Tal como ha dictado la tendencia en los últimos 20 años, el Índice de Confianza del Consumidor (IIC), medido en la más reciente Encuesta de Confianza de los Consumidores, continuó bajando tras el inicio de un nuevo gobierno nacional.
Este es el tercer estudio del año y el número 75 desde que inició como proyecto, realizado por la Unidad de Servicios Estadísticos (USES) de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR). La medición se realizó del 4 al 16 de agosto, se entrevistaron a 708 personas mayores de 18 años, tanto nacionales como extranjeras, usuarias de teléfono celular en todo el territorio nacional. El error de muestreo se sitúa entre ±1,8 y para el ICC ±3,7 puntos para porcentajes, con un nivel de confianza del 95%.
Esta es la primera ocasión en que esta encuesta es coordinada por la investigadora de la Escuela de Estadística, Fernanda Alvarado Leitón, quien reemplazó en esta labor a Johnny Madrigal Pana, quien acogido a su pensión desde agosto pasado.
En agosto, la opinión sobre la confianza de la población en la economía nacional obtuvo una calificación de 39,6 puntos (en una escala de 0 a 100). Es decir, mantiene una nota prácticamente igual a la que presentó este índice en mayo (con reducción de 0,7 puntos). Ya en detalle, la mayoría de las personas no se perciben ni pesimistas ni optimistas (54,1 %, definidas como ambivalentes), mientras que las pesimistas alcanzan un 30,6 % (en crecimiento desde febrero, cuando este porcentaje era de apenas un 21,9 %). Las optimistas, por su parte, son la mitad de las pesimistas y se mantienen en un 15,3 %, casi el mismo porcentaje presentado en mayo.
El pequeño descenso en el ICC no es igual entre hombres y mujeres. En el caso del sexo femenino, el índice descendió de 39,8 puntos en mayo a 35,8 en agosto. En cambio, entre los masculinos este indicador más bien subió y pasó de 40,8 puntos a 43,8. En resumen, la diferencia entre ambas categorías pasó de ser de un punto a ocho puntos durante el mes pasado.
Además, los individuos con el ICC más bajo tienen 50 años o más, estudios de primaria o menos, ganan menos de medio millón de colones y carecen de personas económicamente activas en sus hogares. En contraste, las que muestran más confianza son las que tienen 34 años o menos, con estudios de secundaria o superiores, con tres o más miembros trabajadores en su hogar y con salarios que superan los 500 mil colones.
En el ICC se realizan dos mediciones: el Índice de Condiciones Económicas Actuales (ICEA) y el Índice de Expectativas Económicas (IEE). El primero valora la confianza de las personas consumidoras en la coyuntura económica presente y el segundo lo hace como una previsión hacia el futuro.
Así, el ICEA tuvo un leve ascenso de 1,6 puntos, pasando de 25 puntos en mayo a 26,6 en agosto, mientras que el IEE bajó de 50,4 a 48,3 entre esos mismos meses. Es decir, la población muestra el casi doble de desconfianza con la situación económica actual en comparación con lo que auguran para los próximos meses, fenómeno que se repite desde los inicios de la pandemia.
En cuanto al comportamiento reciente del IEE, el porcentaje de la muestra consultada que espera una crisis económica en los próximos años para el país aumentó del 32,8 % que había en mayo al 44,7 % en agosto. Además, quienes presagian una situación económica peor en el 2023 también aumentaron en comparación con la última encuesta de mayo (de un 27,4 % a un 31,4 %).
Los efectos a futuro de la economía nacional sobre la personal son diversos. Por un lado, mientras en mayo un 53,2 % de las personas entrevistadas creía que las tasas de interés por sus préstamos iban a crecer en el futuro, en agosto ese mismo porcentaje se incrementó hasta alcanzar el 65,8 %. En contraste, ahora hay menos personas que esperan una reducción en sus ingresos económicos familiares en el próximo año (pasando del 23,7 % al 18,2 % en esos mismos meses).
En términos generales y a pesar de la resistencia general a pensar que la situación económica mejorará, la población parece estar satisfecha con las propuestas económicas del gobierno de Rodrigo Chaves Robles. Así lo señaló el 35,5 % de personas encuestadas, quienes calificaron esta gestión como “buena”, frente a un 24,9 % que la tildó de “pobre”.
El obtener más resultados positivos que negativos en las opiniones sobre las políticas económicas implementadas por un gobierno es calificado como “raro” por este estudio, ya que solo en la segunda administración de Óscar Arias Sánchez se había presentado este fenómeno.
De hecho, estos resultados contrastan significativamente con los obtenidos por el expresidente Carlos Alvarado Quesada en sus últimas semanas al frente del Poder Ejecutivo, cuando seis de cada 10 personas desaprobaron sus decisiones económicas.
Pese a este voto de confianza en las políticas monetarias del Gobierno, la muestra refleja un pesimismo creciente con respecto al aumento de la pobreza (de 40,8 % en mayo a 46,5 % en agosto) y del desempleo (de 26,5 % a 33,1 %), lo que revierte la tendencia de opiniones a la baja en ambos temas que manejaron los individuos consultados desde agosto del 2020, en la segunda mitad de la administración Alvarado Quesada.
El encarecimiento de algunos productos de construcción provocado por la guerra entre Rusia y Ucrania, así como el aumento significativo en el precio del petróleo en los últimos meses en el mercado mundial, siguen impactando la intención de la gente de hacer una inversión significativa en algún bien mueble o inmueble de larga duración.
Aunque el porcentaje de gente que considera que son malos tiempos para comprar casa (74,7 %) o carro (84,9 %) es contundente, la negatividad hacia las inversiones inmobiliarias se redujo con respecto a mayo (76,5 %), mientras que la mala percepción de comprar un automóvil aumentó en relación con la última encuesta (82,3 %).
Curiosamente, cuando se trata de analizar el comportamiento futuro de los precios de los combustibles, dos de cada tres personas dijeron que esperaban que estos costos continuarán su aumento (67 % en agosto versus 70,6 % en mayo). Y si bien el porcentaje es alto, es también el menor en lo que va del año y representa un fuerte descenso en comparación con noviembre del año pasado, cuando esta misma opinión la tenía el 89 % de la población.
Algo similar pasa con la previsión a futuro del tipo de cambio del dólar: el 59 % de los consumidores creen que la moneda norteamericana se encarecerá. Y si bien es un número mayoritario, es también mucho menor al que existía en la encuesta pasada (68,2 %).