“Es impactante pensar cómo, hace 125 años un grupo de personas tuvo la visión de fundar la Facultad de Farmacia y que ese acto, tan aparentemente sencillo, nos haya llevado a lograr todo lo que tenemos hoy”.
De esa forma Elizabeth García Bermúdez, presidenta de la Asociación de Estudiantes de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR), dio el discurso que abriría de manera ejemplar el aniversario de una de las primeras facultades que tuvo el país y que transformó, radicalmente, la salud nacional. Los motivos sobran.
La Facultad de Farmacia de la UCR sentó las bases de la profesión y consolidó a nivel científico una disciplina que en sus inicios era totalmente empírica.
Para comprobar lo anterior tan solo basta echar un vistazo al pasado y recordar las famosas “boticas”, cuando las personas iban en busca de consuelo para las pegas e, incluso, un mal de amores. El Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta, rector de la UCR, lo recuerda muy bien.
“Para los que hemos nacido y crecido en la segunda mitad del siglo XX, resulta difícil no recordar aquellos mágicos lugares que se llamaban boticas. A inicios del siglo pasado no era inusual que las personas se llevaran algún remedio para la pega, para un aire, para un soponcio o, incluso, para un desconsuelo. Las personas boticarias tenían a mano los productos químicos y de origen natural listos para calmar cuánta dolencia achacara a sus visitantes. Desde entonces, la farmacia moderna ha cambiado enormemente su enfoque”, dijo el Dr. Gutiérrez.
En efecto. Las boticas, esos lugares asombrosos con frascos multicolores y recipientes listos para preparar cualquier remedio, dieron el impulso inicial para que la Farmacia actual de Costa Rica tenga una perspectiva diferente y consolidada, en gran parte, por la UCR.
Por eso, hoy no resulta extraño tener innovaciones farmacéuticas 100 % generadas en el territorio nacional, profesionales altamente capacitados en cada rincón del país, personas listas para investigar nuevos antídotos ante los grandes desafíos de la salud nacional y mujeres profesionales porque, hasta en esto último, la Facultad de Farmacia fue pionera en graduar a la primera profesional de Costa Rica: Felícitas Chaverri Matamoros.
Felícitas, una mujer modelo cuyo título universitario de Farmacia en 1917 derribó barreras y abrió el campo para que las niñas y jóvenes vieran la universidad como un sueño que podían alcanzar.
“Felícitas Chaverri Matamoros inició todo un acto revolucionario y feminista que ha dado frutos al fomentar la participación de la mujer y la niña en la ciencia. Su impacto todavía lo vemos hoy, en la formación de profesionales de salud extraordinarios y extraordinarias que le sirven al país en temas de investigación, acción social y salud pública”, destacó Elizabeth. Lo manifestado por la joven se constata en cifras.
A septiembre del 2022, la UCR le ha dado a Costa Rica cerca de 2 848 profesionales farmacéuticos, muchas mujeres, que se ubican en cada rincón del país para transformar la vida de cada persona que pone todas sus esperanzas en un medicamento a fin de recobrar su bien más preciado: la salud.
Por supuesto, la consolidación de la Facultad de Farmacia que hoy enaltece el orgullo nacional llevó tiempo.
En su discurso, la Dra. Victoria Hall Ramírez, decana de la Facultad, rememoró con gran sentimiento las deficiencias sanitarias que predominaban en Costa Rica en 1781, cuando los curanderos y chamanes eran los grandes responsables en dar alivio. Eso llevó a ejercer presiones que fructificaron en 1895 con la creación de la primera Facultad de Medicina, Cirugía y Farmacia del país.
En 1897 Farmacia se separa y forma su propia escuela, misma que posteriormente se integraría al Colegio de Farmacéuticos en 1902 y, finalmente, ingresaría a la UCR en 1941.
“En esta particular efeméride, la Universidad de Costa Rica se regocija y enorgullece de haber recibido, de la mano del Colegio de Farmacéuticos, la administración de esta unidad académica. Así, se convirtió a su vez en una de sus primeras facultades que sentó las bases sobre las cuales se consolidó esta casa de estudios superiores”, compartió el Dr. Gutiérrez.
Con la unión de la Facultad de Farmacia a la UCR, las contribuciones a la población costarricense incrementarían de manera significativa. En 1965 la Facultad comienza a proporcionar apoyo en el análisis de medicamentos mediante un laboratorio especializado. En 1985 dicho ente pasa a convertirse en el Laboratorio de Análisis y Asesoría Farmacéutica (Layafa-UCR), que hoy es centro de referencia del Ministerio de Salud para el análisis de todos los fármacos que se comercializan en el país bajo registro sanitario.
“Solo en los últimos cinco años, el Layafa-UCR ha realizado aproximadamente 8 000 análisis de medicamentos con el propósito de asegurar la calidad, la seguridad y la eficacia de los productos que consumimos”, afirmó la Dra. Hall.
