Las mujeres mostraron una mejora de 9 puntos en su confianza como consumidoras y ahora tienen una nota de 49,9 puntos. No obstante, esta percepción sigue estando 4,4 puntos por debajo de la masculina. Imagen con fines ilustrativos.
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.Aunque la calificación dada por la población a su confianza en la economía parecía haber entrado en crisis durante el mes de mayo, estas opiniones mejoraron sustancialmente para agosto, haciendo que el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) vuelva a tener números considerados “neutros”, al alcanzar una nota de 51,7 puntos.
Este aumento 6,4 puntos quedó reflejado en los resultados de la III Encuesta del Consumidor 2024, presentada este viernes 13 de setiembre por la Escuela de Estadística (EEs) y la Unidad de Servicios Estadísticos (USES) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Ese es el mejor resultado que ha tenido el ICC en los últimos 14 años. Para encontrar una mejor calificación hay que remontarse a mayo del 2010, cuando este indicador puntuó un 53,5.
Para este análisis se entrevistaron a 702 personas mayores de 18 años, del 5 al 12 de agosto, en todo el territorio nacional, de manera aleatoria, usuarias de teléfono celular, lo que significa una cobertura proyectada que ronda el 97 % de habitantes en el país.
El análisis tuvo un error de muestreo de ±1,8 puntos, un margen de error de ±3,7 puntos porcentuales (p. p.) en el caso de los porcentajes y una confianza del 95 %. Este estudio es coordinado por la investigadora y docente de la Escuela de Estadística, Fernanda Alvarado Leitón.
La gran mayoría de personas sigue considerándose como “ni pesimista ni optimista” (ambivalentes) sobre la economía nacional (50,6 %), algo que no tuvo mayores cambios con respecto a mayo. Donde sí se ve una diferencia importante es en la caída de las opiniones pesimistas, que se redujeron en 7,5 p. p. en comparación con esa misma encuesta y alcanzaron un 17,1 %; mientras las opiniones optimistas aumentaron exactamente en el mismo número con respecto a mayo y ahora conforman el 32,3 %.
De acuerdo con el informe de la EEs y de la USES, esta mejora en la percepción de la economía se refleja en un aumento de las calificaciones en los grupos que tradicionalmente opinan con mayor desconfianza. Por ejemplo, con respecto al ICC por sexo, las mujeres mejoraron en 9,0 puntos la calificación que dan a la economía (para un total de 49,9), un crecimiento incluso superior al de los hombres (+3,4 puntos, igual a 54,3 puntos).
En cuanto a las edades, las que registraron una mayor mejoría fueron las personas con 50 años o más (+8,4 puntos), aunque las otras categorías también mostraron números mayores a los que tenían en mayo, en ambos casos superiores a 5 puntos.
Por nivel educativo, fue el grupo con educación de primaria completa o menos el que más subió su ICC (+9,4 puntos), aunque esto también ocurrió en personas con educación secundaria (+4,9 puntos) y universitaria (+4,1 puntos).
Incluso en los hogares con ingresos menores al medio millón de colones mensuales también se reportó una mejoría de esta calificación (+8,0 puntos, lo que suma 46,0 puntos). Quienes perciben más de esa cifra también sumaron positivismo, aunque no tanto como el primer grupo (+4,0 puntos).
Sin embargo, a pesar de las mejoras en estos grupos tradicionalmente “más pesimistas”, la composición base de “más optimistas” no cambia. Es decir, que los de mejor ICC siguen siendo los hombres, la gente de 34 años o menos, con educación universitaria y quienes mensualmente suman más de 500 mil colones en sus hogares. En el sentido contrario, el grupo “más pesimista” sigue conformado por mujeres, personas con 50 años o más, solamente con educación primaria o menos y que reciben un ingreso mensual menor al medio millón de colones.
El ICC realiza dos mediciones: el Índice de Condiciones Económicas Actuales (ICEA) y el Índice de Expectativas Económicas (IEE). El primero valora la confianza de las personas consumidoras en la coyuntura económica presente y el segundo lo hace como una previsión hacia el futuro.
Como es de esperar, basándose en los resultados ya presentados, ambos índices tuvieron un comportamiento al alza. En el caso del ICEA se evidencia una mejora de 6,6 puntos en comparación con mayo, para una nota de 48,1 puntos; mientras que el IEE también se incrementó en 6,3 puntos para alcanzar los 54,1 puntos. Como ha sido la tónica en estas encuestas, la previsión sobre el futuro de la economía sigue valorándose mejor que el momento presente, con una diferencia de 6,0 puntos a favor del IEE en esta oportunidad.
Al analizar específicamente el ICEA, se observa un aumento de 5,4 p. p. en el porcentaje de personas que dicen estar mejor que hace un año (31,0 en agosto), mientras que hay una evidente caída entre quienes afirman estar peor que hace un año (23,0 %; -9,4 p. p.).
En cuanto al IEE, la población que espera estar mejor dentro de un año creció 7,9 puntos y ahora conforma el 46,6 %. El grupo que afirma lo opuesto se mantuvo dentro del margen de error y por lo tanto sin mayores cambios, mientras que quienes creen que “estarán igual” pasaron de un 36,1 % a un 31,1 % (-5 p. p.). En otras palabras, el grupo mayoritario es el que muestra más optimismo en el porvenir de su situación económica.
