Por 50 años, la carrera de Trabajo Social de la Sede de Occidente ha formado profesionales de diferentes zonas del país y ha desarrollado proyectos de investigación y acción social que han impactado a diferentes poblaciones.
Esta opción académica creció de la mano de la regionalización, y surgió por la necesidad de expandir la universidad a diferentes regiones del país. La M. Sc. Doris Piñeiro Ruiz, encargada de la carrera, aseguró que esta es la primera carrera en la Sede después del proceso de regionalización, y que su creación es el resultado de la demanda histórica de sectores organizados de la región y de los debates y acuerdos dados a lo interno de la Universidad de Costa Rica.
Desde sus inicios, en 1974, la carrera empezó un proceso de evolución constante, ya que al ser una opción académica propia de la Sede, ha logrado adaptar su plan de estudios a las necesidades de la región, lo que le ha permitido tener un sello propio, reconocido por docentes, estudiantes y empleadores.
“Nosotros tenemos un plan de estudios propio y en nuestra historia le hemos hecho 12 modificaciones, hemos tratado de ir adecuándolo a las necesidades de la sociedad actual y de la zona, que tiene características muy particulares”, aseguró Piñeiro.
Explicó que las personas egresadas salen muy preparadas en la parte socioeducativa promocional debido al enfoque que tiene la carrera. “Ellos adquieren herramientas teórico-metodológicas, técnico operativas y ético políticas que son muy importantes”.
Además de la formación profesional, que ha beneficiado a estudiantes provenientes de la zona de Occidente, Guanacaste, Puntarenas, Limón y Pérez Zeledón, entre otros, se ha logrado impactar a la comunidad por medio de prácticas profesionales, tesis de licenciatura y proyectos de Investigación y Acción Social.
Piñeiro aseguró que, por medio de la investigación, el equipo docente se mantiene actualizado con las tendencias, problemáticas sociales y avances en el campo de las ciencias sociales. “Esto les permite ofrecer una educación más relevante y conectada con la realidad, beneficiando a estudiantes y comunidad en general”.
A su vez, mencionó que los proyectos de Trabajo Comunal Universitario y Extensión Docente, permiten trabajar con poblaciones vulnerables, y los estudiantes tienen la oportunidad de desarrollar una comprensión más profunda de las dinámicas de poder, desigualdad y exclusión. Además, se crean entornos para que estas poblaciones se puedan expresar libremente, recibir apoyo psicosocial y acceder a recursos de manera segura y sin estigmatización.
Piñeiro concluyó que la carrera durante sus 50 años de existencia ha sido una plataforma para educar a la sociedad costarricense sobre problemas estructurales como la desigualdad social, la pobreza, la violencia de género y la exclusión social, entre otras.
Yariela Carranza Murillo y Cristian Rodríguez Barrantes, egresados de la carrera, destacan que Trabajo Social en Occidente tiene un vínculo muy fuerte con la comunidad, que se ve reflejado en la formación académica, así como en los proyectos de investigación y acción social que se desarrollan.
Carranza es procedente de Pococí de Limón y se graduó como licenciada en el 2021. Ella menciona que la historia de lucha que caracteriza a la región de Occidente se ve reflejada en los procesos de enseñanza y aprendizaje que se gestan desde la UCR y desde la carrera.
Señala que la formación académica recibida aporta criticidad a los procesos de investigación e impulsa la construcción de conocimiento colectivo con las poblaciones de las comunidades cercanas a la comunidad. “Es formación para buscar, desde los espacios institucionales y de inserción laboral, la garantía de derechos y la movilidad social ascendente de las personas que se encuentran en pobreza y pobreza extrema”.
“La yo que ya pasó por ese proceso valora la carrera porque no solo te interpela en el ámbito profesional, sino que también pasa por estructuras personales, porque es una carrera que te motiva a deconstruirte para entender los fenómenos sociales y actuar de manera oportuna, de manera rigurosa, definitivamente me ha marcado en todas las áreas y eso ha sido muy significativo para mí”, aseguró.
Por su parte, Cristian Rodríguez Barrantes, procedente de San Roque de Grecia y egresado en el año 2011, señaló que la oportunidad de estudiar Trabajo Social en la Sede le cambió la vida.
“No solo en el sentido de poder estudiar una carrera, de poder graduarme, de poder tener una profesión, sino también de la apertura al mundo que le da a uno estudiar una carrera de Ciencias Sociales, sobre todo Trabajo Social”.
Señaló que esta opción académica tiene un enfoque más dirigido a la comunidad, hacia el desarrollo de esos ámbitos organizacionales, de esos espacios comunales, “entonces eso le impregna un sentido diferente a cómo se ejerce la profesión de los que somos egresados de la Sede de Occidente”.
Además, explicó que el beneficio se ve reflejado en todo el país, porque en la Sede se forman personas de todas las regiones que van a ejercer su profesión, priorizando esa visión comunal con la que fueron formados, "eso es un gran aporte que le hace la carrera a uno y que uno lo devuelve a la sociedad, no solamente a la región de Occidente, sino también al país. Somos profesionales que tenemos otra visión de mundo, que tenemos una visión crítica de la realidad, que tenemos una perspicacia para analizar los distintos contextos sociales en los que nos desenvolvemos y por eso creo que nos distinguimos mucho las y los trabajadores sociales formados en la Sede de Occidente.