Poco tiempo después se daría el nacimiento de otra gran entidad: el Centro de Información de Medicamentos en 1983. Por decreto ejecutivo en el 2001, este órgano cambiaría su nombre a Centro Nacional de Información de Medicamentos (Cimed-UCR) cuyo objetivo se centra en fomentar el uso racional de los medicamentos mediante la educación.
“En el último quinquenio se han resuelto aproximadamente 3 000 consultas de pacientes, profesionales de salud e industria farmacéutica. Además, hemos llegado a más de 30 comunidades a lo largo y ancho del país con ferias de salud, programas de radio y diversas charlas”, enfatizó la Dra. Hall.
El Cimed-UCR y Layafa-UCR dieron vida al Instituto de Investigaciones Farmacéuticas (Inifar-UCR) en 1993 y, con él, a otros dos laboratorios que hoy dan aportes indiscutibles, incluso, a la economía nacional: el Laboratorio de Biofarmacia y Farmacocinética (Labiofar-UCR), así como el Laboratorio de Fitofarmacología y Tecnología Farmacéutica y Cosmética (Lafitec-UCR).
“A través de ellos se ha colaborado no solo con estudios relacionados con biodisponibilidad y bioequivalencia de medicamentos, sino también con el desarrollo de decenas de productos para las empresas artesanales, pequeñas y medianas, lo cual contribuye con la dinamización de la economía nacional y el empoderamiento de las poblaciones más vulnerables”, resaltó la Dra. Hall.
Ese apoyo a las pequeñas empresas ha cambiado con creces la vida de muchas familias que hoy lograron concretar una idea, comercializar sus innovaciones y llevar el sustento a sus hogares. Muchas, incluso, dejando atrás la condición de pobreza.
“Si hay algo que reconocer de la Facultad de Farmacia es la mística y el compromiso de todas las personas que la integran. Esto se ve fuertemente reflejado en la trascendencia de las acciones a poblaciones clave, principalmente, en sus necesidades sociales desde una perspectiva horizontal, democrática y accesible. Esto, verdaderamente, es destacable”, aseguró el Dr. Jaime Caravaca Morera, miembro del Consejo Universitario de la UCR del área de Salud.
Esa mística tuvo un brillo todavía mayor durante COVID-19, “cuando durante la pandemia la Facultad de Farmacia estuvo presente para brindar su conocimiento en las primeras líneas de atención”, ahondó el Dr. Gutiérrez.
Desde el año 2003, la carrera de Farmacia de la UCR obtuvo su primera acreditación ante el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (Sinaes). Desde ese entonces han recibido dos realimentaciones. La última fue en el año 2016 y, actualmente, cuentan con un nuevo proceso para seguir garantizando la calidad académica que los distingue.
¡Sí! Son 125 años de aportes esenciales a la salud de todo un país, pero el camino apenas empieza y el amor por la ciencia sigue intacto.
Por eso, la Facultad de Farmacia de la UCR recientemente consolidó una nueva contribución en el 2021 que, sin duda, dejará muchos resultados positivos para la población y la ciencia del país. Se trata de la quinta unidad de apoyo del Inifar-UCR: el Laboratorio de Polímeros, Nanotecnología y Biotecnología Farmacéutica (Laponabi-UCR), orientado a diseñar materiales y prototipos de equipo, entre otras innovaciones.
Asimismo, continuará apoyando el Programa de Liderazgo, que nació en sus aulas y que, por 20 años, ha logrado fortalecer en los estudiantes sus competencias personales para un mejor desempeño profesional.
Pero eso no es todo. También seguirá en los más de 10 proyectos de acción social y extensión docente los cuales, muchos de ellos, han sido vitales en promover el acceso a la información para que las personas sordas y las poblaciones indígenas no corran ningún riesgo de salud por un uso inadecuado de los medicamentos.
“Los aportes a la educación superior pública y la vocación por la docencia, la investigación y la acción social son innegables. Desde su incorporación a la Universidad de Costa Rica, la Facultad de Farmacia puso a disposición un importante acervo académico y de conocimiento, así como un papel activo en el seno de la comunidad universitaria que no ha mermado a pesar del paso del tiempo. Por mencionar uno de sus hitos está el papel que desempeñó en el marco de la reforma universitaria en la década de 1950”, mencionó el Dr. Gutiérrez.
Para la Dra. Hall eso es lo esperable. “Quien no vive para servir, no sirve para vivir. Esa es la razón por la cual Costa Rica tendrá siempre en la Facultad de Farmacia, y en sus graduados, personas dispuestas a seguir sirviendo con amor, calidez, responsabilidad y entrega total a favor de la salud pública nacional”, concluyó la decana.