se podría cambiar algo para ser felices?

Para la población encuestada, sí. Precisamente, el 21 % de las y los entrevistados mencionó que, si pudieran cambiar algo, aumentarían sus ingresos o cambiarían de residencia, mientras que un 17, 6% terminaría o empezaría estudios y un 15,9 % iniciaría un nuevo trabajo.

Esas respuestas destacan la importancia del bienestar económico como un pilar fundamental para muchos costarricenses. Para el Dr. Andrey Sequeira Cordero, neurobiólogo de la UCR, esto es esperable.

Desde el punto de vista de las neurociencias, la felicidad es un estado positivo, agradable o placentero que genera sentimientos de bienestar, como resultado de la interacción entre procesos biológicos, químicos y psicológicos en el cerebro.

Ese estado de bienestar, aseveró el Dr. Sequeira, puede estar fuertemente influenciado por factores externos como lo son aquellos estímulos que se perciben como estresantes. ¿Tres ejemplos concretos? La escasez, la pobreza o la violencia.

Esas —y otras formas generadoras de estrés— pueden alterar la función cerebral y reducir la sensación de bienestar de las personas y, por lo tanto, la felicidad percibida.

“A modo de generalización (con sus excepciones, por supuesto) la felicidad de las personas sí requiere de un ingreso mínimo para evitar todas esas fuentes de estrés y esas carencias. De hecho, los resultados de la encuesta lo evidencian: entre más bajo el ingreso, menores niveles de satisfacción, lo cual podría explicarse por mayores niveles de estrés y menores niveles de experiencias positivas recompensantes”, agregó el Dr. Sequeira.

¿El dinero cambia a la gente?

A nivel biológico, la respuesta a esa pregunta es que sí puede influir. ¿Cómo? Justamente como lo indicó el Dr. Sequeira: por la posibilidad de  incrementar la exposición a experiencias positivas recompensantes y reducir el número de experiencias estresantes.

Por muchos años la ciencia ha descrito que, si un individuo está rodeado de estímulos positivos, es probable que estos se traduzcan en mejoras en sus condiciones de vida.

Incluso, un estudio científico publicado en el 2020 por el Centro de Investigación en Neurociencias y el Instituto de Investigaciones en Salud de la UCR, señala que el enriquecimiento ambiental (EA), entendido como aquel que integra una serie de estímulos positivos como la actividad física, la interacción social —así como la estimulación sensorial y motora— tenía la posibilidad de generar mayores beneficios para la salud en comparación con la fluoxetina, uno de los antidepresivos más usados a nivel nacional e internacional.

Así, cada experiencia positiva recompensante tiene un poder enorme capaz de modificar los circuitos cerebrales que controlan la percepción de bienestar, al generar cambios que, en última instancia, favorecen la percepción y llevan a que las personas se sientan más plenas, motivadas y felices.

¿Cuál es el reto aquí? Que la posibilidad de tener más y mejores experiencias positivas radica, en gran parte, en el poder adquisitivo.

“Por supuesto, la realización de estas actividades también se ve altamente influenciada por el ingreso. No obstante, es posible ajustar las actividades a las condiciones particulares de cada persona, de manera que la mayor cantidad de gente posible pueda mejorar su bienestar y su vida”, motivó el Dr. Sequeira. 

Un país que luce inhóspito

Adicional a los componentes de calidad de vida, el primer módulo de la encuesta también dio a conocer que un 74,7 % está disgustado por la situación del país.

Dicho dato refleja un descontento colectivo frente a las condiciones sociales y políticas, que también impactan la percepción de bienestar.

“El lograr metas y la situación del país se calificaron peor. Mientras que un 66,5 % dijo estar de acuerdo o muy de acuerdo con que ha logrado sus metas, solo un 25,3 % expresó estar a gusto con la situación del país”, se indica en el informe.

La encuesta deja claro que, para muchos ticos y ticas, el dinero sigue siendo un factor determinante en su satisfacción con la vida.

Lo anterior subraya la necesidad de políticas públicas orientadas a reducir las desigualdades económicas y ofrecer mayores oportunidades educativas y laborales, para construir un futuro en el que más personas puedan sentirse plenamente realizadas.

Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Comunicación Institucional
Área de cobertura: ciencias de la salud
jenniffer.jismzpmenezcordoba  @ucryghs.ac.cr

Comentarios:

0
    Utilizar cuenta UCR
    *

    Artículos Similares:

    Regresar Arriba