En una nota periodística reciente, el comunicador social quería entrevistar a una “abuelita” de 83 años, posterior a un accidente de tránsito e insistía de forma reiterativa en el término “abuelita”. Este interés particular nos hace cuestionarnos, ¿cómo sabe el periodista que la señora es abuela y cuál es la trascendencia de su situación familiar en el contexto de un lamentable accidente?
Se reconoce la importancia del aporte a las familias y a la sociedad de los intercambios familiares entre distintas generaciones, tales como las relaciones de “abuelitud”. No obstante, hay personas adultas mayores (PAM) que no tienen nietos, así que es incorrecto llamar “abuelo” o "abuela” a cualquier PAM simplemente por la edad, porque esto aparte de incorrecto, puede resultar inapropiado.
Lo anterior corresponde a un ejemplo de edadismo, concepto acuñado en la década de 1960 por Robert Butler, en relación con la discriminación que sufren las personas a causa de su edad, principalmente las PAM.
Según el Informe Mundial sobre Edadismo (IME), este surge cuando la edad cronológica se utiliza para categorizar y dividir a las personas con atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia y que, además, menoscaban la solidaridad entre generaciones. Esta discriminación puede darse hacia cualquier grupo etario, pero, como se mencionó, es especialmente notable cuando se habla de PAM.
Es necesario aclarar que este concepto incluye la forma en cómo se piensa, lo cual genera estereotipos, también a la forma de cómo se sienten los demás en relación con las personas mayores, lo que puede originar prejuicios y, finalmente, a la forma en cómo se actúa, desembocando en discriminación. Existen tres tipos: el institucional, el interpersonal y el auto infligido. El edadismo institucional hace referencia a las normas impuestas por las instituciones y que restringen y limitan a las personas mayores. El interpersonal es el que se presenta en los contactos o interacciones individuales. El auto infligido es el que se ejerce sobre uno mismo.
El edadismo, o específicamente el viejismo, está relacionado con la teoría de la desvinculación, puesto que se busca el retiro de las personas mayores para dar espacio a las más jóvenes, considerando una “tendencia natural” la reducción de los vínculos y la desvinculación de la sociedad por parte de las PAM. Tradicionalmente y de forma errónea se ha asociado la etapa de la vejez con una de carencia, donde la persona mayor, sobre todo aquella que ya no forma parte de la población económicamente activa, pierde un valor en la sociedad.
En el imaginario social esta situación provoca que envejecer se visualice como algo “malo” y que “hay que evitar”, cuando en realidad el envejecimiento es un proceso continuo, irreversible, inevitable, donde suceden cambios multidimensionales que forman parte del curso de vida de todas las personas, y que, además, sucede de forma única para cada individuo.
En el caso de las personas mayores, el edadismo, según el IME, se asocia con una menor esperanza de vida, una salud física y mental más deficiente, una recuperación más lenta de la discapacidad y un deterioro cognitivo.
De acuerdo con este informe, el edadismo reduce la calidad de vida de las PAM, aumenta su aislamiento social y su soledad, restringe su capacidad de expresar su sexualidad y puede aumentar el riesgo de violencia y abuso contra las personas mayores.
Por citar un ejemplo, Huenchuan y Rivera (eds.) (2019) señalan uno los efectos del edadismo: “Un tema que muchas veces es soslayado es la salud sexual de las personas mayores porque hay un “edadismo”, un “viejismo”, un imaginario social negativo con respecto a esto, lo que influye en la atención de la salud sexual de las personas mayores, incrementándose la incidencia del SIDA en la edad avanzada.” (p.50)
Asimismo, existen una serie de mitos en relación con las personas mayores, por ejemplo: son incapaces de aprender y cambiar, todos tienen deterioro cognitivo, son como niños, no tienen una vida sexual activa, son improductivos, no aportan a las comunidades, son una carga, son enfermizos y dependientes, tienen una personalidad rígida e intolerante.
Sin embargo, cabe destacar que es un grupo heterogéneo, donde las generalizaciones no aplican, debido a que el envejecimiento está relacionado a múltiples dimensiones y cada persona lo vivencia de formas diferentes, por este motivo resulta más pertinente hablar de vejeces en lugar de vejez.
Como se mencionó, los pensamientos y actitudes determinan los comportamientos, por esto, se debe trabajar en deconstruir los estereotipos, prejuicios y conductas discriminatorias que se han aprendido de forma sistemática, con el fin de trabajar en la construcción de sociedades para todas las personas.
Dentro de las medidas para reducir el edadismo, se propone trabajar desde lo individual y lo colectivo. En el ámbito individual se puede reflexionar acerca de las prácticas personales edadistas que se han incorporado y replantear formas de interacción más incluyentes, que reconozcan el contacto intergeneracional como base para el desarrollo de las sociedades.
Así también, a nivel colectivo comprende las políticas institucionales y las iniciativas sociales derivadas de éstas. En las últimas décadas Costa Rica ha avanzado en la implementación de políticas y acciones que buscan garantizar los derechos y principios fundamentales de las personas mayores en el país. No obstante, aún queda camino por recorrer para garantizar una protección integral y efectiva de los derechos humanos.
Adicionalmente, el IME plantea tres estrategias principales, la primera se basa en incidir en la política y la legislación de manera tal que aborden la discriminación y la desigualdad. Aunado a lo anterior surge la segunda propuesta, que consiste en intervenciones educativas para reducir el edadismo en todos los niveles y tipos de educación, de esta forma se mejora la empatía, se promueve un impacto en las creencias erróneas y se reduce la discriminación. La tercera estrategia implica el desarrollo y reconocimiento de iniciativas intergeneracionales que promuevan el contacto y mutuo aprendizaje en diferentes ámbitos de la vida.
Un ejemplo de estas iniciativas lo constituyen las ciudades amigables con las personas adultas mayores, las cuales se construyen no sólo desde las aceras, los edificios y los parques, sino desde las personas y su accionar. Por lo tanto, se visualiza la necesidad de sensibilizar a la población costarricense en estos temas, con el objetivo de avanzar hacia la construcción de sociedades inclusivas y respetuosas de las personas adultas mayores.
Por su parte, las universidades públicas realizan múltiples acciones en esta línea, lo cual incluye a los Programas Educativos para PAM, que integran la Subcomisión Persona Adulta Mayor del CONARE (PIAM, PAIPAM, PPAM, PAMTEC y Programa Ágape). Esta Subcomisión ha trabajado a lo largo de 18 años en diversas temáticas y, actualmente, se ha propuesto promover entornos libres de edadismo. Una de sus propuestas más exitosas lo constituye el desarrollo de encuentros intergeneracionales entre personas adultas mayores y jóvenes, fomentando una cultura de respeto, solidaridad e intercambio de saberes de forma bidireccional.
Ante los desafíos que plantea el envejecimiento poblacional y el edadismo existente en la sociedad, desde la Subcomisión se insta a identificar, reconocer y derribar mitos, estereotipos y prejuicios en torno a la vejez y el envejecimiento, con el propósito de actuar en concordancia con el lema de la OMS de avanzar hacia la construcción de “Un mundo para todas las edades”.
Referencias
Huenchuan, S y Rivera, E (eds.), (2019). Experiencias y prioridades para incluir a las personas mayores en la implementación y seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (LC/MEX/SEM.245/1), Capítulo II. Agenda 2030 desde la perspectiva del envejecimiento y las personas mayores. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
Ojeda, G. (2009). El paradigma del envejecimiento productivo, salud y trabajo. XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires.
Organización Panamericana de la Salud. (2021). Informe mundial sobre el edadismo. Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. https://doi.org/10.37774/9789275324455.
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