Un idioma tiene palabras y expresiones que, aunque se puedan aprender mediante un diccionario o un libro de texto, es posible asimilarlas mejor y más rápidamente cuando la persona se expone a la situación y a su contexto. Y, si es por medio de una comedia televisiva, los resultados podrían ser todavía más positivos.
Así lo corroboraron dos profesoras de la Escuela de Lenguas Modernas, quienes expusieron a un grupo de alumnos de bajo rendimiento de un curso de nivel B1, de la carrera de Bachillerato en Inglés, a observar videos de comedias de situación subtitulados en inglés, con la finalidad de aumentar su vocabulario. Luego, compararon las conclusiones con otro grupo que siguió la metodología tradicional de estudio.
El artículo, que resume el trabajo de investigación de las docentes Netzi Valdelomar Miranda y Andrea Lasso de la Vega Moreno, inicia señalando que las clases de inglés como lengua extranjera se caracterizan por tener grupos muy heterogéneos. Es decir, hay estudiantes con un mejor dominio del idioma que otros y son los que, al final, tienden a monopolizar el uso de la palabra y a tener un mayor aprovechamiento de la experiencia educativa.
Por otro lado, hay personas que procuran no participar en clase por diversos factores, entre los que destacan aspectos psicológicos, como ansiedad y poca seguridad en sí mismas, y otros relacionados con el contenido propio del curso, como dificultades con la gramática y el desconocimiento del vocabulario.
“Expandir el léxico es uno de los pasos más importantes del proceso de aprendizaje de un idioma. La comprensión y la producción pueden ser obstaculizadas por un pobre vocabulario. Si bien aprender vocabulario no debe ser visto como un objetivo en sí mismo, porque sin gramática poco puede ser transmitido, lo cierto es que sin vocabulario nada puede ser transmitido”, subraya el artículo.
En este sentido, Valdelomar y Lasso de la Vega señalan que los estudiantes suelen mostrar mayor avance en la adquisición de nuevo vocabulario cuando se exponen a ejercicios de lectura o de escucha relevantes para ellos. Además, los resultados son mucho mejores cuando estos provienen de películas, programas de televisión y videos, porque el mensaje se puede escuchar y visualizar.
“Estos recursos audiovisuales permiten conocer el lenguaje coloquial, ejemplos de jerga y expresiones idiomáticas. También pueden familiarizarse con el lenguaje corporal y gestos que acompañan esas palabras o expresiones. Eso refuerza el aprendizaje de los conceptos. Esos beneficios son mayores cuando los videos tienen subtítulos y, especialmente, si este recurso es usado por estudiantes de nivel principiante y de bajo rendimiento”, apuntan las docentes.
En esta línea, las autoras destacan lo señalado por Noa Talavan, miembro del Departamento de Filologías Extranjeras y sus Lingüísticas, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España, quien asegura que los videos subtitulados permiten que los estudiantes reciban nuevos aportes por medio de tres canales diferentes: texto escrito, texto oral e imágenes. Esta mezcla posibilita una mayor retención de elementos léxicos nuevos y viejos para asociaciones que los estudiantes puedan hacer. En otras palabras, el poder de las imágenes es mejorado por la presencia del sonido y del texto juntos.
Para que el uso de este recurso sea exitoso, las docentes e investigadoras de la UCR advierten que debe responder a una planificación estratégica, con objetivos claros y puntuales. De lo contrario, podría convertirse en una experiencia abrumadora para el estudiante.
Entre otras sugerencias, se recomienda que los videos no excedan los tres minutos de duración, que el docente los conozca muy bien, que capten el interés de los alumnos y que se expliquen por sí mismos. En caso de que estos segmentos de comedias de situación incluyan lenguaje difícil, deben complementarse con actividades en las que los estudiantes se apropien de ellas.
En la investigación participaron ocho estudiantes activos de la UCR, todos hombres, entre 18 y 21 años, egresados de colegios públicos y que estaban estudiando su segundo curso de inglés como segunda lengua.
