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Leonardo Sancho

Leonardo Sancho Dobles, docente de la Escuela de Estudios Generales

Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
Soltemos la lengua

Alexander von Humboldt y el canal interoceánico centroamericano

29 ene 2024Artes y Letras

El canal interoceánico centroamericano, aquella deseada vía de comunicación que uniera finalmente Oriente con Occidente por el río San Juan, ha sido un proyecto ilusorio que se ha imaginado durante más de cuatro siglos en ese borde fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica.

Señalar los aportes de Alexander von Humboldt en la construcción imaginaria de dicha empresa es el propósito de esta nota. Sin embargo, antes de revisar las contribuciones del explorador y científico alemán sobre este proyecto, es conveniente revisar los antecedentes para establecer un contexto más preciso alrededor de este tema.

Alexander von Humboldt

Retrato de Alexander von Humboldt. Imagen: cortesía del autor.

Un codiciado estrecho

Desde que, entre muchos otros desvaríos por conquistar las rutas comerciales, en el año 1513 Vasco Núñez de Balboa logra finalmente atravesar el istmo que se interponía entre los dos hemisferios en los cuales se pensaba el mundo en el siglo XVI, se consideró el río Chagres en la franja panameña como un posible paso entre el mar del Norte y el mar del Sur (imagen 1).  Sin embargo, otros intereses coincidían en que las posibilidades de navegación por el río San Juan, o el desaguadero, representaba un estrecho dudoso mucho más favorable para dicha empresa, ya que también el lago de Cocibolca y la pequeña franja que lo separa del mar del Sur facilitaban las posibilidades de transporte marítimo (imagen 2).

Mapa político del siglo XVII de una parte de la Real Audiencia de Panamá 1601

Imagen 1. Mapa político del siglo XVII de una parte de la Real Audiencia de Panamá 1601. Material: cortesía del autor. 

Detalle de Copia del Croqui original que se halló entre los papeles escogidos al Coronel inglés …

Imagen 2. Detalle de la copia del croquis original que se halló entre los papeles escogidos del coronel inglés Roberdo Hudson. Material: cortesía del autor. 

El primer documento del que se tiene información sobre esa posible ruta de tránsito es un documento del año 1620 escrito por Diego de Mercado que se titula “Relación de los puertos de San Juan del Norte y San Juan del Sur, de la laguna de Granada y el desaguadero, dirigida a Su Majestad el rey don Felipe III” (imagen 3).

Manuscrito Diego de Mercado

Imagen 3. Manuscrito de Diego de Mercado. Material: cortesía del autor. 

Es necesario recordar que en aquellos siglos la codicia de los navegantes, corsarios y piratas de nacionalidades diversas como los portugueses, holandeses, franceses, españoles y los ingleses, aliados con los zambos moquitos del Caribe, se querían apoderar de una ruta de navegación que pusiera en contacto las mercancías y favoreciera el comercio entre los europeos y los asiáticos; sin embargo el ansiado botín del canal interoceánico se lo quedó un agente hasta aquel momento desconocido, pero esa es otra historia.

Otro documento de cierta relevancia es la “Relación de la laguna de Nicaragua y río de San Juan” del año 1745 que redactó José Lacayo de Briones, quien fungía como comandante general de las armas de esa provincia y también había sido gobernador de Costa Rica años antes. Lacayo de Briones enumera las posibilidades de la navegación fluvial y lacustre por los mencionados río y laguna así como las características de las embarcaciones que deben surcar algunos de sus afluentes; esta relación la escribe para advertir sobre el peligro de posibles ataques de los enemigos ingleses quienes en alianza con los zambos mosquitos intentaban apoderarse de la laguna y así tener el control del paso entre los mares del Norte y del Sur para favorecerse del comercio ilícito y las “piraterías” (imagen 4).

Copia de la Relación de Lacayo de Briones

Imagen 4. Copia de la Relación de Lacayo de Briones. Material: cortesía del autor. 