No obstante, una buena parte de la muestra analizada continúa afirmando que en los próximos 5 años habrá una crisis económica (44,6 %; -11,5 p. p.), muy por encima de quienes esperan “buenos tiempos” (32,1 %; + 4,9 p. p.).
Cuando se trata de las expectativas sobre el ingreso mensual propio de cada hogar para los próximos 12 meses, las personas siguen muy positivas en torno a esas entradas: el 53,6 % espera ganar más dinero (sin cambios en comparación con mayo), el 32,6 cree que se mantendrán iguales (+6,0 p. p.) y solo un 11,5 % considera que tendrá menos recursos (-6,1 p. p.).
Es curioso que, a pesar de esta tendencia a pensar positivamente sobre la economía particular, la encuesta también revela que no hubo cambios en el porcentaje de personas que creen que su capacidad de compra mejorará (24,0 %); es decir, se trata de gente que cree que los precios no aumentarán tanto como sus ingresos, aunque sí se redujo el porcentaje de quienes esperan que su capacidad de compra merme (-7,7 p. p. para un 22,8 % en agosto).
Donde no hubo cambios significativos fue en lo que se espera de las tasas de interés: un 46,2 % cree que estas podrían incrementarse, un 30,8 % afirmó que se mantendrán similares y el 11,0 % piensa que disminuirán.
La percepción negativa en torno a las políticas económicas y sociales del Gobierno continúan en este reciente estudio, aunque la diferencia entre las opiniones contrarias y a favor se redujo un poco.
Las opiniones de que estas políticas son “pobres” sumaron un 41,1 % y se mantienen sin mayores cambios con respecto a mayo pasado. De hecho, este sería el tercer peor resultado que da la población para la Administración Chaves Robles específicamente sobre este tema.
Con respecto a las consideraciones de que el Gobierno hace un trabajo “bueno”, estas mejoraron 3,9 p. p., llegando así al 21,4 %. En tanto, quienes piensan que el Ejecutivo hace apenas “lo necesario” se redujeron en 4,4 p. p. (31,0 %). En este tema, el “único respiro” para el Gobierno es que la diferencia entre opiniones negativas y positivas bajó en 7 p. p. (-20 p. p. en agosto contra -27 p. p. en mayo), aunque también es la tercera diferencia más alta en lo que va de esta Administración.
Tampoco ha cambiado en mayor medida el negativismo hacia la generación de más pobreza en los próximos 12 meses (40,7 %; -4,6 p. p. con respecto a mayo) y el desempleo (34,1 %; sin cambios en comparación con la encuesta anterior).
Aunque es evidente la diferencia mayoritaria a favor de las opiniones negativas ante la pregunta de si son buenos tiempos para comprar casa o carro, existen variaciones entre uno y otro bien, en comparación con la encuesta anterior.
Al consultar a la muestra sobre la coyuntura actual para adquirir una vivienda, el 23,5 % dijo que son buenos tiempos (sin variantes significativas en relación con la pasada encuesta), mientras el 55,0 % dice que son “malos tiempos” (-5 p. p.) y el 17,4 % afirma que “ni lo uno, ni lo otro” (+6,3 p. p.). En este caso la diferencia es de 31,5 p. p. a favor de los malos tiempos, misma que se erosionó un poco en comparación con el estudio anterior (34,2 p. p.). De hecho, es la menor desde agosto del 2017.
Con respecto a los automotores, el 22,6 % dijo que son buenos tiempos para adquirir uno (sin cambios desde mayo), el 54,9 % aseguró que son malos tiempos (-10,2 p. p. en comparación con el estudio previo) y el 17,0 % dijo que ni uno ni lo otro (+6,7 p. p.). La diferencia entre buenos y malos tiempos fue de 32,3 p. p. a favor de estos últimos y también es menor que la presentada en mayo (43,7 p. p.). Incluso, es la más baja desde febrero de 2015.
La cantidad de personas que espera un incremento en el precio de la gasolina y el diesel para los próximos 12 meses fue del 63,8 %, lo que la constituye en la previsión mayoritaria. No obstante, esta bajó 10,1 puntos porcentuales con respecto a mayo. Al contrario, solo el 3,0 % dijo aguardar una rebaja, una cifra casi igual a la que hubo en la encuesta anterior. Finalmente, una cuarta parte de la gente considera que los precios se mantendrán iguales.
En tanto, la mayor cantidad de la muestra afirmó que el precio del dólar continuará estable en ese mismo lapso: así lo consideró el 41,8 % (+9,6 p. p. en comparación con mayo). Aquellas personas que piensan que la divisa estadounidense se encarecerá conformaron el 37,4 %, dejando atrás el 49,5 % del último estudio en el que fueron mayoritarias (-12,1 p. p.) y, finalmente, quienes pronostican una caída en el valor de esta moneda sumaron un 10,3 %, sin cambios destacables.
Lo anterior se puede explicar porque durante la aplicación de la encuesta, el valor de venta del dólar osciló entre los 523 y los 529 colones sin sufrir muchas variantes, según el precio de referencia del Banco Central de Costa Rica.
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