En el 2007 la comunidad universitaria de la Sede de Occidente vio con ilusión la creación de la Casa Infantil Universitaria (CIUSO), quince años después el servicio se mantiene, acompañando el ingreso, permanencia y graduación de jóvenes estudiantes, que debido a su condición de madres o padres, necesitan de este apoyo.
La CIUSO es un servicio basado en las necesidades de la población estudiantil que ofrece a estudiantes madres y padres de familia, la oportunidad de cumplir con la meta de ser profesionales.
Según la M.Ps. Susan Traña Trigueros, encargada del CIUSO, “la esencia de este servicio es apoyar al estudiante a cumplir esa meta profesional y personal que se ha puesto, porque para nosotros el estudiante es un ser integral, primero es estudiante universitario, pero es (en este caso) papá o una mamá”.
La CIUSO ayuda a los estudiantes padres y madres a enfrentarse a una nueva realidad, la de asumir la paternidad o maternidad mientras cursan una carrera universitaria. Ofrece un acompañamiento que incluye el cuido de sus hijos en horario de cursos, pero lo más importante les ofrece herramientas que les permite asumir ambos roles de forma exitosa.
Traña destacó que a lo largo de estos 15 años la evolución de este servicio ha sido significativa “pasamos de pensar en la Casa Infantil como un proyecto de Servicios Complementarios, a que fuera un servicio de Vida Estudiantil, que tiene otro significado a nivel presupuestario y normativo”.
Según Traña, que el avance en estos 15 años ha sido importante, actualmente el servicio cuenta con edificio propio dentro del campus universitario, equipado con todos los materiales educativos y de cuido requeridos para cuidar bebés y un espacio al aire libre con un “playground”. Destacó que a nivel educativo durante estos quince años han trabajado en la construcción de una malla curricular para niños de 0 a 4 años, ya que no existe en el país: Esta malla es el resultado de la experiencia y de la investigación que han realizado para establecer una evaluación del desarrollo, tomando en cuenta todas las áreas. “Las referencias de cómo evaluar a un niño de menos de 2 años son muy escazas, también hemos recibido capacitaciones sobre lenguaje y de neurociencia”, señaló.
A nivel general, Traña mencionó que el valor del servicio que ofrece la CIU se debe ver desde el punto de vista cualitativo. “El valor a nivel social es grandísimo, ayudamos a que las personas se superen y saquen adelante a sus familias” aseguró.
La M.Ed. Marianela Fernández Abarca, coordinadora de Vida Estudiantil, comparte en la siguiente entrevista algunas reflexiones en torno a esta celebración, a los logros obtenidos y al significado que tiene para la Sede de Occidente ofrecer este servicio a la comunidad estudiantil.
–¿Qué significa para la Coordinación de Vida Estudiantil este 15 aniversario de la Casa Infantil?
–Marianela Fernández Abarca: Hemos brindado la oportunidad, a poco más de 600 estudiantes en estos 15 años, de continuar sus estudios y lograr obtener un título universitario que les permita procurarse un mejor futuro. Esto, indudablemente es un gran logro. Probablemente, muchas de estas personas estudiantes no podrían continuar estudiando sin el acompañamiento de CIUSO. Es importante recordar que el Servicio de Casa Infantil Universitaria se ofrece a la población becaria ubicada en las categorías de beca 4 y 5, quienes no podrían acceder a servicios de personas cuidadoras para poder continuar estudiando. Gracias al apoyo brindado por CUISO no ven truncados sus sueños académicos.
El programa de Casa Infantil significa también oportunidad para nosotros como Universidad pública de implementar las políticas institucionales que favorezcan a los grupos más vulnerables, como se desprende del Eje de la Cobertura y la Equidad, puntualmente la política 3.2, misma que habla del fortalecimiento del bienestar de la población estudiantil mediante una formación integral que promueva su permanencia y graduación.
–¿Qué le estamos diciendo a nuestros estudiantes con este servicio que ha permanecido desde su creación en el 2007?
