Generar una mayor sinergia y tender puentes más robustos entre los entes y las personas que trabajan en nuestro país para fortalecer la diplomacia científica (DC) fueron los firmes objetivos de un seminario de particular interés para la Comisión de Directores de Internacionalización y Cooperación Externa (Comdice), de Conare, y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC). Tal evento tuvo lugar en la Universidad de Costa Rica (UCR) y en este participaron personas investigadoras, gestoras o facilitadoras de internacionalización y funcionarias diplomáticas.
Durante los dos días del Seminario de Diplomacia Científica, varios especialistas de diferentes instituciones colaboraron para precisar el concepto, alcances y desafíos de la diplomacia científica. Además, se logró un importante consenso en cuanto al necesario entendimiento común del quehacer y la práctica en torno a esta diplomacia y sus herramientas para un horizonte de trabajo en conjunto, entre personas científicas, asesoras y diplomáticas.
La Ing. Cecilia Barrantes Ramírez, coordinadora de Comdice, destacó que este seminario es una oportunidad para conversar sobre lo que sabemos o lo que no sabemos sobre la diplomacia científica desde nuestros espacios en las universidades y desde los espacios de la diplomacia. “Este seminario es un acercamiento para aprovechar los conocimientos, capacidades y recursos que tenemos a disposición para un mejor desarrollo de la diplomacia científica, como una herramienta para dar continuidad a las investigaciones más allá de las crisis políticas o económicas que nos afectan y como una intersección entre las relaciones internacionales, la ciencia y la tecnología; crear un lenguaje común; construir relaciones de confianza y crear mecanismos efectivos para tender puentes entre las comunidades de la política y la ciencia”, enfatizó la coordinadora.
Asimismo, aunque la práctica de la DC no es nueva, su concepto había sido poco utilizado en el discurso de la Cancillería costarricense y de las universidades, según los hallazgos que a finales del 2018 hizo la embajadora Claramunt Garro, directora adjunta en la Academia Diplomática Manuel María de Peralta del MREC.
Por medio de las diferentes conferencias y conversatorios desarrollados durante este seminario, pudo evidenciarse que la relación entre la ciencia y la diplomacia se vuelve crucial para enfrentar los desafíos globales, cuyos avances deben medirse según indicadores, aunque la tarea no es fácil, debido a que existe una gran cantidad de intereses.
Sobre esta evidencia, el docente universitario del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y presidente de la organización Diplo Científica, Pedro Figueroa Villa, detalló que los desafíos globales hoy día comparten tres características: son transfronterizos, requieren soluciones multilaterales y para ser atendidos es indispensable contar con evidencia. Es así, sostuvo Figueroa, como la DC sirve, precisamente, de herramienta para construir puentes entre la comunidad científica y la diplomática para atender los desafíos.
El coordinador de cooperación internacional de la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa de la UCR (OAICE), Alejandro Morales Gutiérrez, señaló que “la iniciativa conjunta en este seminario se dirigió a sensibilizar a los diferentes actores de la academia y del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto sobre la necesidad de propiciar la creación de espacios para el fortalecimiento del asesoramiento científico en las decisiones de política exterior costarricense. Por ello, presentamos el estado de la política exterior costarricense y de las políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación, junto con experiencias exitosas de cómo la ciencia de nuestras universidades trasciende en estos ámbitos”.
El seminario permitió posicionar la experiencia generada desde las universidades, mediante la exposición del caso del Proyecto Irazú, gracias al cual se puso en órbita el primer satélite en la historia de Costa Rica y Centroamérica; la participación científica en el ámbito nuclear desde diferentes espacios multilaterales y redes científicas; y las oportunidades para el liderazgo de Costa Rica en el tema de la diplomacia azul (océanos y mares).
Hoy, es posible observar iniciativas de carácter colaborativo que atienden agendas integrales como otras de carácter más específico, como lo son los objetivos de desarrollo sostenible, el Acuerdo de Cambio Climático y el Proyecto Irazú, antes mencionado, entre otros. De tal forma, la articulación entre la ciencia y los tomadores de decisión se hace cada vez más evidente. Una articulación que debe potenciar la atención de las transformaciones sociales requeridas y las problemáticas nacionales, regionales y mundiales.
La experiencia previa a este seminario de noviembre la encontramos en el ejercicio académico impulsado por la Universidad de Costa Rica, junto con la Unesco, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, y en colaboración con la delegación de la Unión Europea en Costa Rica, SciDipGLOBAL, el Sistema de Integración Centroamericana (Sica) y la Red Internacional de Asesoramiento Científico Gubernamental (INGSA Latam), que tuvo lugar del 26 al 29 de abril de 2022 en la UCR.
Este evento fue transmitido durante los dos días por el canal Audiovisuales UNED. Sus intercambios se pueden retomar en los siguientes enlaces: sesión del 3 de noviembre, viernes 4 de noviembre.
Enfoques de la diplomacia científica
Enfoque tradicional: gira en torno a tres grandes líneas: cómo proveer información científica a la política exterior; cómo facilitar la cooperación científica internacional; y cómo mejorar las relaciones internacionales, mediante la cooperación científica internacional.
La ciencia en la diplomacia: manera en que la ciencia entrega información para decisiones de política exterior, es decir, cualquier decisión de estado debería tomar en consideración información científica. Un ejemplo es el Comité Científico de la COP25 (Cumbre Anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) que sentó las bases de que la evidencia científica fuera considerada primordial para la toma de decisiones dirigidas a mitigar el cambio climático, incorporando actores del sector público y privado.
La diplomacia para la ciencia: labor que realizan los cuerpos diplomáticos para que se obtengan fondos para cooperación científica, es decir, todas aquellas negociaciones que se materializan en infraestructura como los telescopios, rompehielos, bucles, laboratorios internacionales, entre otros.
La ciencia para la diplomacia: identifica a los científicos como embajadores diplomáticos, por ejemplo, colaboraciones en artículos científicos y cómo esto contribuye a mejorar la imagen país, siendo los científicos un punto de entrada en el extranjero.
Información tomada del documento "Seminario de diplomacia científica. Sistematización por Emanuel Hernández Alvarado, Conare, 3 y 4 noviembre del 2022".
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