A sus 83 años, y aún con algunas dificultades para movilizarse, la Dra. María Eugenia Bozzoli Vargas aceptó con agrado la invitación de la profesora Patricia Rojas, también antropóloga, para dictar la lección inaugural del ciclo lectivo 2023 en la Sede el Sur. Tenía curiosidad de ver cómo son las cosas ahora.
Foto: Katzy O´neal.La lección inaugural de la Sede del Sur titulada: “40 años de la presencia de la Universidad de Costa Rica en el Pacífico Sur de Costa Rica: una mirada a la diversidad histórico cultural de la región”, se llevó a cabo el martes 28 de marzo a las 9:00 a. m. en el salón multiusos en medio de un calor inclemente de 33 grados a la sombra.
Como oradora principal, participó la Dra. María Eugenia Bozzoli Vargas, quien fue una de las principales promotoras de lograr que la UCR adquiriera las instalaciones donadas por la Compañía Bananera en 1983-1984, donde hoy se asienta la Sede del Sur. “Esa decisión valiente le ha cambiado la vida a miles de personas”, señaló el director de la Sede del Sur, M.Sc. Luis Carlos Nuñez, al presentarla.
Una hora antes de su exposición, encontramos a la octogenaria oradora sentada en medio de un grupo de estudiantes de San Vito, Corredores, Golfito y otras localidades de la Región Brunca que la escuchaban con atención. Se hacía acompañar por otras dos destacadas antropólogas, Ana Cecilia Arias Quirós y Maureen Sánchez P., amigas, académicas e investigadoras jubiladas de la UCR.
La escena era impensable hace 40 años. Jóvenes estudiantes universitarios de toda la zona Sur, de territorios indígenas y otros lugares del país compartiendo con académicas en Golfito en el marco de una lección inaugural. En primera fila se colocaron los profesores y profesoras de la Sede, un cuerpo docente consolidado, en el que destacan varios docentes radicados junto con sus familias en Golfito.
"El que la Universidad de Costa Rica esté aquí es, sin duda alguna, sinónimo de crecimiento, sinónimo de desarrollo y sinónimo de personas amantes de su país, reflexivas y críticas ”, señalaba la profesora Ana Cecilia Arias al iniciar el conversatorio que motivó el conocimiento, la reflexión y el diálogo. Para llegar a este momento el camino fue largo y sinuoso.
La lección inaugural se llevó a cabo en el salón multiusos, uno de los edificios restaurados por la UCR que perteneció a la Compañía Bananera. La profesora Patricia Rojas detalla que este edificio conocido como "Merchandaise" era una especie de comisariato para las clases altas que residían en barrio blanco o zona americana.
Foto: Katzy O´neal.Quien escribe estas líneas aún no había nacido cuando doña Maruja recorría los vastos territorios de la Región Brunca estudiando la cultura de los pueblos originarios y de los colonizadores llegados del Valle Central, Guanacaste y Chiriquí atraídos por la fiebre del oro y las fuentes de empleo que ofrecía la Compañía Bananera United Fruit Company.
María Eugenia empezó a estudiar la zona en 1960. A partir de sus estudios identificó 4 estadios en la historia de la zona Sur, que no desaparecen sino que se van integrando conforme pasan las décadas. El primero es el Precolombino. El segundo es, la Región de Refugio, que inicia con la llegada de Juan Vásquez de Coronado en 1563, en ese periodo los indígenas se refugiaron en zonas montañosas y se organizaban totalmente aparte de los españoles, aún es lugares como Térraba y Boruca donde habían misioneros españoles, detalla la profesora emérita.
El tercer estadio es la Región de Colonización, que inicia a mediados del siglo IX cuando empiezan a llegar personas del Valle Central, un proceso que fue gradual y luego con la apertura de la carretera Interamericana ocurre una avalancha de colonizadores que llegan por la ruta de San Isidro del General, también llegan otros desde Guanacaste y Chiriquí. El cuarto es el la Región de Desarrollo, definido desde mediados de 1960 a 1970, periodo en que las instituciones del Valle Central establecen regiones para la planificación y se desarrollaron sendos proyectos y programas de desarrollo.
Desde ese entonces, recuerda ella, se habla incesantemente de la búsqueda de desarrollo para la zona Sur. Sin embargo, reflexiona Bozzoli, el anhelado desarrollo sigue sin alcanzarse en esta región que aún hoy continúa encabezando las estadísticas de bajo desarrollo humano y pobreza. “¡Aquí nunca se ha acabado la pobreza y cuánto tenemos de estar en desarrollo!” criticó la académica.
La Dra. Bozzoli detalla que de 1938 cuando se inaugura el puerto hasta finales de los años 70 se da el auge del enclave bananero pero a inicios de la década de 1980 la actividad bananera empieza a decaer en la zona. En 1982 la Compañía estaba decidiendo eliminar la División Golfito, algunas razones son la competencia externa (Ecuador), la competencia interna (El Caribe), el movimiento sindical, la diseminación de la enfermedad del banano “Sigatoka negra” y la influencia estatal en lo institucional.
El director de la Sede del Sur, Luis Carlos Nuñez, hizo entrega de un certificado de reconocimiento a la Dra. Bozzoli "Por gestionar la llegada de la Universidad de Costa Rica a la ciudad de Golfito en 1963". Foto: Katzy O´neal.
