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conflicto árabe israelí

M.Sc Jorge Barrientos Valverde, Profesor e Investigador Asociado de Historia Contemporánea en la  Escuela de Estudios Generales, UCR.

El conflicto árabe – israelí en perspectiva histórica

22 abr 2024Sociedad

Si bien es cierto el conflicto entre el pueblo palestino y el Estado israelí ha entrado en una nueva fase desde el pasado 7 de octubre del 2023, las disputas por el control de la tierra y los recursos sobre esta estrecha zona alrededor del mar Mediterráneo tienen antecedentes históricos mucho más profundos que vale la pena recordar frente al bombardeo de información de la prensa occidental que nos habla de una “nueva guerra” entre estas dos naciones. 

Antecedentes históricos

Las Ciencias Sociales y en específico la Historia como disciplina analítica tienen el deber de cuestionar las narrativas hegemónicas de la historia oficial que la prensa occidental ha reproducido sobre este conflicto. Desde el pensamiento crítico vale la pena citar algunos hechos históricos que nos aclaren mejor la comprensión de lo que está sucediendo actualmente en el Medio Oriente.

En primer lugar, este territorio estuvo administrado por lo menos desde 1520 por el Imperio Turco Otomano. Hacia finales del siglo XIX, producto de las persecuciones racistas y anti semitas de los europeos, en la provincia de Palestina se empezaron a desarrollar las primeras migraciones de población judía, alrededor de 1882. Ante dichas persecuciones se emprendieron  diversos movimientos nacionalistas. El movimiento sionista fue el principal de estos a partir de 1897 con Theodore Herlz a la cabeza. Dicho movimiento pretendía lograr construir una nación moderna para la población judía, un grupo nacional sin tierra.

LEA: El conflicto Palestina-Israel: ¿justificación religiosa para un conflicto geopolítico?

Dicha corriente nacionalista gozaba de gran capacidad económica, por lo que a partir de 1914 apoyó en la Primera Guerra Mundial al ejército británico. El objetivo era claro: lograr la unión de la nación judía en la tierra prometida, es decir en la región de Palestina, zona que incluía Jerusalén, lugar de origen de las tres religiones monoteístas reveladas. (Según Shlomo Sand o Israel Filkenstein no existe evidencia histórica de que este territorio fuese ocupado por población relacionada a los actuales israelíes ashkenazies).

El segundo antecedente histórico clave es la citada Gran Guerra (1914-1919) pues a partir de estas surgen las alianzas entre el sionismo nacionalista y el proyecto británico, principalmente con la declaración Balfour, 1917. Finalizada la guerra, el imperio turco otomano es derrotado y surgen el tratado Sykes Picot en 1916 y la Conferencia de San Remo, 1920, las cuales manifestaban el reparto colonialista del Medio Oriente entre Francia y Gran Bretaña. El mandato británico sobre Palestina genera a partir de 1920 un crecimiento exponencial de las migraciones judías hacia este territorio, poblado históricamente por los árabes. Después de muchas tensiones violentas por parte de las primeras agrupaciones terroristas en este conflicto, La Haganá y el Irgún, sionistas de extrema derecha que atacaban a los árabes y británicos, surgen las revueltas de los palestinos en protesta por las migraciones masivas y la toma de tierras por parte de los judíos.

 El tercer punto clave: el movimiento fascista y la Segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1945. La élite sionista y los fascistas tenían varios criterios en común: a- sacar a los judíos de Europa lo antes posible b- llevarlos al Medio Oriente junto a otros grupos semitas, c- acabar con la clase obrera judía de izquierdas. (véase los trabajos de Ralph Schoenman y Lenni Brenner). Los nazis sin embargo del acuerdo Haavara con los sionistas (1933) a partir de 1941 desarrollaron la solución final del Holocausto, masacrando a más de 7 millones de judíos, principalmente de clase trabajadora, acusados de ser proclives al socialismo (Véase los trabajos de Eric Hobsbawm y Enzo Traverso sobre el siglo XX).

La Guerra Fría como punto de inflexión

Una vez derrotado el fascismo en 1945, se hacía más imperativo buscar un hogar para la población judía. La violencia extrema continuaba por parte de los sionistas más fanáticos, por ejemplo con el atentado terrorista contra el Hotel King David en 1946. Se pensó en varias opciones para ubicar al pueblo judío, sin embargo finalmente se definió partir la provincia palestina en dos partes.