Durante el siglo XIX se redactaron otros documentos, por ejemplo, la Memoria histórica del Canal de Nicaragua del año 1845 escrita por Alejandro Marure (imagen 5). En el año 1887 con el título Canal Interoceánico de Nicaragua y Costa Rica Manuel María Peraltar recopila, además de la relación de Mercado mencionada anteriormente, la serie de materiales del senado de los Estados Unidos fechados entre 1885 y 1887, como el informe de Thomas C. Reynolds de la Comisión de los Estados Unidos a la América Central y Meridional encargado por el presidente Grover Cleveland (imagen 6).

Memoria sobre el canal de Nicaragua falsa portada copia

Imagen 5. Memoria sobre el canal de Nicaragua (falsa portada, copia). Material: cortesía del autor. 

Recopilación Manuel M. Peralta

Imagen 6. Recopilación de Manuel M. Peralta. Material: cortesía del autor. 

Resulta también significativo que el canal interoceánico en el borde fronterizo nicaragüense y costarricense también ha sido un motivo recurrente en los textos literarios (Nicasio Urbina, “El canal interoceánico en la novela nicaragüense”, Carátula, 117). En la novela El problema, del año 1899, el guatemalteco Máximo Soto Hall recrea un canal a manera de una Venecia moderna limitada por dos grandes océanos; por su parte Carlos Gagini en La caída del águila publicada en 1920 lo menciona en la voz de uno de sus personajes como una de las razones que tuvieron los norteamericanos de unir las cinco naciones centroamericanas en una sola; recientemente Gioconda Belli en su novela Las fiebres de la memoria del 2018 recrea la concesión de tránsito por el río San Juan y el lago de Nicaragua que tuvo del Comodoro Vanderbilt, cuyos vapores y embarcaciones circulaban desde Nueva York hasta San Francisco; en la lírica Ernesto Cardenal recrea este motivo en su poemario El estrecho dudoso publicado en 1966; en cuanto al ensayo, el costarricense Manuel Argüello Mora en su obra Páginas de historia del año 1898 publica una particular y curiosa crónica titulada “El canal de Nicaragua” y, finalmente, el nicaragüense José Coronel Urtecho publica “La comunicación interoceánica en Centroamérica. Ideal y empresa hispánicos” en la revista  Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 3 (mayo-junio 1948), pp. 443-455.

Las consideraciones de Humboldt sobre el canal interoceánico

Ahora bien, retomando el fin de esta nota, entre los años 1799 y 1804 Alexander von Humboldt llevó a cabo su viaje a las regiones equinocciales de América, el cual le permitió recopilar una considerable cantidad de datos científicos geográficos, geológicos, vulcanológicos y cartográficos, entre muchos otros intereses, dentro de estos algunas consideraciones sobre el canal interoceánico centroamericano; además por aquellos años el investigador alemán también establecía y tejía una red de contactos en diversas partes del orbe que le permitían tener información de primera mano sobre asuntos de su interés.

En cuanto a los aportes de Humboldt en la concepción e imaginación de un canal interoceánico es necesario mencionar el texto Ensayo político sobre la nueva España del año 1811 (imagen 7), en el cual analiza las posibilidades de establecer un canal que facilite la comunicación interoceánica.  El científico alemán examina nueve puntos que presentan posibilidades geográficas, geológicas e hidrográficas para favorecer la circunnavegación: el río Bravo y el río Colorado en el norte; el istmo de Tehuantepec, fuentes del río Guascacualco y río Chimalapa; el lago de Nicaragua; el río Chagre en Panamá; la bahía de Cupica y boca de Atrato; el río Atrato y San Juan en la zona del Choco; el río Huallaga y Gran Pará en Brasil; el río Ucayala y el Amazonas y, finalmente, el golfo de San Jorge y costa frente al archipiélago de Cayamapu. 

Ensayo Político Nueva España

Imagen 7. Ensayo político sobre la nueva España. Material: cortesía del autor. 

Estas nueve posibles vías se consignan en el Atlas geographique et physique du royaume de la Nouvelle Espagne (imagen 8), el tomo cartográfico que ilustra el Ensayo político sobre la nueva España.

Atlas página 15

Imagen 8. Atlas, página 15. Material: cortesía del autor. 

