Según datos proporcionados por ONUSIDA para el 2022, en Costa Rica viven aproximadamente 17 000 personas adultas y menores de edad diagnosticados con VIH. De este grupo, 11 000 reciben tratamiento antirretroviral, lo que representa un 66 % de cobertura.
El informe de ONUSIDA también revela una tasa de defunciones nacional en promedio de 3,5 por cada 100 000 habitantes. En el 2021, se registraron 1 100 nuevos casos de VIH, evidenciando un aumento de 181 casos en comparación con el año anterior.
Mientras que el diagnóstico y las defunciones están concentrados principalmente en hombres que tienen sexo con hombres, el uso condón en esta población es de apenas un 39,2 %. Sin embargo, el VIH no discrimina sexo, etnia o edad.
Es en este contexto que la Universidad de Costa Rica (UCR) apuesta por el empoderamiento de la juventud, como forma de prevención, a través del proyecto de Acción Social Prevención de la violencia sexual y vulnerabilidad de ITS/VIH/SIDA en personas menores de edad (TC-562), inscrito en la Escuela de Medicina.
Este proyecto de Trabajo Comunal Universitario, tiene como objetivo principal contribuir a la prevención de la violencia intrafamiliar y sexual en centros educativos y comunidades y se dirige tanto a menores de edad como a las personas adultas responsables de los mismos.
La coordinadora del proyecto Grettcheng Flores Sandí destacó la importancia de la formación en sexualidad ya que los jóvenes están sometidos a muchos estímulos y están teniendo prácticas sexuales cada vez a más temprana edad. “Les explicamos cómo el uso del condón previene embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual“ declaró Flores.
Entre los temas abordados por el proyecto se encuentran relaciones impropias, abuso sexual, orientación sobre a quién acudir en caso de sufrir algún tipo de abuso y prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual (ITS), con especial énfasis en el VIH.
En comunidades se presentan vacíos importantes de información, “(...)hemos visto poblaciones donde tenemos que comenzar por el nombre de las partes de cuerpo”, argumentó Flores. Por lo que el proyecto implementa diversas estrategias de abordaje según el contexto de cada visita y por medio de técnicas no formales como actividades lúdicas, juegos, charlas, dinámicas, podcasts, infografías y publicaciones en redes sociales, intentan brindar información relevante que contribuya a prevenir el contagio de las ITS.
La metodología adoptada busca no solo informar, sino también sensibilizar a la población, propiciando una disminución de la propagación del VIH y previniendo la prevalencia de la violencia sexual.
El Día Internacional de la Acción Contra el Sida se estableció en 1988 por la extensión de la infección del VIH. Gobiernos, agencias internacionales y sociedad civil se reúnen y realizan actividades para conmemorar e informar sobre las acciones referentes a esta problemática.
En todo el mundo se llevan a cabo actividades de concienciación, se viste un lazo rojo, como símbolo de apoyo y solidaridad con las personas infectadas. Personas que viven con el VIH alzan la voz sobre temas importantes en sus vidas, a la vez que grupos organizados se movilizan en apoyo de las comunidades a las que representan, recaudan fondos y se difunde el estado actual de la epidemia.
En 2011 ONUSIDA decidió cambiar el nombre por el de Día Internacional de la Acción contra el Sida, por considerar que la palabra «lucha» tiene una connotación bélica.
Cada año se establece una consigna distinta para la celebración de la efeméride. En 2023 el lema es “Que lideren las comunidades”.
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