El 29 de noviembre de 1947, durante su II Período de Sesiones, la Asamblea General de la ONU, aprobó la resolución 181. Palestina quedaría dividida así: Un Estado para los judíos con 5.893 millas cuadradas o sea el 56.47 % de Palestina. Un Estado para los árabes con 4.476  millas cuadradas, o sea el 42.88 %, y Jerusalén con 68 millas cuadradas, o sea el 0.65 %. Inicia así la Nakba, es decir la expulsión de la población árabe de sus casas, de sus trabajos, de sus tierras históricas. A partir de acá arranca además una política colonialista y racista de despojo.  

 Ante estos actos de apropiación de bienes de los palestinos y expulsiones forzadas por parte de las autoridades sionistas, las autoridades británicas se retiran del territorio y pasan el conflicto a la ONU y a los Estados Unidos, quienes como potencia imperialista occidental, han mantenido desde 1948 un apoyo total al Estado de Israel.

Esto nos lleva a la primera guerra árabe - israelí en este año, en una coalición de Egipto, Siria, Líbano, Irak, Arabia Saudita, Yemen y los palestinos (véase la obra de Jorge Ramos Tolosa). Los israelíes por su parte le llaman una guerra de liberación, a pesar de que en realidad lo que estaban haciendo era apropiándose de un territorio poblado previamente por más de un millón de habitantes, la mayor parte árabes. Arranca además una política de Apartheid social contra los ciudadanos palestinos, tratados con discriminación y violencia por el poderoso ejército israelí. Esto se acentúa más luego de la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando las tropas de Israel ocupan el territorio de Cisjordania y Gaza y empiezan un control total sobre la tierra, el agua, el alimento, la salud, la educación, las universidades, el comercio, etc. (véase los trabajos de Roberto Marín e Illan Pappé).

 Posterior a los ataques de los árabes en la guerra del Yom Ki Pur en 1973 se visualizó como necesario un primer acuerdo de paz, los acuerdos de Camp David en 1978 con la mediación de Jimmy Carter, tratado que finalmente no se respetó entre las partes. El papel de Egipto desde 1948 y a partir de la guerra del Canal de Suez en 1956 fue clave para que el nacionalismo árabe encabezado por el presidente Nasser creciera.

En medio de la guerra civil en Líbano (1975-1990) en la que Israel también iba a tener una participación relevante a favor de los nacionalistas de extrema derecha, la resistencia palestina seguía creciendo entre la Organización de Liberación Palestina,el Frente popular para la liberación palestina - Comando General (de orientación marxista) y nuevos movimientos como Hezbollah a partir de 1982 y Hamás a partir de la primera intifada de 1987. (véase los trabajos de Rashid Khalidi y Maxime Rodinson al respecto).    

La situación geopolítica actual del conflicto

En 1993 se da la Declaración de Principios que finalmente conlleva a los Acuerdos de Oslo en 1994 entre Yasir Arafat e Isaac Rabin con la mediación de Bill Clinton, acuerdos que no fueron aceptados por las partes, razón por la cual asesinan a Rabin en 1995.

Ante el recrudecimiento de todo tipo de violaciones a Derechos Humanos por parte de Israel contra población palestina, se desarrolla la Segunda Intifada entre 2000 y 2001. En setiembre de este último año los atentados terroristas contra las torres gemelas agudizan la islamofobia, asociando erróneamente a la resistencia palestina con todo tipo de grupos terroristas musulmanes. Este ambiente favorece el proyecto israelí por seguir atacando población civil palestina, robando sus recursos y ampliando sus fronteras.

La población palestina vive bajo un asedio del ejército israelí a diario, no tienen soberanía, libertad ni independencia como Estado moderno, por tanto la única forma de resistencia ante este panorama es también responder con mucha violencia, incluso atacando civiles. Sin embargo en el estudio de la Historia hay que comprender que nunca es igual la violencia que ejerce la fuerza opresora y colonialista a la violencia que ejerce el oprimido y humillado. (ver la obra de Tariq Ali y Noam Chomsky).

Frente al panorama actual, el poderoso ejército israelí con el apoyo de Estados Unidos y Alemania llevan a cabo un genocidio contra población civil, con más de treinta mil muertos, entre ellos muchos periodistas, médicos, mujeres, ancianos y niños. Es urgente la presión internacional para detener lo antes posible esta demencial barbarie y lograr sentarse a negociar por verdaderos acuerdos de paz que también incluyan el respeto a los Derechos Humanos y la justicia política y social.


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M.Sc Jorge Barrientos Valverde
Profesor e Investigador Asociado Historia Contemporánea, Escuela Estudios Generales. Universidad de Costa Rica. Sede San Pedro.
jorge.barrieerddntosvalverde  @ucrkosu.ac.cr

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