Proyecto de la UCR motiva el interés por la ciencia en estudiantes de primaria

El juego es uno de los métodos usados para el acercamiento de los niños y niñas a la ciencia. Fotografía cortesía del proyecto EC-575.

Con el propósito de reflexionar y estimular la difusión de la ciencia, desde el año 2020 una serie de organizaciones de diferentes países propuso  ante la Oficina Regional de Ciencia y Tecnología para América Latina y el Caribe de la Unesco la instauración del Día Internacional de la Cultura Científica. Se eligió el 28 de septiembre, por el aniversario de las transmisiones de la serie televisiva  ‘Cosmos’  (1980), uno de los programas de divulgación científica más influyentes de la historia.

Esta iniciativa liderada por Sociedad Mexicana de Divulgación de la Ciencia y la Técnica suma a 167 organizaciones de 43 países en África, Asia, América y Europa, en las que participa la Universidad de Costa Rica (UCR).

Dentro de este contexto, la UCR desarrolla  el proyecto de acción social EC-575 "Hablemos de Ciencia", con un enfoque fundamental en el conocimiento y la motivación. El objetivo principal es mostrar las posibilidades que existen en el país en términos de proyectos científicos y tecnológicos e inspirar a estudiantes de escuela primaria a interesarse por las diversas ramas de la ciencia.

Uno de los proyectos de Ingeniería y Física consistió en desarrollar una estructura con pajillas de papel que lograra proteger a un huevo de una caída. Fotografía cortesía del proyecto EC-575.

El trabajo se concentra en actividades presenciales en escuelas de zonas rurales y de escasos recursos, en comunidades como Golfito, Perez Zeledon, Parrita, Quepos, Dota, La Carpio, San Ramón, Quebradilla de Cartago, Liberia, el cantón central de Heredia, el cantón central de Limón, Espíritu Santo de Esparza  y Montes de Oca de San Pedro.

La ciencia es divertida

Durante las visitas a las escuelas se aplica una metodología lúdica, en la que se combinan juegos, charlas y videos y experimentos prácticos. La experiencia comienza con un juego tipo “¿Quién quiere ser millonario?”, para romper el hielo y explorar los conocimientos de los estudiantes. Se les da una breve charla sobre un tema o disciplina particular, posteriormente se les proyecta un video donde un investigador o investigadora costarricense se dirige a los niños y niñas narrando su procedencia, cómo logró estudiar alguna de las ramas de la ciencia y qué proyectos está realizando, ya sea en el ámbito nacional o internacional. Finalmente se guía a los niños y niñas en el desarrollo de un experimento práctico referente a la charla y los videos que se mostraron con anterioridad.

La coordinadora del proyecto, la microbióloga Pamela Altamirano, destacó que desean impulsar algunas ideas importantes en los estudiantes. “Queremos que se quiten el tabú de que la ciencia es aburrida; que si provienen de una zona rural no pueden ser científicos. Queremos que vean que en Costa Rica también hacemos ciencia y que con disciplina y responsabilidad pueden cumplir sus metas”.
 
Por otro lado, Altamirano destacó la importancia de compartir las posibilidades y experiencias de vida de carácter personal, que se pueden tener por medio del estudio como por ejemplo la posibilidad de viajar y conocer otras culturas, para motivar a los niños y niñas.

Levadura con azúcar y sin azúcar les sirve a los estudiantes de comparación para evidenciar la acción de los microorganismos en la alimentación. Fotografía cortesía del proyecto EC-575.

El papel docente

Michael Amador García, estudiante de la carrera de Educación Primaria y quien participa activamente en el proyecto, describió su experiencia como enriquecedora y retadora ya que su función es diseñar los experimentos relacionados con los temas y adecuarlos para niños y niñas de diferentes edades.

García destacó el compromiso de los docentes de las escuelas y resaltó que si bien en las visitas y talleres se ven temas distintos al plan de estudios del Ministerio de Educación, usualmente los estudiantes muestran un buen nivel de conocimientos, lo que les falta es llevar la teoría a la práctica. “Cuando hacemos el experimento, por ejemplo con microorganismos y levaduras, vemos como su carita se ilumina, cuando terminan de comprender algo que abordaron en clases” declaró.

Tatiana Murillo Morales, microbióloga participante del proyecto resaltó que si bien el proyecto incluye por igual a niños y niñas, una de las motivaciones iniciales es estimular a más niñas a estudiar carreras científicas, ya que para ella destacó, las mujeres tienen que hacer grandes sacrificios para ser científicas ya sea dentro o fuera del país.