Dra. Vanessa Montalbán Rivera, docente de la Escuela de Estudios Generales.

Los Seminarios de Realidad Nacional (SRN) constituyen una de las actividades a través de las cuales se concretiza la formación humanista, sello distintivo de los profesionales de la Universidad de Costa Rica. Son parte de la visión original y pionera del Dr. Rodrigo Zeledón, presentada en el III Congreso Universitario, de 1975, en que se incorpora, al currículo universitario el curso de “Seminario de Realidad Nacional”, junto con el Trabajo Comunal Universitario (TCU).

Dentro de la dinámica formativa de los primeros años de los profesionales de la UCR, se contempla una formación humanista que además de una iniciación en la cultura general, en la investigación, el pensamiento crítico, en los Estudios Generales, da un paso más dedicando una parte a la reflexión y profundización en el conocimiento de situaciones nacionales, que son abordadas desde la diversidad disciplinar del personal docente que en toda la universidad colabora con esta labor sustantiva. 

La intención es que ese análisis de las problemáticas nacionales, culmine en acciones concretas de cambio, que se cristalizarían en el TCU. En síntesis, se responde en parte a las responsabilidades delegadas por la comunidad nacional a esta casa de estudios; la de lograr incidir para mejor en las situaciones de esa comunidad que ha depositado su confianza en el sistema de educación pública, y que la financia gracias al pago de los impuestos, desde la persona de más escasos recursos, a aquellas que los tienen en sobreabundancia. 

Al interior de los cursos, hay una dinámica muy enriquecedora desde diferentes puntos de vista, por un lado, para la persona docente implica inicialmente el reto de afrontar la tarea del análisis de situaciones de la realidad nacional, desde los aportes y la riqueza de su propia disciplina y experiencia; ejercitándose además en la práctica propia de un curso tipo seminario, que debe ser participativo, crítico, abordando la multidisciplinariedad de la población estudiantil con que comparte. Estimulante para la constante búsqueda de metodologías que propicien la investigación participativa y crítica.

Desde el punto de vista estudiantil, sin duda es todo un reto llegar a un curso en el que preferiblemente se encuentra nuevamente con una persona docente que no es de su área de estudio. Nuevamente participará de la dinámica de estudio y trabajo personas estudiantes de otras disciplinas, enriqueciendo la formación humanista por la interrelación de tanta diversidad entre personas, experiencias y conocimientos.

Institucionalmente la dinámica de los SRN ha generado experiencias de parte de las escuelas y facultades muy enriquecedoras, presentes en las diversas actividades que se han llevado a cabo a lo largo de 48 años. Facultades como la de Ciencias Agroalimentarias, que por muchas décadas asumió la tarea con un profundo compromiso, que los llevó a establecer equipos docentes para esta labor, los cuales hacen trabajo en equipo, coordinación y apoyo mutuo para el desarrollo de SRN. En el caso de la Facultad de Ciencias Económicas, la Escuela de Administración de Negocios, asumió la tarea, desarrollando también dinámicas de trabajo en equipo. En términos generales el personal docente de los SRN ha aportado desde su creatividad, experiencia, conocimientos y compromiso generoso, metodologías y perspectivas que algunas veces se han logrado replicar y que se han ido convirtiendo en un valioso bagaje aún por cosechar y preservar.

Debe añadirse que los frutos de los SRN crecen en los estudiantes que han sido y son la razón de ser de esta actividad, valiosa experiencia que estas personas han vivido, que los enriquecen de manera permanente y que generosamente se apuntan a este genuino invento. 

Los retos de los SRN, al llegar a sus 48 años, siguen siendo muchos y muy estimulantes. Desde el punto de vista institucional están tal vez los más significativos, porque esta es una iniciativa que es posible, gracias al compromiso y la participación de todas las personas, inicialmente personal docente y población estudiantil, a la cual se suma el personal administrativo-docente y administrativo. Nada de esta dinámica es posible, sino se destinan los recursos económicos que inicialmente permitan designar una persona docente para la tarea, los sistemas de matrícula idóneos y apropiados para las implicaciones que la esencia y dinámica de los SRN conlleva, que garanticen la flexibilidad, medios para que los estudiantes tengan acceso pleno a ellos, que los docentes puedan llevar a cabo sus iniciativas sin obstáculos. 

Un compromiso lúcido y valiente de parte de los integrantes del Consejo del Sistema de Educación General (CSEG), ente responsable de que se cumpla la razón de ser de todo ese sistema y en particular de los SRN. Que resuelva de una vez por todas la orfandad institucional en que desde su nacimiento y hasta el día de hoy tiene el hijo más olvidado del Sistema de Educación General (SEG); pues ni siquiera figura en la estructura institucional, por lo que no se le pueden asignar recursos materiales, tan simples como una impresora.  No cuenta ni con espacio, personal idóneo, para llevar a cabo las tareas administrativas que conlleva la gestión de los SRN, que constituyen una actividad que ha sido sostenida en sus 48 años y desde sus inicios por alrededor de 37 unidades académicas, disminuidas a 17 en la actualidad. Que incide directamente sobre una población de casi 4,000 estudiantes cada semestre, que involucra un promedio de 70 profesores e implica semestralmente, la gestión administrativa-docente de alrededor de 117 grupos conjuntados en 9 áreas temáticas. 

Las razones de tal situación las encontramos entre otras, en la falta de memoria histórica, que obnubila la visión de los más altos ideales y valores que subyacen en las letras del Estatuto Orgánico, sustentados en la historia de más de 83 años de educación superior en Costa Rica, que en síntesis hace que el día de hoy en la institucionalidad pública se construya sobre arena, no se puedan consolidar experiencias y tareas tan relevantes como las de los SRN.

Se ha olvidado la razón de ser de los SRN, ni se diga del SEG al que pertenecen, se ha perdido el espíritu de comunidad universitaria, que debe ocuparse de la labor sustantiva de la formación humanista, poniendo el énfasis sólo en la formación profesional, lo que nos lleva a la pérdida de los valores e ideales que inspiraron el mandato que hemos recibido, el de no formar “brutos especializados” como decía el filósofo. Ya no se ve esta una tarea común, la evidencia es la reducción del presupuesto de las unidades académicas dedicado a esta labor, aumentando el referente a la formación profesional. 

Por otro lado, está el desinterés de quienes han sido nombrados en los puestos administrativo-docentes para velar por el logro de estos ideales institucionales, de docentes visionarios y hasta hoy adelantados a la época. El abandono de la población docente, que, enviados a su suerte, muchas veces designados a una tarea de segunda, como algunos dicen, deben lidiar con los retos sustantivos que implican los SRN. Lo que a su vez se suma a problemas fundamentales que debe enfrentar esta universidad en particular y la administración pública en general; la de recordar que las acciones deben ser transparentes, que la tarea encomendada es un servicio para la comunidad nacional, que espera de instituciones como está la formación de los mejores profesionales, personas y ciudadanos. 

Dichosamente, hasta el día de hoy, después de 48 años, los SRN son posibles, por la entrega de las personas docentes, por la generosidad de la población estudiantil y por el compromiso de personas administrativas que aún engrandecen esta casa de estudios. Así que aún hay mucho por hacer, ¡a ver quiénes se apuntan!