En el mundo, la movilidad poco a poco va tomando su dimensión adecuada. Ya no solamente se entiende como el transporte de un punto “a” a un punto “b”, o las presas que se ocasionan por una mala planificación del transporte, o la construcción de soluciones de infraestructura de transporte aisladas como un tren o una carretera. En realidad, el término movilidad ha evolucionado, dado que ahora entendemos que es la creación de un sistema que conecta y facilite el desplazamiento de los diferentes agentes de un ecosistema, de una comunidad y de las diferentes fronteras mismas.
Es por eso por lo que pensar en movilidad debería ser sinónimo de pensar en desarrollo territorial, dado que el crecimiento de las comunidades (vertical u horizontalmente) debe ir acompañado del sistema adecuado de transporte para conectar las personas que entran y salen del territorio.
Un ejemplo claro de esa nueva perspectiva ha sido desarrollado por la República de Corea del Sur, quién en una misma autoridad gubernamental, el Ministerio de Tierra, Infraestructura y Transporte (MOLIT), compagina las necesidades de desarrollo de proyectos de movilidad en ese país, con exitosos proyectos ya consolidados de desarrollo urbano y transporte público y privado.
Sin embargo, para llegar a ese nivel de coordinación, es importante primero contar con información medible, cuantificable e interrelacionada, sobre la situación actual del sistema de movilidad en los países. Iniciativas como el OMU LATAM, el ICVU-CHILE, OMU AFRICA, OMU BOGOTA y OTLE de España, han logrado agrupar la generación de datos correlacionados sobre temas de movilidad en cada una de las regiones donde se han establecido.
En Costa Rica, la conversación sobre movilidad trae a la mesa preocupaciones y ambiciones, a la luz de temáticas como el transporte masivo de cargas y pasajeros, la construcción de infraestructura de transporte y la logística en la planificación urbana. Desde el Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo (CIOdD) de la Universidad de Costa Rica nace el Observatorio de Movilidad, proyecto de sistematización de información relativa a movilidad en nuestro país.
Esta iniciativa es producto de la identificación de la necesidad de una plataforma de base de datos unificada que posibilite la consulta ciudadana abierta, multi-actor, interrelacionada y facilitadora para la toma de decisiones institucionales, para el apoyo a los diferentes actores del sistema y para crear, no solo un repositorio de la información, sino el espacio de confluencia de todos los involucrados; logrando visualizar los retos, problemáticas, percepciones y avances en la materia.
El Observatorio de Movilidad es un proyecto que pretende abarcar 5 categorías o ejes estratégicos dentro de los cuales se desarrollaran indicadores para el análisis de la información y sus correspondientes correlaciones.
El contar con la información del OMOVI es vital para los nuevos tiempos. El último dato de la ONU [1] prevé que para el 2050, cerca del 70% de la población global emigrará a las urbes de los países. La migración del campo a la ciudad es producto de una cantidad de variables que concentran las oportunidades de desarrollo en las zonas céntricas de cada nación. Esto implica un cambio radical sobre cómo nos movilizamos, y es fundamental abandonar la perspectiva que desliga la construcción de vivienda a los temas de movilidad.
La planificación urbana, con enfoque cada vez más fuerte en la vivienda vertical, debe reconocer la necesidad que van a tener las personas habitantes de movilizarse. El desarrollo integral urbano requiere el reconocimiento del papel que tiene la movilidad en la calidad de vida de las personas. El acceso que tienen las viviendas al transporte público masivo define la cotidianidad sus habitantes.
El paradigma carro centrista que prevalece en el imaginario del país, que además define la construcción de infraestructura vial, es insostenible. Surge la necesidad de migrar a una priorización del transporte masivo. El proyecto de un tren eléctrico en el GAM se presenta como una alternativa que remplaza al transporte particular y ofrece una movilidad masiva de pasajeros. Sin embargo, no debe ser solamente un proyecto aislado, debe ir acompañado de estaciones intermodales que logren generar la interacción con otros medios de transporte y que generen la alimentación adecuada al sistema de movilidad que requiere el área metropolitana de Costa Rica, donde convergen hoy por hoy más de la mitad de la población nacional.