En uno de los capítulos del primer volumen del Ensayo político sobre la nueva España se incluye la explicación de los mapas y perfiles del atlas. En particular, sobre el canal interoceánico centroamericano indica Humboldt (imagen 9):

4° El gran lago de Nicaragua se comunica no solo con el lago de León, sino también al E. con el mar de las Antillas por el río San Juan.  Podría verificarse la comunicación con el océano Pacífico, haciendo un canal á través del istmo que separa el lago del golfo de Papagayo.  En este istmo estrecho es que se hallan las cimas volcánicas y solitarias de Bombacho (a los 11°7´ de latitud), de Granada y del Papagayo (a los 10° 50´ de latitud). Los antiguos mapas indican como existente una comunicación de agua, a través del istmo, desde el lago al Grande océano.  Otros mapas algo más modernos señalan un río bajo el nombre de Río Partido, que da uno de sus brazos al océano Pacífico y otro al lago de Nicaragua; pero esta horquilla no se encuentra ya en los últimos mapas publicados por los españoles e ingleses.  (Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España, 1811. Libro 1, Capítulo 2. pp. 25-26)

Atlas detalle lámina 6

Imagen 9. Atlas, detalle de la lámina 6. Material: cortesía del autor. 

Más adelante el científico alemán señala que:

En los archivos de Madrid hay varias memorias francesas e inglesas sobre la posibilidad de reunión del lago de Nicaragua con el océano Pacífico.  El comercio que hacen los ingleses en las costas de Mosquitos ha contribuido mucho a dar celebridad a este proyecto de comunicación entre ambos mares.  El punto principal, es la altura del terreno en el istmo, no está bastante claro en ninguna de las memorias que he tenido noticia. (Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España, 1811. Libro 1, Capítulo 2, p. 26.)

Posteriormente, uno de los tomos de Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente hecho en 1799 hasta 1804 (imagen 10) publicados en francés a partir del año 1914, Alexander von Humboldt retoma el asunto que ya había considerado en su conocido viaje por las Américas y dice:

Parece bastante probable que será la provincia de Nicaragua la que se elegirá para la grande obra de la unión de los dos océanos, y en este caso no será difícil formar una línea constantemente navegable.  El istmo que debe penetrar tiene solo 5 a 6 leguas marinas, y aun cuando se han encontrado algunas colinas donde él es más estrecho, entre la orilla occidental y de la laguna de Nicaragua y el golfo de Papagayo, está formado sin embargo de sabanas y llanos no interrumpidos que ofrecen un excelente camino entre la ciudad de León y la costa de Realejo.  La laguna de Nicaragua está elevada sobre el Mar del Sur de toda caída que presenta el río San Juan sobre la largura de 30 leguas, así la elevación de este estanque o lago es tan conocida en el país, que se miraba en otro tiempo como un obstáculo invencible a la ejecución del proyecto de un canal y se temía ya un impetuoso vertiente hacia el oeste o ya una disminución de las aguas del Río San Juan que, en tiempo de las sequías, ofrece el antiguo castillo de San Carlos raudales bastante peligrosos.  El arte del ingeniero constructor está bastante perfeccionado en nuestros días para espantarse de semejantes peligros. (Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente hecho en 1799 hasta 1804, Tomo V, capítulo XXVI, pp. 50-52)

Viaje a las regiones portada

Imagen 10. Portada de Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente hecho en 1799 hasta 1804. Material: cortesía del autor.

Finalmente, en el ensayo “Sobre la situación más reciente de la República de Centroamérica o Guatemala” que se publicó originalmente en la revista científica Hertha en el año 1826, publicado por la editorial de la Universidad de Costa Rica en una edición de Héctor Pérez Brignoli en el año 2011, Humboldt reitera que:

Por lo que los ojos del mundo comercial están puestos con toda razón en el Río San Juan, que puede hacerse navegable en el Lago de Nicaragua, que tiene 88 pies españoles de profundidad, y en la lengua de tierra entre la ciudad de Nicaragua y el puerto de San Juan del Sur.  El ingeniero Galisteo determinó en 1781 que el fondo del Lago de Nicaragua está todavía a 46 pies españoles sobre la superficie del Mar Pacífico, de lo que me he enterado no hace mucho por medio de la comunicación del gran geógrafo don Felipe Bauzá.  No existe una cadena montañosa alta que impida el canal oceánico entre los cacaotales de Nicaragua. Pero mejor reúno en otro ensayo, en relación con otros proyectos, los documentos que poseo sobre este asunto. (Zentralamerika = Centoamérica, edición de Héctor Pérez Brignoli  EUCR, 2011, p. 93).

