Voz experta: Más allá de los libros, el rol social de las bibliotecas públicas con los adultos mayores

Las docentes de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información (en orden usual), Daniela Rodríguez Valerio y Lorena Chaves Salgado. Foto Laura Rodríguez.

Producto de la baja natalidad y el aumento en la esperanza de vida, Costa Rica es un país cuya población adulta mayor aumenta día con día. De acuerdo con datos del Observatorio del Conocimiento y el Centro de Investigación Observatorio de Desarrollo de la Universidad de Costa Rica, se han superado las proyecciones dadas años atrás por otras instituciones y el envejecimiento de nuestra población se acelera (Jiménez, 2023).^[1]

Por lo tanto, ante esta realidad ha surgido la necesidad de trabajar en brindar oportunidades para esta población que crece, incluyendo el fortalecimiento de espacios apropiados para las personas adultas mayores.

Es en este punto donde la biblioteca pública se proyecta como un sitio seguro que ofrece opciones de inclusión social y esparcimiento; la biblioteca de hoy es dinámica y atiende las necesidades de su comunidad, para contribuir al desarrollo social del país y enriquecer la vida de las personas.

De hecho, el Manifiesto IFLA UNESCO sobre bibliotecas públicas destaca que su misión es proveer información y conocimiento, brindar espacios para el crecimiento personal y la creatividad, generar programas de alfabetización, promover el diálogo intercultural y la innovación, entre otros propósitos (UNESCO & IFLA, 2022).^[2]

Desde la biblioteca pública surgen diversas iniciativas, que contribuyen al trabajo dirigido a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. Esta población, que actualmente es una de las que más frecuenta estos centros de información y extensión cultural, encuentra en la biblioteca un espacio para una participación activa.

A través de prácticas saludables de convivencia, la biblioteca busca mejorar la salud cognitiva de los adultos mayores, fomentar el trabajo en grupo y ofrecer espacios de aprendizaje y recreación.

La lectura, por ejemplo, es una actividad que no debe cesar a ninguna edad, y debe ser una práctica constante que permita a las personas descubrirse a sí mismas en un mundo diverso de integración social y cultural.

Los distintos talleres que se realizan en las bibliotecas son muy importantes porque evidencian una herramienta valiosa para promover la educación, la igualdad, y la cohesión social a nivel personal y comunitario.

Estas actividades se planifican según las inquietudes internas de la comunidad, y los aportes de los bibliotecólogos como facilitadores.

Los talleres deben proporcionar a los adultos mayores experiencias placenteras, además de oportunidades para ampliar sus horizontes y descubrir nuevos intereses; la biblioteca pública debe convertirse en un lugar de encuentro y variedad, aliadas en la formación de las personas.

A través de sus actividades, sensibiliza y destaca la importancia de la participación del adulto mayor en prácticas que los motiven, por lo que dichas acciones deben ser gratificantes y dinámicas, ofreciendo opciones atractivas que impulsen a los adultos mayores a mejorar su calidad de vida de manera integral.

Es importante destacar que en Costa Rica contamos con un Sistema Nacional de Bibliotecas (SINABI), que está conformado por una red de 60 bibliotecas públicas que se distribuyen a lo largo del territorio nacional.

Estas bibliotecas ofrecen diversidad de oportunidades dirigidas a muchas poblaciones, y sin un costo económico para los participantes que desean inscribirse.

Para las personas adultas mayores se cuenta con el programa “Huellas de Oro”, desde el cual se organizan cursos, talleres variados y charlas acordes a las necesidades específicas de las personas adultas mayores que se atienden desde cada biblioteca.

Todas estas actividades se realizan mediante alianzas estratégicas que establecen las bibliotecas, con personas de la comunidad que cuentan con conocimientos en diversos temas, estudiantes de trabajo comunal universitario (TCU), embajadas, universidades y otras instituciones.

Al respecto, desde la Universidad de Costa Rica y la Escuela de Bibliotecología se han desarrollado proyectos de acción social, que se han vinculado con bibliotecas públicas ubicadas en la Gran Área Metropolitana y en zonas rurales, entre ellos el proyecto ED-3478 “EBCI Verde” y el ED-3573 “La Bibliotecología y sus aportes a la transformación de la sociedad: Una voz desde la Agenda 2030 de Naciones Unidas”.

Desde estos proyectos se han podido trabajar diversidad de temas con personas adultas mayores, y además se ha promovido el trabajo intergeneracional entre estas poblaciones y personas jóvenes, lo cual es positivo pues fomenta la comprensión y el respeto mutuo entre personas de diferente edad; propicia la transmisión de conocimientos; fortalece las comunidades; incentiva el aprendizaje continuo; y se crean espacios que favorecen la salud mental y emocional, un tema de gran importancia para las personas adultas mayores.

Entonces, podemos ver como los servicios que ofrece una biblioteca pública se han ampliado para abarcar un vasto universo de demandas y posibilidades, que trascienden el préstamo de libros.

El profesional en bibliotecología enfrenta el desafío de aplicar, no solo los conocimientos teóricos de la profesión, sino también la estimulación en las personas usuarias de una serie de habilidades orientadas al aprendizaje para toda la vida.

Las necesidades de los usuarios han evolucionado y en el caso de las personas adultas mayores, ellas no acuden a la biblioteca para buscar referencias sobre un personaje necesariamente, realizar trabajos escolares, leer cuentos o investigar sobre un tema específico; van a la biblioteca pues buscan algo más, un espacio de integración social que promueva el bienestar en la convivencia, un lugar donde sentirse cómodos en un ambiente acogedor, de igualdad y buen trato.

Buscan un sitio donde, por ejemplo, la lectura les conduzca a momentos placenteros y en el que puedan encontrar la ayuda necesaria para satisfacer sus necesidades, ya sean educativas, de entretenimiento, de ocio o incluso de información para resolver asuntos cotidianos.

Además, estos entornos ya no se limitan al espacio físico de la biblioteca, pues esta ejerce una gran influencia en la comunidad en la que se encuentra, convirtiéndose en un referente local y en un centro cultural para su población.

Referencias:

Jiménez, J.  (23 de junio de 2023). Observatorio del Envejecimiento: Hay una alta esperanza de vida en Costa Rica, eso sí, muchas veces acompañada de pobreza y enfermedad. https://www.ucr.ac.cr/noticias/2023/6/23/hay-una-alta-esperanza-de-vida-en-costa-rica-eso-si-muchas-veces-acompanada-de-pobreza-y-enfermedad.html#:~:text=El%20envejecimiento%20se%20acelera&text=Los%20datos%20de%20la%20ENAHO,INEC%20para%20el%20mismo%20a%C3%B1o

SINABI (2024). Bibliotecas públicas. https://www.sinabi.go.cr/bibliotecas/biblioteca_publica.aspx

UNESCO & IFLA (2022). IFLA-UNESCO Public Library Manifesto 2022. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000385149

^[1] https://www.ucr.ac.cr/noticias/2023/6/23/hay-una-alta-esperanza-de-vida-en-costa-rica-eso-si-muchas-veces-acompanada-de-pobreza-y-enfermedad.html#:~:text=El%20envejecimiento%20se%20acelera&text=Los%20datos%20de%20la%20ENAHO,INEC%20para%20el%20mismo%20a%C3%B1o.

^[2] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000385149