Paralelamente, en 1962 empiezan a llegar los grupos de estudiantes de la Universidad de Kansas a Golfito como fruto del convenio de cooperación establecido en 1958 entre el rector Rodrigo Facio y Franklin D. Murphy, Canciller de la Universidad de Kansas. La Dra. Anita Hertzel, profesora de Kansas, trajo a varios grupos y estableció una amistad con el gerente de la bananera. A los estudiantes, les interesaba principalmente ver cómo funcionaba el enclave en Costa Rica, mencionó la expositora.
Un personaje central de la historia es Fritz Stargardter quien en ese entonces era el gerente de la Compañía Bananera, una persona estudiosa que sentía un enorme cariño por la zona, según lo recuerda Bozzoli. “En 1982 cuando vino la decisión de deshacerse de los bananales él sufrió y buscó muchos medios para que esto no quedara abandonado” pero nada prosperó. Finalmente, Fritz le ofreció las instalaciones a la Universidad de Kansas, la cual aceptó pero pidió incorporar a la UCR.
“Lo que nos ofrecía la compañía a mí me entusiasmaba, es que no era poquito” dice la antropóloga al recordar la generosa oferta de don Fritz que incluía no solo la zona americana, sino barrios y bosques completos. Para concretar la donación primero debía ser el Estado costarricense el que la recibiría.
Por ello, el entonces rector, Fernando Durán Ayanegui, le encomendó representar a la Universidad en las negociaciones con el Gobierno de Luis Alberto Monge. El Ministro de la Presidencia Danilo Jiménez Veiga era la persona encargada y él también era partidario de que la Universidad tuviera las instalaciones, según detalla Bozzoli.
A partir de esta decisión, en 1983 la Universidad de Costa Rica y la Universidad de Kansas conforman una comisión para planificar qué se hacía con las instalaciones, las cuales, comprenden poco más de 4 hectáreas. Allí se ubican 14 edificaciones correspondientes al periodo de enclave bananero, de las cuales, dos: la Antigua Gerencia y el Club Centro, fueron declarados como Patrimonio histórico arquitectónico en 1998.
Patricia Rojas, docente de la Sede del Sur, conversó con María Eugenia Bozzoli, Ana Cecilia Arias Quirós y Maureen Sánchez P., académicas e investigadoras jubiladas de la UCR. Las invitadas ofrecieron durante dos horas un recorrido histórico desde los pueblos originarios, sus costumbres, sus modos de vida y construcciones, pasando por la época dorada del enclave bananero hasta el presente. (Foto: Katzy Oneal).
María Eugenia Bozzoli coordina la comisión, donde también participa Oscar Quirós, actual docente de la Sede del Sur quien estudió en Kansas. Su posición era clara: la UCR debía desarrollar proyectos de investigación y acción social en este espacio pero no tendría docencia. “Alguna vez me criticaron que yo no quería que hubiera docencia en Golfito, yo solo hice planes para investigación y acción social aquí”, dice, esto porque se puede organizar por temporadas.
Bozzoli reconoce que en el pasado no estaba de acuerdo en que profesores viajaran ida y vuelta en un mismo día desde San José o Puntarenas a dar lecciones porque resultaba muy oneroso para la institución. A su modo de ver, en aquel momento no existían las condiciones adecuadas para que los y las docentes se trasladaran e impartieran clases con calidad y compromiso en la zona.
No obstante, en 1984 y 1985 se realizaron dos simposios en el que participaron las autoridades universitarias de ambas instituciones así como profesores e investigadores con propuestas de trabajo. El objetivo de este encuentro era motivar a los docentes a desarrollar proyectos en la zona utilizando las instalaciones como base estratégica.
Allí, se pensó desarrollar proyectos conjuntos que buscaban generar fuentes de trabajo, dado que era una preocupación para la Universidad la falta de empleos en la zona. Los primeros proyectos de acción social trabajaron con grupos de pescadores artesanales y mujeres. La presencia de la UCR y la Universidad de Kansas en Golfito mediante proyectos se extendió hasta 1996.
Bozzoli hace hincapié en que el anhelo del pueblo Golfiteño era que la Universidad diera clases allí. “La gente de aquí lo que quería era docencia, hay que reconocerlo”, apuntó.
Ese anhelo del pueblo se empieza a cumplir más de veinte años después de recibir las instalaciones en el año 2006, cuando se inaugura el Recinto de Golfito, y llega a consolidarse 36 años más tarde cuando se logra crear la Sede del Sur, bajo la dirección de la Msc. Georgina Morera Quesada, la cual ocupa estas mismas edificaciones en Golfito. Actualmente, allí se imparten 11 carreras de grado y un posgrado dirigidos principalmente a los habitantes de la región Brunca.
La Dra. Bozzoli cierra su participación con una nota optimista reflexionando que la historia de Golfito se cuenta en períodos de 40 años y se pregunta: ¿En este momento no se están gestando otros cuarenta años? ¿Cuál puede ser el evento que señale estos próximos cuarenta años como algo diferente a los anteriores? Para ella, las próximas cuatro décadas estarán definidas por los efectos de la educación universitaria en Golfito y sus alrededores.
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Este viernes 6 de diciembre, la Asamblea Colegiada Representativa de la UCR decidirá si el Recinto de Golfito se convertirá, finalmente, en la Sede del Sur. Mientras tanto, a 300 kilómetros de San Pedro, la comunidad de Golfito espera la noticia.