José Manuel Conejo Vargas, docente de la Escuela de Artes Drámaticas y ganador del Premio Nacional de Teatro Ricardo Fernández Guardia 2022, en la categoría de diseño, en conjunto con Douglas Mora Aguilera, Andrea Chacón Rodríguez, Micaela Canales Barquero y Francesco Bracci Moreno, por su trabajo en la obra "Paso".
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.El montaje de una obra de teatro involucra el trabajo de muchas personas que aportan su conocimiento y experiencia, para que la puesta en escena contenga todos aquellos elementos necesarios para contar la historia que el director o la directora quiere plasmar y trasmitir al público.
Dentro de esos aspectos está el diseño sonoro, un elemento que destacó dentro de la obra “Paso” de Mabel Marín, un espectáculo escénico multimedia.
José Manuel Conejo Vargas fue el encargado de llevar acabo esta labor. Él de manera compartida con Douglas Mora Aguilera, Andrea Chacón Rodríguez, Micaela Canales Barquero, y Francesco Bracci Moreno, recibieron el Premio Nacional de Teatro Ricardo Fernández Guardia 2022 en la categoría de Diseño.
El jurado les dio este reconocimiento “por el trabajo en conjunto, efectuado para la obra “Paso”, en la que logran una integración muy compleja, con todos los elementos del diseño, que se debe incorporar de manera funcional con la propuesta teatral, logrando así un espectáculo visualmente novedoso, fuerte y atractivo.
Conejo, recalcó que el galardón significa una validación al trabajo de las personas que trabajan en labores técnicas en los teatros, especialmente para aquellos que se han dedicado al sonido durante mucho tiempo y a los que pocas veces se les reconoce su trabajo.
José Manuel Conejo, docente de la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica, habló sobre su labor en la obra y la importancia de que se reconozca el esfuerzo por innovar dentro de los espectáculos teatrales que se presentan en el país.
Para “Paso”, realizó todo lo concerniente a la experiencia sonora, esto incluyó la composición musical, los sonidos que forman parte de la obra, así como la instalación de todo el sistema de audio, para cumplir con los requerimientos de la dirección y el diseño general de la obra.
El reto fue grande, ya que la puesta en escena debía sonar como una película, lo que planteó necesidades estéticas muy específicas. También implicó investigar y probar distintos sistemas y formatos, además de la posibilidad de que la experiencia que se grababa en estudio pudiera ser replicada en el teatro.
“La obra sonaba como una película siguiendo los estándares cinematográficos, pero con la particularidad de que toda la ejecución sucede bajo las reglas del teatro, que es todo en el momento. Entonces programaciones complejas de músicas, las músicas nunca acababan, sino que cambiaban o se transformaban hasta que los actores hacían o ejecutaban acciones en específico. Los sonidos de ciertos objetos solamente pasaban cuando los actores o las actrices interactuaban con ellos, ciertos personajes animados que tenían diálogos con los actores solamente emitían su diálogo cuando obtenía una respuesta de los de los actores y las actrices. Entonces tenía esa cualidad del teatro sonando de una manera cinematográfica y en sincronía con todos los elementos audiovisuales que ya estaban también presentes en la obra”.
En relación a los retos que encuentra en al ámbito nacional, señaló la compleja situación en la que cada día los gobiernos de turno van eliminando todo lo que tiene que ver con la educación en cultura.
En este sentido hizo énfasis en la necesidad de evolucionar más allá de la concepción tradicional del teatro, en la que solamente destaca la actuación.
“Si vos has ido a ver teatro, te vas a dar cuenta que detrás de la actuación hay todo un tema. Maquinaria que sostiene las interpretaciones, entonces, poco a poco, el mismo país va entendiendo que hacer teatro, hacer espectáculos, hacer música, hacer un montón de cosas requiere de un montón de profesionales”.
Por eso se hace necesario que se amplie la formación en aspectos tecnológicos dentro de las artes escénicas y se motive a las nuevas generaciones a incursionar y acercarse a áreas como el diseño sonoro.
“Yo esperaría que aparte del premio, esto invite a autoridades universitarias de todas las universidades del país a entender el valor de este tipo de conocimientos porque también dentro de la lógica de las carreras STEM, que es una tendencia que se está dando ahora, debemos entender el arte como una manifestación tecnológica”.
© 2024 Universidad de Costa Rica - Tel. 2511-4000. Aviso Legal. Última actualización: noviembre, 2024