–MFA: Le estamos diciendo a nuestra población estudiantil que no está sola, que existen formas de combinar la maternidad y la paternidad con la vida académica y que estamos presentes para apoyarles en este transitar.
Les decimos que como universidad humanista, que promueve el desarrollo integral de su población estudiantil, estamos comprometidos en brindar los apoyos necesarios desde los once servicios de la CVE y, particularmente, desde el Servicio de Casa Infantil para que el sueño de graduarse de alguna de las opciones académicas de la Sede, se convierta en realidad.
–¿Cuál es esa característica especial de la Sede de Occidente, que la hace ser la única sede regional de la UCR que ofrece este servicio a su población estudiantil?
–MFA: Es necesario destacar que la Casa Infantil Universitaria Sede de Occidente está aquí gracias a la mirada visionaria de personas como la Dra. Pilar Zeledón, excoordinadora de CVE quien, de forma diligente, diplomática y ejecutiva, realizó múltiples gestiones en tiempo récord, siempre contando con el apoyo decidido del entonces Director de la Sede de Occidente, el Dr. José Ángel Vargas Vargas, y desde luego con el apoyo solidario del señor Vicerrector de Vida Estudiantil de ese entonces, Dr. Carlos Manuel Villalobos, quienes hicieron posible la creación de la CIUSO en 2007. Es una combinación de intenciones, fuerzas, así como gestiones realizadas que dan como resultado la creación de esta Casa Infantil en Occidente.
Al celebrar este aniversario cruzan por mi mente sentimientos agridulces respecto a las condiciones de la población estudiantil en las demás sedes y recintos. Por un lado, estamos celebrando el 15 aniversario de nuestra querida CIUSO, por otro lado, no obstante, significa que han pasado 15 años sin que otras sedes puedan ofrecer este beneficio a sus estudiantes madres y padres.
–¿Cuáles son los logros obtenidos por la Casa Infantil de la Sede de Occidente?
–MFA: Creo que el primer logro de este proyecto fue precisamente su nacimiento, haber logrado su aprobación en tiempo récord.
Otro logro valiosísimo es el de haber acompañado a 624 madres y padres con sus hijos e hijas en este tiempo, alrededor de 1200 personas beneficiadas directamente. Significa 624 profesionales en distintas áreas del conocimiento aportando al país y mejorando su calidad de vida.
Actualmente, 11 madres y padres y 10 niños y niñas hacen uso del servicio, lo que es coherente con el tipo de oferta académica que estamos manejando para el I ciclo del 2022, misma que es híbrida, por lo cual no tenemos a toda la población de forma física en la Sede. Con el retorno a los cursos presenciales, como se espera para el II ciclo, esperamos recibir a más estudiantes madres y padres en este servicio.
–¿Qué sigue para la casa infantil, después de estos 15 años?
–MFA: Tenemos varios retos en el camino, entre ellos la necesidad de dotación del personal humano necesario para atender las solitudes que ingresan al servicio. En este sentido, hemos realizado varias gestiones ante la instancia correspondiente, justificando la necesidad de dotar a CIUSO con al menos una plaza de ½ TC en el área de Educación Preescolar así como otro ½ para un profesional en Psicología. Sin embargo, ante las restricciones de consolidación de nuevas plazas administrativas, no hemos podido avanzar en este sentido.
Creo que el mayor reto es lograr que se lleve a cabo la creación de otras casas infantiles universitarias en las demás sedes y/o recintos, según las necesidades.
Los estudiantes que han requerido este servicio a lo largo de su vida universitaria coinciden en que este apoyo ha sido fundamental para cumplir la meta de ser profesionales.
Francini Delgado, inició sus estudios en Educación Preescolar en la Sede de Guanacaste, en el 2009 se trasladó a la carrera de Educación Primaria en la Sede de Occidente y ese mismo año tuvo a su hija.
