Universidad de Costa Rica
Muchas son las razones que han llevado al colón a debilitarse, ahora como nunca, con respecto al dólar. Pero la primera de ellas son las malas señales que ha dado la economía nacional. Estas han hecho mella en la capacidad del país para atraer inversiones en moneda local.
De hecho, el académico de la Escuela de Economía, Miguel Cantillo Simón, afirma que desde el 2013, Costa Rica ha bajado sustancialmente sus calificaciones de riesgo, según las diferentes entidades internacionales que realizan esta evaluación. En consecuencia, al inversionista extranjero no le interesa arriesgar sus recursos en colones. Como si fuera poco, las huelgas que vivió el país en 2018, producto de la aprobación de la Reforma Fiscal, redujeron aún más esas notas.
Otro factor: las fugas de dinero de las operadoras de pensiones que, aunque siempre ocurren, se hicieron a un ritmo vertiginoso en los últimos años. Agreguemos a esto que los rendimientos exigidos a los bonos nacionales se dispararon, debido a que los mercados desconfiaron de la economía nacional porque creyeron que el país no iba a poder recaudar los impuestos que decía y, por lo tanto, que la situación fiscal iba a empeorar.
Hay que sumar la guerra en Ucrania y el encarecimiento en la importación de productos básicos como el petróleo, cuyo precio ha llegado a ubicarse hasta en $120 el barril (hace un año se pagaba la mitad). El efecto "bola de nieve" se ve en nuestro país: por cada dólar que se encarece el crudo, Costa Rica debe pagar a sus proveedores el costo equivalente a $20 millones. Todo ello sin contar otros bienes importados que se han encarecido producto de este conflicto. Así lo explica Cantillo:
Para ilustrar el golpe que ha significado el aumento en el costo del petróleo, para este año el Banco Central de Costa Rica (BCCR) había previsto el gasto de $1100 millones en su importación; pero al terminar el primer semestre, ese cálculo ya supera los $2300 millones, lo cual impacta doble por la salida de la divisa norteamericana del país al extranjero, elevando su precio a lo interno.
Hay que aclarar que el precio del dólar se regula por dos variantes: la primera son las transacciones hechas en dólares en los bancos comerciales, que son entre $160 a $200 millones diarios. Por su parte, el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) mueve unos $17 millones al día.
Este dato no es menor y para ello, Cantillo pone el siguiente ejemplo: cuando la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) necesita comprar crudo, solicita esos recursos al BCCR. Esta última entidad aporta esas altas sumas con las reservas del país y luego debe tratar de recuperar esas cifras en el Monex, pero las posibilidades de hacerlo son pocas al ser este un mercado tan pequeño.
Algo similar pasa con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que tiene muchas deudas en dólares y, aunque está tratando pasarlas a colones, primero debe pagar esa deuda comprando dólares al banco.
Ahora bien, tampoco se trata de “no superar” los 700 colones por dólar a cualquier costo y el BCCR lo tiene claro. Cantillo señaló que el Banco Central deja actuar a las fuerzas del mercado, pero que interviene solo para dar estabilización a la moneda y evitar sensaciones de euforia o pánico. Y es esto último lo que suele aflorar cuando la gente observa el dólar acercándose al umbral de los 700 colones.
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Este temor de la “barrera de los 700” puede considerarse como un efecto psicológico vinculado al miedo de un incremento adicional de la inflación, considerando que son muchos los bienes importados que son consumidos por buena parte de la población, entre ellos varios productos agrícolas que son la base alimentaria del país. Y si a esto le sumamos el costo del transporte por el alza en el petróleo, el panorama se ensombrece aún más.
Así que si usted está en el grupo de quienes le atormenta el incremento del tipo de cambio, recuerde lo que siempre dicen las personas expertas en la materia: si gana en colones, endéudese en colones. Si gana en dólares, endéudese en dólares. Si tiene deudas en dólares y gana en colones, haga lo posible por cambiar su deuda a la moneda nacional, para que no sufra un doble castigo por el aumento en el tipo de cambio.