Bajo la misma premisa de conservación del medio ambiente y la promoción de la sostenibilidad, en Costa Rica nace otra preocupación: el aumento de la urbanización. La proyección de la ONU sobre el incremento en población urbana es preocupante y amerita atención inmediata de los actores gubernamentales. Este crecimiento debería ser planificado de forma eficiente y sostenible.
Entonces, ¿Por qué no pensar en migrar nuestras urbes a Ciudades Inteligentes?
Una ciudad inteligente comprende las diferentes correlaciones de las que depende el desarrollo, y a partir de estas generan acciones de innovación en la búsqueda de eficiencia y calidad de sus servicios. Se busca, entonces, una potenciación de la calidad de vida de sus habitantes enfocada en diez dimensiones clave: gobernanza, planificación urbana, gestión pública, tecnología, ambiente, proyección internacional, cohesión social, movilidad y transporte, capital humano y economía.
El Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), iniciaron una articulación para la obtención de los planes reguladores municipales y el planteamiento de una categorización del progreso de los cantones en su transformación a ciudades y territorios inteligentes. La idea de territorios inteligentes viene en respuesta a la necesidad de incluir cantones más pequeños y con menor poder adquisitivo en el marco de otros cantones vecinos con más capacidades para el desarrollo. Un cantón con gran infraestructura y planes de movilidad no progresa si cantones aledaños sin las mismas cualidades producen cuellos de botella.
Rodrigo Facio, CI-UCR
Un fenómeno paralelo al de la urbanización se está reflejando en el campus principal de la Universidad de Costa Rica. La ciudad universitaria Rodrigo Facio es objeto de muchas migraciones a la urbe capitalina, producto de la búsqueda de carreras universitarias y oportunidades de desarrollo. Si bien ahora se contempla la posibilidad de la virtualidad producto de la pandemia del Covid-19, muchas carreras requieren de presencialidad para la compleción de su plan de estudios.
Actualmente, en Estados Unidos se han visto esfuerzos por plasmar el concepto de ciudades inteligentes en campus universitarios. La Universidad del Norte de Arizona integró un laboratorio para estudiar la utilidad de la IA en ciudades y la Universidad de Texas en Austin ahora cuenta con una microrred que maneja la electricidad en todo el campus. Asimismo, pequeños esfuerzos sobre manejo de residuos y medidores de agua inteligentes en algunos campus universitarios de la región.
Sin embargo, ¿Por qué no pensar en convertir el Campus universitario Rodrigo Facio en un Campus Inteligente? ¿Cuánto le falta a la ciudad universitaria Rodrigo Facio para alcanzar el estatus de campus inteligente?
La Universidad de Costa Rica, en su sede central, ha implementado propuestas acordes con el aumento de la eficiencia de los procesos, lo que indica que el camino a convertirse en un campus inteligente no debería ser tan distante. Desde el CIOdD se plantea el análisis de estos cambios que se han implementado para la valoración de la brecha entre el estado actual de la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio y una Ciudad Universitaria Inteligente partiendo desde tres ejes: infraestructura, innovación y tecnología.
Los impactos a nivel energético, que además inciden en la sostenibilidad y en la gobernanza de la universidad, están comprobados. Establecer canales de comunicación entre las entidades internas del campus Rodrigo Facio para unificar esfuerzos podría evidenciar que la brecha es menor de lo anticipado. Es fundamental que las personas que integran la comunidad universitaria se empiecen a percibir como miembros pertenecientes a este Campus Inteligente. Es frecuente que se contemple a la universidad como un lugar pasajero, sin embargo, las relaciones comunitarias y la cultura organizacional también definen la proyección de la institución.
Es en esta misma línea que se concentra lo revisado: la visión holística. Cualquier esfuerzo en la construcción de una movilidad sostenible y un campus inteligente, involucra a muchas especialidades. No es solo llegar y construir la obra, es cómo hacerla eficiente, sostenible, financieramente rentable y atractiva para el usuario. Hablar de movilidad no es hablar de componentes aislados, es hablar de un sistema que involucra la interacción de seres vivos en su propio entorno, por lo que, estamos llamados a ser pioneros en esta novedosa visión.
[1] Para ampliar en relación con el objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/cities/
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