“Mi hija ingresó (a la Casa Infantil) a los 8 meses y yo sentía la necesidad de tener una carrera profesional. Fueron sentimientos encontrados, era soltar a mi hija bebé pero al mismo tiempo sentirme apoyada por un servicio que estaba ofreciendo la Universidad en ese momento y sentir satisfacción de poder tener ese recurso”.
Delgado señaló que gracias a esta oportunidad pudo graduarse y cumplir con su meta. “A la casa infantil le debemos parte de nuestra profesión y del futuro que hemos ido forjando cada año. Definitivamente han hecho una labor extraordinaria aquí, haciéndose cargo de un servicio que ha ayudado a muchas mamás”.
Kembly Montero Vargas, ingresó a la Sede en el 2012, a la carrera de Trabajo Social, ella contó con este servicio que le ofreció apoyo con sus dos hijos. “Para mí era muy significativo las reuniones, los talleres que se realizaban, porque era convivir con personas iguales a una, con experiencias similares, nos dábamos fuerzas entre todas, esos momentos se convertían en un espacio de socialización, de enriquecimiento, de desahogo y creaba vínculos entre nosotras como mamás”.
Por su parte, Jéssica Jiménez Moscoso, ingresó en el 2009 a la carrera de Enseñanza de la Matemática. Ella solicitó este servicio para su hijo, quién permaneció en la CIU durante 4 años.
“Sin ellos no hubiera podido estudiar, para mí esta ayuda fue muy valiosa, no solo para salir adelante como profesional, sino con talleres para ayudarnos a ser mejores o espacios para recrearnos ya que como mamá estudiante es fácil estar estresada y esos espacios lo sacan a uno un poco del trajín”.
María José Vindas, ingresó en el 2015 a la carrera de Gestión de los Recursos Naturales, en ese momento tenía 4 meses de embarazo. Para ella la CIUSO fue una puerta abierta para poder continuar sus estudios.
“A mí lo que más me marcó fue saber que mi hija estaba conmigo en la UCR, era valiosísimo tenerla tan cerca. Yo sé que todos los casos son diferentes, pero en mi caso solo tenía la posibilidad de entrar a una universidad pública, pensar en pagar un servicio de cuido era impensable, entonces este servicio fue el que me abrió las puertas para poder estudiar”.
El caso de Lineth Bustos y José Alcázar, ella estudiante de Educación Preescolar y él de Enfermería, es el de dos jóvenes estudiantes que se conocieron en la Universidad y fueron padres muy jóvenes. Lineth de San Carlos y José de Limón, ambos con grandes deseos de superarse, decidieron esforzarse y con la ayuda de la CIU lograron formar una familia (de 3 hijos) y salir adelante con sus estudios.
“Nosotros estábamos embarazados y nuestro primer hijo nació en el 2012, a los 6 meses quedé embarazada y seguimos estudiando los 2, nunca nos detuvimos, detenerse no era una opción para nosotros. Las docentes nos hacían ver que eran nuestro apoyo pero que nosotros éramos los responsables de nuestros hijos, que teníamos que asumir esa responsabilidad y combinarla con nuestra responsabilidad de estudiantes” aseguró Bustos.
Destacan todo el apoyo que les ofreció este servicio “nos daban mucha información para que nosotros tuviéramos las herramientas para asumir de la mejor forma el rol de maternidad y paternidad, pero también el de personas y profesionales en formación. Uno se casa con esa idea, nos hicieron ver como seres integrales, no solo como mamá o estudiante”.
Ahora ambos son profesionales, tienen trabajo, casa, un medio de transporte y están construyendo un futuro para sus 3 hijos. “Las bases de lo que tenemos hoy en día fue lo que Universidad nos dio, y una de esas cosas fue el poder contar con el servicio de la Casa Infantil Universitaria.
Todas estas historias muestran la importancia de un servicio universitario presente en la Sede Rodrigo Facio y en la Sede de Occidente, que apoya el crecimiento personal y profesional de jóvenes con deseos de superación.
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