La asignatura la impartió una de las investigadoras del estudio y requería que los participantes asistieran a 13 lecciones semanales de 50 minutos cada una, en las que se analizaron las cuatro macrodestrezas de la lengua (hablar, escuchar, leer y escribir), así como las microdestrezas (vocabulario, gramática, pronunciación y cultura).
En el curso se utiliza un libro de texto que enfatiza en el estudio de temas como la globalización, avances médicos, educación y vida estudiantil, negocios y dinero, trabajos y profesiones, estilos de vida alrededor del mundo, entre otros.
El proceso de adquirir competencia léxica es esencial para conseguir habilidades comunicativas, de lectura, auditivas y de redacción. Imagen con fines ilustrativos tomada de https://www.tvinsider.com/show/curb-your-enthusiasm/. Los derechos pertenecen a la producción de la serie.
Una vez que los alumnos estuvieron de acuerdo con ser parte del estudio, se les dividió en dos grupos de forma aleatoria. Uno de ellos funcionó como grupo de control y se le impartió el contenido del curso de manera convencional, mientras que el otro recibió el “tratamiento”, el cual consistió en exponerlo a dos episodios de dos comedias de situación: uno de Curb Your Enthusiasm y otro de The Big Bang Theory. Los capítulos se escogieron porque su temática tenía relación con los contenidos del curso.
A ambos grupos se les aplicó una prueba antes de exponerlos a cada contenido y a otra posterior, para un total de dos evaluaciones previas y dos finales. Luego de ejecutar estas dos etapas, se compararon los resultados obtenidos en los exámenes previos con los logrados en los correspondientes exámenes posteriores, para determinar si el uso de videos de comedias de situación subtitulados en inglés tuvo más éxito que la forma tradicional al ayudar a los estudiantes a recordar los términos evaluados.
En el primer examen previo, los resultados mostraron que solo un participante de los ocho obtuvo una nota de aprobación al contestar correctamente siete de las diez palabras, mientras que uno asoció bien seis vocablos, tres consiguieron cuatro términos y tres acertaron tres.
En la segunda prueba previa, solo un alumno obtuvo una nota de aprobación con ocho aciertos, mientras que dos estudiantes asociaron cinco palabras exitosamente, dos atinaron cuatro, otros dos lograron hacerlo con tres términos y uno de ellos asoció dos palabras de forma correcta.
Para las evaluaciones posteriores, un alumno del grupo experimental obtuvo una nota perfecta en ambas pruebas, mientras que sus compañeros tuvieron entre seis y ocho aciertos. Particularmente, en el segundo examen posterior a la observación de los videos de dichas comedias, los cuatro participantes mostraron una mejoría notable.
Mientras tanto, el grupo de control también reportó mejores calificaciones en las pruebas posteriores, pero no en los mismos niveles que el grupo experimental. Solo un estudiante logró completar correctamente los diez ítems, en tanto que sus otros tres compañeros no alcanzaron notas de aprobación.
“En términos generales, el grupo experimental mostró una mejor comprensión de las palabras objetivo que el grupo de control en ambos exámenes posteriores. En el primero, los participantes en el grupo experimental completaron correctamente un promedio de 7,5 oraciones, mientras que los estudiantes del grupo de control completaron exitosamente cinco oraciones. En el segundo examen posterior, los estudiantes del grupo experimental usaron un promedio de ocho palabras de vocabulario correctamente y los participantes del grupo de control usaron seis palabras correctamente”, concluyeron las investigadoras.
De acuerdo con las profesoras, los mejores resultados obtenidos por el grupo experimental podrían atribuirse a los siguientes dos factores:
Valdelomar y Lasso de la Vega reconocen que este estudio es tan solo un acercamiento al impacto que puede tener la exposición controlada a tales comedias con subtítulos en inglés en los estudiantes de inglés como lengua extranjera y, en general, de otros idiomas. De ahí que sugieren que otras investigaciones profundicen en el tema.
Puede acceder al artículo completo en inglés en este enlace.
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