El Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (LanammeUCR), a través de un oficio recomendó a la Administración realizar una mejora en las medidas de seguridad vial de la ruta nacional 23 debido a los fuertes oleajes que se esperan esta semana y que podrían poner en riesgo a los usuarios de la carretera.
El oficio EIC-Lanamme-561-2023, enviado el jueves 29 de junio del presente año, al ministro de Obras Públicas y Transportes, Ing. Luis Amador, tiene como objetivo alertar sobre las afectaciones en la carretera que se han venido detectando principalmente en el tramo de la carretera que se ubica en la zona de Caldera producto del fuerte oleaje y la erosión costera, estas evaluaciones se unen a las advertencias de fuerte oleaje generadas por Módulo de Información Oceanográfica (MIO) del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) de la UCR, quienes también han recomendado implementar protocolos de seguridad en caso de fuerte oleaje.
De acuerdo con el MIO-CIMAR el fuerte oleaje en la costa Pacífica de Costa Rica que se ha presentado este año es producto de la conjunción de mareas altas, tormentas en el Océano Pacífico y el aumento en el nivel mar debido a la presencia del fenómeno del Niño.
Este oleaje ha generado un impacto directo en la ruta nacional 23 que se encuentra más cercano a la costa, ya que el agua del mar invade el área de la calzada con fuerza, arrastrando consigo suelos finos, piedras y otros, lo que a su vez representa un riesgo de seguridad vial para todas las personas que son usuarias de esta vía, tanto aquellos que circulan en vehículos automotores como peatones y ciclistas, al existir en la zona aceras y ciclovía, todos estos factores influyen para que haya un mayor riesgo de ocurrencia de accidentes de tránsito en ese tramo en particular en el lapso en que el fuerte oleaje invade la calzada.
Entre los principales riesgos asociados a estas condiciones están: lesiones por pérdida del control del vehículo, pérdida de la visibilidad, hidroplaneo, desplazamientos laterales de los vehículos o volcamientos, pérdida de la estabilidad de los ciclistas y de los peatones y su consecuente efecto de arrastre hacia la calzada vehicular.
Ante estas posibles afectaciones, resulta necesario tomar medidas para disminuir el riesgo de accidentes, por lo que es indispensable mejorar el señalamiento vial y establecer protocolos efectivos de control en carretera, siendo el control de la velocidad uno de los más importantes.
El LanammeUCR recomienda coordinar los esfuerzos con la Dirección General de Ingeniería de Tránsito (DGIT), con el fin de proponer las señales verticales más adecuadas para este tipo de peligros, como las de velocidad restringida en caso de fuertes lluvias y oleaje, así como otras de tipo de señales preventivas en las que se alerte de las condiciones que se pueden presentar en la zona cuando se dan este tipo de eventos climáticos.
También y como medida más inmediata, se recomienda crear un protocolo de control en carretera para que, cada vez que se den las condiciones de fuerte oleaje, se pueda contar con presencia de policías de tránsito en la zona, para un mejor control de la velocidad vehicular y atender cualquier percance con inmediatez.
Se recomienda a la Administración mantenerse al tanto de las condiciones del oleaje de forma oportuna y utilizar continuamente los pronósticos locales de oleaje y viento del MIO-CIMAR http://www.miocimar.ucr.ac.cr/pronosticos-locales.
Además, el MIO-CIMAR cuenta con una cámara web que transmite en vivo desde la zona donde se presentan los mayores problemas por oleaje en Caldera: https://www.youtube.com/channel/UCm2hmTlK12e9d1QDaWAMLbg. Por lo que también, se puede promover entre los usuarios de esta importante ruta el uso de fuentes de información oficial como la que brinda el MIO-CIMAR mediante su aplicación para teléfonos celulares, la cual proporciona pronósticos del oleaje en cada región del país, información que permite tomar medidas preventivas de forma oportuna.
Una de las sugerencias es colocar vallas digitales informativas de mensaje variable en puntos estratégicos de la red vial en donde los usuarios tengan la posibilidad de optar por una ruta alterna; por ejemplo, antes del intercambio de Orotina entre la Ruta Nacional 27 y la Ruta Nacional 3, y antes del intercambio de Barranca, entre la Ruta Nacional 1 y la Ruta Nacional 23.
A través de estas vallas controladas remotamente, se les informa a los usuarios en tiempo real para que consideren hacer cambios en su ruta y así reducir riesgos.
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