Conviene recordar que para la fecha de esta publicación la declaración de Independencia de la región centroamericana todavía era muy reciente y se gestaba la idea de una confederación, la Federación Centroamericana o la República Federal Centroamericana. El escrito se refiere a aspectos demográficos, históricos y arqueológicos, geográficos, vulcanológicos y políticos, el científico alemán tenía gran interés y bastantes expectativas sobre el desarrollo de la región. 

Es pertinente destacar que para este último ensayo Alexander von Humboldt se valió de la correspondencia con el político centroamericano José Cecilio del Valle, quien formaba parte de las redes que el científico alemán había establecido con intelectuales, políticos, pensadores y científicos de todo el orbe; en este sentido es justo reconocer que el prócer centroamericano ha tenido un lugar destacado en esas redes de comunicación con Humboldt y se hace pertinente indagar más sobre el carácter humboldtiano en el pensamiento de del Valle.  Para una comprensión del proyecto de un canal en la franja centroamericana es preciso también relacionarla con las ideas de José Cecilio del Valle a quien el científico alemán cita textualmente en este ensayo de 1826:

Tenemos puertos en los dos mares y, si alguna vez esos mares se unen por medio de un canal por Nicaragua (sobre el cual usted probablemente ya posee mucha documentación), nuestra República, en el centro de América, cuando conecte el comercio de las Antillas con el comercio de China y el archipiélago indio, va a llegar a ocupar un lugar preponderante en el orden de las naciones.  Lamentablemente hasta ahora nos hemos quedado completamente del lado oscuro del planeta, y cuando miramos los mapas que nos llegan de Europa, en la imagen desfigurada del país apenas si reconocemos las cordilleras, los ríos y los nombres de las populosas ciudades. (Zentralamerika = Centoamérica, edición de Héctor Pérez Brignoli  EUCR, 2011, p. 83).

Por otra parte, es necesario tomar en consideración que para este último escrito sobre el tema Humboldt se basó en varios documentos y mapas como el “Plano del canal proyectado en Nicaragua 1822” de Antonio de la Cerda, así como dos cartas marítimas españolas publicadas por el Depósito Hidrográfico de Madrid 1803 y 1822 y el trabajo estadístico de Domingo Juarros “Compendio de la historia de la ciudad de Guatemala” (Pérez Brignoli, 2011, p. 22). 

Entre las referencias que utiliza Humboldt está la de Manuel de Galisteo, ingeniero español, agrimensor o topógrafo, quien fue comisionado por el Capitán General de Guatemala Matías de Gálvez en el año 1781 para explorar la laguna de Nicaragua y realizar una nivelación topográfica entre la laguna y el mar del Sur con tal de determinar los desniveles que existían.  Galisteo precisó que el nivel ascendía unos 170 m. para bajar después 132 m. de altitud hasta la laguna de Nicaragua, situada a unos 38 m. sobre el nivel del mar del Sur y planteó que era necesario abrir un camino de cuatro leguas de longitud.

Por su parte, en el informe Thomas C. Reynolds de 1885, recopilado por Peralta en la publicación Canal Interoceánico de Nicaragua y Costa Rica ya mencionada, se indica que “El ingeniero español don Manuel Galisteo la exploró en 1781 y estimó su elevación sobre el nivel del océano en 284 piés y sobre el del lago en 151, siendo la altura del lago sobre el océano de 133 piés. El Sr. Lévy (Nicaragua, p. 529) dice que Galisteo encontró que la diferencia de nivel entre el lago y el Pacífico era de 135 piés” (Canal Interoceánico de Nicaragua y Costa Rica, Bruselas: Imprenta de Ad. Mertens, 1887, p. 39).

