La calidad y continua evaluación de toda su oferta académica tiene resultados positivos en la contratación de las personas graduadas de la Universidad de Costa Rica cada año. Con base en lo indicado por las personas graduadas del 2014 al 2016 de la Universidad de Costa Rica consultadas por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE), casi la totalidad de las carreras en su grado de bachillerato o licenciatura presentan míninos porcentajes de desempleo, subempleo por horas y trabajo con no relación con el estudio (es decir, trabaja en algo distinto a su profesión) sin importar el área de conocimiento.
"La institución impulsa la investigación de punta para insertar nuevos y actualizados conocimientos en las aulas. Además, la cercanía con la comunidad por medio de proyectos de acción social y la calidad de todo el engranaje que gira alrededor de una oferta académica, resultan provechosos para que nuestros y nuestras estudiantes puedan desempeñarse satisfactoriamente en sus respectivas profesiones”, afirma el Vicerrector de Docencia, el Dr. Felipe Alpízar Rodríguez.
Los datos específicos para la UCR extraídos del estudio “Seguimiento de la condición laboral de las personas graduadas 2014-2016 de las universidades costarricenses” realizado por el Observatorio Laboral de Profesiones de CONARE, muestran que un 34% obtuvo un título de las áreas de Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés).
La estadística Licda. Lorena Kikut Valverde decantó la lista de disciplinas, con base en criterios utilizados por CONARE, y consideró como STEM a las siguientes: Agronomía General, Arquitectura, Biología, Ciencias Actuariales, Ciencias de la Computación, Ecología, Economía Agrícola, Enfermería, Estadística, Farmacia, Física, Fitotecnia, Geografía, Geología, Imagenología, Ingeniería Agrícola, Ingeniería Civil, Ingeniería de Alimentos, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Industrial, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Química, Ingeniería Topográfica, Laboratorista Químico, Matemática , Medicina, Microbiología, Nutrición, Odontología, Promoción de la Salud, Química, Salud Ambiental, Tecnologías de Información, Terapia Física y Zootecnia.
El porcentaje de empleabilidad de estas carreras es del 96,5%. Para el resto de las carreras es del 94,5%. No obstante, si se considera el empleo para estudiantes con grado de licenciatura el panorama es aún más alentador, con un 97,2% para STEM y un 98,0% para el resto de las carreras. Las diferencias evidentes están más relacionadas con el tipo de institución, organismo, empresa o lugar donde trabajan. “En general, las personas asalariadas tienden a ubicarse en la empresa privada, las carreras STEM lo hacen en mayor proporción, con un 62,1% frente a un 50,8% de otras”, explica Kikut.
Para el Dr. Orlando Arrieta Orozco, decano de la Facultad de Ingeniería, más que ver una separación entre áreas, considera que la institución debe ir hacia la incorporación de las capacidades científicas y tecnológicas en los distintos ámbitos del conocimiento. “En nuestras Unidades Académicas se tratan temas de actualidad como lo son la robótica, la nanotecnología, los nuevos materiales o aspectos medioambientales. Esto les ha abierto oportunidades laborales al estudiantado en distintas empresas ligadas al sector tecnológico, como por ejemplo los dispositivos médicos".
Esto es coherente con la visión institucional, donde a la fecha el 36% de las carreras ofertadas para el 2022 contaban con el perfil de salida actualizado y otro 61% está en proceso de actualización de su plan de estudios, de acuerdo con la Dra. Adriana Sancho Simoneau, coordinadora Área de Desarrollo Curricular y Evaluación Académica (ADCEA) del Centro de Evaluación Académica. Esto implica un trabajo conjunto para revisar la fundamentación, los propósitos de la carrera, el perfil de salida, los contenidos, el programa de unidades de aprendizaje (cursos, módulos, talleres, laboratorios) y la gestión; con el fin de que sea pertinente a las necesidades socioeconómicas y culturales a nivel nacional e internacional, así como acorde a los avances de cada disciplina.
Además, en este momento la Universidad cuenta con 62 carreras acreditadas, nueve de ellas correspondientes a la Facultad de Ingeniería, ante entes como el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES), la Agencia de Acreditación de Programas de Ingeniería y Arquitectura (AAPIA) del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, la Agencia Centroamericana de Acreditación de programas de Arquitectura e Ingeniería (ACAAI) y el Consejo Canadiense de Acreditación en Ingeniería (CEAB).
“Nos interesa abrir un abanico de opciones a las futuras generaciones, donde escojan de acuerdo a sus intereses, su vocación, y no solamente por la retribución económica o el estatus. Contar con carreras de calidad y con una base humanista. Los conocimientos se vuelven obsoletos rápidamente, pero los valores, el diálogo y la capacidad de aprender no se pierden”, asegura el Vicerrector de Docencia.
Esto lo respalda el estudio realizado por CONARE, ya que existen una serie de competencias blandas que las personas graduadas de la UCR, sin importar su disciplina, consideran fundamentales. Destacan dos: el compromiso ético y la honestidad y el compromiso con la calidad, frente a otros que consideran menos importantes como el manejo de software. De igual forma, al consultárseles sobre la formación recibida en diversas competencias básicas, no se encuentran grandes diferencias entre ambos grupos.
Esta opinión es reforzada por el Dr. Francisco Guevara Quiel, decano de la Facultad de Letras, quien asegura que “la misión de la Universidad de Costa Rica es formar profesionales con visión integral del contexto en que evoluciona, en un proceso interactivo con la sociedad frente a la complejidad de su evolución y desarrollo, y dar respuestas adaptadas al contexto”. Esto lo amplía el Dr. Arrieta desde su área, las ingenierías, ya que “no creamos autómatas, formamos personas con conciencia crítica sobre las problemáticas del país, con esa sensibilidad hacia lo social, con el objetivo de buscar un beneficio para Costa Rica”.
Para Guevara “no se trata de formar tecnócratas para una maquila económica autómata, y temporal, localizada en ciertos espacios, donde el ser humano es solo una parte del engranaje y fácilmente reemplazable, cuando los recursos se han agotado o los objetivos han cambiado. Por el contrario, se trata de formar personas libres, autónomas, con espíritu crítico, creadoras, innovadoras e identificadas con su entorno para aportar, desde su área del saber, elementos de respuesta para una mejor calidad de vida para sí y de sus congéneres”.
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