La mejora en procesos y herramientas tecnológicas, junto a una buena situación socioeconómica del país, son tan fundamentales como el cuido de la naturaleza para la atracción del turismo y las inversiones transnacionales, argumentó Borrás.
Ser un país ambiental y económicamente sostenible no solo beneficia al planeta y a la calidad de vida de su población: también es una oportunidad para hacer negocios con empresas multinacionales e incrementar la cantidad de visitantes que llegan a su territorio para observar sus maravillas naturales y corroborar su responsabilidad ecológica.
Así se puede resumir el pensamiento de la experta española Susana Borrás sobre la aplicación de la innovación verde en Costa Rica. Ella es profesora del Copenhagen Business School de Dinamarca y doctora en Sociología del European University Institute de Florencia (Italia), entre otros cargos.
Desde el 27 de noviembre y hasta este viernes 8 de diciembre, la especialista brindó diversas conferencias en la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Nacional (UNA) sobre la gobernanza y la innovación sostenible, así como sobre las formas de involucrar a las organizaciones y a la sociedad en la implementación de cambios ambientales beneficiosos.
Según define Borrás, la innovación verde es una serie de procesos y productos (que incluyen tecnología de punta) para aplicarlos a soluciones ecológicas y económicas para la población. Además, impulsa la regeneración del planeta frente a la contaminación emanada por la acción humana en las últimas décadas, e incluso, siglos.
Esta innovación no es pura teoría. Al contrario, ya se aplica en el primer mundo con políticas y herramientas que llevan a los países a mejorar sus oportunidades económicas. Todo esto, sin olvidar el valor de las “soluciones verdes”, que ahora tienen una gran importancia competitiva para las empresas y para las oportunidades de negocio.
Si bien el país lo hace bastante bien en materia ecológica (en comparación con la región latinoamericana), no debe atenerse a ese único aspecto. Borrás advirtió que Costa Rica debe integrar más sus buenas “políticas verdes” a las estrategias de atracción de inversionistas y turistas que deseen visitar el suelo nacional.
La especialista española adujo que cada vez es más frecuente que las empresas transnacionales tomen en cuenta las facilidades de inversión que ofrece un país, aunado con su compromiso ambiental (algo por lo que Costa Rica es bien conocida a escala internacional), para colocar sus operaciones en un determinado territorio.
Similar es la situación con el turismo, que suele valorar la riqueza y protección ecológica, pero sin dejar de lado el contexto económico y social, por lo que Costa Rica no debe despreocuparse por estos otros dos aspectos, si quiere seguir siendo un destino apetecido a nivel internacional, indicó Borrás.
Además, para la experta, el Atlas nacional de innovación 2022, presentado recientemente por el Consejo Nacionla de Rectores (Conare), es una evaluación muy oportuna para saber cómo está el país en esta temática en general, sobre todo porque este análisis evidencia los desafíos que aún debe resolver Costa Rica para conseguir y ejecutar acciones económicas y sociales que potencien sus posibilidades en este tipo de innovación.
Una advertencia que también lanzó Borrás es que el país no debe ver necesariamente a sus vecinos centroamericanos como competencia en el campo de la innovación verde, sino que tendría que colaborar con las naciones vecinas en promover prácticas en beneficio del ambiente y de la economía.
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