Cuando una gota de saber hace florecer la esperanza

Lorena es estudiante de último año de colegio y asegura que ha logrado comprender muchos temas de Español gracias al acompañamiento de Elena, estudiante de Enseñanza del Castellano y la Literatura y del Bachillerato en Inglés.

Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

El tercer sábado de cada mes, quince estudiantes de la UCR se levantan temprano para enrumbarse a la comunidad de Los Cuadros de Purral de Goicoechea para encontrarse con 150 escolares y colegiales y apoyarlos en su proceso educativo.

Las quince camisetas celestes se distribuyen en los aposentos y pasillos de una casa de la localidad, donde atienden las dudas y consultas de estudiantes desde preescolar hasta último año de secundaria.

Por espacio de dos horas, quince sonrisas universitarias se entremezclan con caras llenas de esperanza y agradecimiento por haber completado una tarea, por haber comprendido lo que en clase no quedó tan claro y por haber conocido a personas que, sin proponérselo, se han convertido en un modelo para sus vidas.

Así, mientras en un rincón, Isaac repasa las rutinas diarias y las partes del cuerpo en inglés, en un cuarto, Linley finaliza una redacción para Español y, en el fondo de la propiedad, Yeikel practica sumas, restas, divisiones y multiplicaciones hasta dominarlas. Estos tres estudiantes de primaria coinciden en que las tutorías los ayudan a tener un mejor rendimiento escolar y que disfrutan de las actividades complementarias.

“Cuando terminan las tutorías, compartimos el espacio de afuera con varios juegos para que el contacto vaya más allá del estudio. Como parte de la comunidad universitaria, queremos transmitirles otras cosas, como la posibilidad de llegar a la universidad y superarse, a pesar de las dificultades que enfrentemos”, manifestó Otniel Gutiérrez Jarquín, estudiante de Ingeniería Mecánica y asistente del Programa de Voluntariado de la UCR.

Mónica Enriquez Lanuza, directora para Costa Rica de la Fundación El Niño y la Bola, confirma las palabras de Gutiérrez, y subraya que, paralelo a las tutorías, también es importante que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que acuden cada sábado a recibir el apoyo educativo, también conozcan de cerca la experiencia de vida de estudiantes de la UCR y las carreras que cursan.

“Que los voluntarios compartan lo que están estudiando es una buena herramienta para los chicos. Que también compartan cómo enfrentaron retos siendo adolescentes para entrar a la universidad y los pasos que han tenido que dar para obtener una beca o una residencia. Les pedimos que les expliquen a los chicos las diferentes becas que hay. Eso abre la mente de los chicos”, agregó Enriquez.

Gutiérrez explica que, además de las tutorías en las materias básicas, los equipos del Programa de Voluntariado de la UCR han brindado apoyo a escolares y colegiales para sus proyectos de ferias científicas y han contribuido con conocimientos más especializados en asignaturas que cursan estudiantes de colegios técnicos.

A las visitas acuden estudiantes de diversas áreas del conocimiento, desde Ciencias de la Salud hasta Ingenierías y Ciencias Sociales. Si bien los equipos estudiantiles que apoyan las tutorías cambian mes a mes, hay personas que se han enamorado tanto del proyecto que, además de ir como representantes de la UCR, también lo han hecho otros sábados a título personal.

Una de las colaboradoras más asiduas es Elena Castillo López, estudiante de Enseñanza del Castellano y la Literatura y del Bachillerato en Inglés, quien se involucró en el Programa de Voluntariado desde mediados del 2022 y apoya con sus conocimientos en español e inglés a quienes acuden a las tutorías.

Para Elena, esta experiencia es beneficiosa tanto para quienes reciben como para quienes dan las tutorías porque, en su caso, como futura docente, es una oportunidad para poner en práctica todo lo que aprende en las aulas universitarias. Adicionalmente, resalta el aprendizaje que obtiene de cada persona a quien ha podido ayudar.

“Es una población con situaciones muy complejas. Para ellos, es muy gratificante que uno llegue y tenga su tiempo para explicarles cosas que no puedan con sus padres porque, tal vez, trabajan mucho o no tienen tiempo. Para ellos, es muy beneficioso encontrar un espacio donde, de manera gratuita, les ayudan a hacer sus tareas”, agregó Castillo.

Por su parte, María Paula Ramírez Sánchez, estudiante de Dirección de Empresas, no ocultó su emoción de hacer su primer voluntariado en Los Cuadros. “Sentí muchos nervios de pensar en no poder brindarles la ayuda necesaria, pero, ya estando aquí, uno se da cuenta de que la gente agradece mucho cualquier apoyo que uno les pueda brindar, que lo poco que uno sabe puede ser de gran beneficio para ellos”, manifestó.

En la última visita del Programa de Voluntariado, Yeikel estuvo repasando las operaciones matemáticas básicas de la mano de Otniel Gutiérrez Jarquín, estudiante de Ingeniería Mecánica y asistente del Programa de Voluntariado de la UCR.

Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Fundación El Niño y la Bola

La Fundación El niño y la bola de Costa Rica es parte de la organización internacional Boy with a ball con sede en Atlanta, Georgia, Estados Unidos.

En el 2004, algunos de sus miembros visitaron Costa Rica para iniciar su trabajo con comunidades vulnerables. Inicialmente, lo hicieron con personas en condición de calle en el centro de San José, pero rápidamente se movilizaron al sector conocido como El Triángulo de Solidaridad, en Tibás.

Ahí comenzaron por hacer caminatas para conocer la comunidad. En una de ellas, se encontraron con un par de niñas sentadas en la calle haciendo una tarea de la escuela. Ambas le pidieron ayuda a una voluntaria porque no comprendían lo que tenían que hacer. A la siguiente semana, ya no eran solo dos, sino que muchas niñas más estaban esperando la visita de aquella voluntaria para que les ayudara con sus deberes escolares. Así nació el programa de tutorías, el cual se amplió a la comunidad de Los Cuadros de Purral de Goicoechea en el 2010.

Paralelo a las tutorías, la Fundación también desarrolla un programas de inglés, otro de técnico en administración de empresas y otro de servidores, en el que capacitan a niños, niñas y adolescentes, entre los 9 y 14 años, para ser líderes en su comunidad y en la propia organización.

Usted también puede aportar con su trabajo voluntario con esta Fundación. Para más detalles puede comunicarse al teléfono 2297 7058 o escribir al correo electrónico inicoafo  @elninoylabolaifec.org. También puede visitar su página de Facebook.