La Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica (UCR) recibió el pasado viernes 5 de agosto la declaratoria de “institución emblemática de enseñanza del cantón de Turrialba”, por parte del Concejo Municipal de ese cantón, llevada a cabo en el auditorio de dicha sede universitaria.
La distinción llega también en el marco del 50 aniversario de la creación de la Sede del Atlántico en Turrialba, conmemorado el año pasado pero que, debido a la pandemia, no pudo celebrarse presencialmente.
Durante el acto, las diversas autoridades del cantón turrialbeño subrayaron el aporte de la UCR en la zona y en el país, destacando por ejemplo los esfuerzos en la lucha contra la pandemia y la promoción de buenas prácticas ambientales desarrolladas por la Sede.
La directora de esta unidad académica, Rosibel Orozco Vargas, agradeció el gesto a la Municipalidad de Turrialba, al tiempo que recordó el esfuerzo de las personas pioneras que hicieron posible el establecimiento de la UCR en Turrialba, que cuenta hoy en día con 2400 estudiantes, de los cuales el 80 % recibe algún tipo de beca.
Orozco destacó también los desafíos que se ciernen sobre el futuro de la Sede del Atlántico, entre los cuales citó un mayor y mejor vínculo con las comunidades que se sitúan en los alrededores de esta sede, para lo cual existe un plan estratégico que consta de una consulta participativa en las diferentes instancias que la conforman.
Orozco también subrayó la relevancia de la multicultarlidad en la sede, que tiene una amplia diversidad de proyectos en comunidades indígenas. Asimismo, resaltó la modernización que han llevado las carreras y los posgrados que ahí se imparten y exaltó el aporte a la investigación ambiental de la zona.
Por su parte, el presidente del Concejo Municipal de Turrialba, Arturo Rodríguez Morales, mencionó en su discurso que los aportes generados por la Sede del Atlántico deben no solo fortalecerse, sino también protegerse ante los intentos de desfinanciar a las universidades públicas.
Rodríguez adujo que recortar el presupuesto a la educación superior estatal es poner en riesgo el derecho de muchos estudiantes de gozar de una beca socioeconómica, de contar con una infraestructura adecuada o de producir una investigación de avanzada, lo que se traduce en una amenaza a los propios pilares de la democracia.
El presidente del Concejo Municipal turrialbeño también adujo que estos ataques contra las universidades públicas tienen por meta acallar el pensamiento crítico para evitar que el pueblo piense por sí mismo. Rodríguez insistió además en que desea que la UCR (y las universidades públicas en general) sea más fuerte y sólida, para beneficio también de la comunidad.
Por otra parte, el alcalde de Turrialba, Luis Fernando León Alvarado, quien fue vecino de la Sede del Atlántico durante gran parte de su vida, recalcó que esta unidad académica representa más que solo aportes a la docencia, investigación y acción social. Él señaló que siempre vislumbró a la UCR como una entidad muy vinculada con el pueblo turrialbeño.
León felicitó a la Sede del Atlántico por su destacada labor a lo largo de estas cinco décadas, aunque también señaló que la Universidad tiene ante sí muchos retos, como el de hacer una investigación que tenga más impacto en el desarrollo del país, una acción social que pase del asistencialismo a un vínculo más fuerte con la sociedad y una educación cada vez más guiada a la excelencia.
El alcalde turrialbeño insistió en que el papel de las universidades hoy es elemental ante las discusiones que tienen el ser humano como especie, como lo son el cambio climático o las crisis sanitarias, por lo cual no es negociable suprimir esta función tan importante.
Similar fue el criterio de la diputada del Partido Liberación Nacional, Rosaura Méndez Gamboa, quien fue invitada al evento. La congresista, nacida en Turrialba, ha trabajado durante 32 años en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y ha sido testigo de primera mano de las bondades que las universidades públicas pueden hacer si se les respalda, sobre todo en el desarrollo regional y como motores de movilidad social.
La diputada verdiblanca rescató su compromiso con la educación superior estatal ante los proyectos que amenazan su financiamiento, como la reforma al artículo 176 de la Constitución Política o cualquier otra iniciativa que tenga este objetivo en la Asamblea Legislativa.