Un ideal fallido

El proyecto del canal interoceánico centroamericano se descartó por inviable, aunque todavía quedan algunas iniciativas que reconsideran esa estrecha dudosa vía de tránsito fluvial y marítima.  Si bien es cierto el proyecto no se llegó a construir físicamente, su huella quedó en los mapas y en los diversos documentos y tratados que todavía hoy tienen vigencia.  Esa vía que comunicara el mar del Norte y el mar del Sur no se logró concretar por el paso del río San Juan y el lago de Nicaragua, sin embargo, por más de cuatro siglos ese canal ha sido un sueño, una utopía, que queda plasmada en imágenes textuales y visuales, como es testimonio el Diseño de José María Alexandre Guerrero (imagen 11) en el que se procura averiguar si existía posibilidad de comunicar el lago de Nicaragua con el mar del Sur.

José María Alexandre Guerrero, Diseño 1779

Imagen 11. Diseño de José María Alexandre Guerrero, 1779. Material: cortesía del autor.

Las ideas propuestas por Alexander von Humboldt sobre este tema son un eslabón más en esa construcción imaginaria de esta utopía. El científico alemán privilegió la posición estratégica del istmo y vio con claridad su potencial; en su pensamiento vislumbraba con claridad el carácter y las ventajas que observaba sobre Centroamérica y su posición geopolítica y de comunicación global, aspecto que también tenía muy claro José Cecilio del Valle quien le había comentado a Humboldt en una de sus cartas que:

Guatemala, colocada en posición geográfica más feliz que México, situada en medio de la América sobre tierras fecundas de diversas temperaturas; regada por ríos que pueden ser navegables, poblada de vegetales, infinitamente, variados en sus géneros y especies, rica en minerales, apenas trabajados hasta ahora por escasez de fondos, máquinas y mineralogistas, con puertos a uno y otro océano y en posición de acometer la obra más grande en que puede pensarse de abrir por el lago de Nicaragua la comunicación de ambos mares, sería una de las naciones más expectables del Universo, si ojos como los de usted supieran verla y manos como las suyas pintarlas o describirla.  (José Cecilio del Valle, Carta a Alexánder von Humboldt, 29 de octubre de 1829, tomada de Zentralamerika = Centoamérica, edición de Héctor Pérez Brignoli  EUCR, 2011, pp. 113-114).

En efecto, Humboldt supo comprender las cualidades de la región centroamericana y su potencial para construir entre el río San Juan y el lago de Nicaragua una vía de comunicación que posicionara a la región en el contexto geopolítico contemporáneo, sin embargo la historia fue escrita por otras manos y en otras latitudes.

Bibliografía

Humboldt, Alexander von, Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España, 1811. Libro 1, Capítulo 2, París, Casa de la Rosa, 1822.

Humboldt, Alexander von, Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente hecho en 1799 hasta 1804, Tomo V, París, Casa de la Rosa, 1826.

Humboldt, Alexander von,  Zentralamerika = Centoamérica, edición de Héctor Pérez Brignoli  EUCR, 2011, pp. 19-37.

Peralta, Manuel María (compilador), Canal Interoceánico de Nicaragua y Costa Rica, Bruselas: Imprenta de Ad. Mertens, 1887.

Pérez Brignoli, Héctor,  “Centroamérica en la obra de Alexánder von Humboldt”, en Alexánder von Humboldt,  Zentralamerika = Centoamérica, edición de Héctor Pérez Brignoli  EUCR, 2011, pp. 19-37.

Urbina, Nicasio “El canal interoceánico en la novela nicaragüense”, Carátula, 117, https://www.caratula.net/75-el-canal-interoceanico-en-la-novela-nicaraguense/ (consultado el 27 de diciembre de 2023).

Leonardo Sancho Dobles
Catedrático Humboldt 2019, docente de la Escuela de Estudios Generales
leonardfbzyo.sancho  @ucrtwqe.ac.cr