Costa Rica puede aumentar la visibilidad de publicaciones científicas en sistemas abiertos si se toman ciertas medidas, como subir a los repositorios la mayor cantidad de materiales, aumentar la cantidad de contenidos reconocidos por estos sistemas y masificar el uso de identificadores persistentes en cada documento.
El movimiento internacional de acceso abierto a la literatura científica pretende que el conocimiento no tenga ningún tipo de barreras y esté disponible en la web, de forma gratuita, para todas las personas.
Conforme el acceso a internet empezó a tener mayor alcance, surgió en el mundo esta corriente que promueve el acceso universal a la producción académica, publicada en revistas y repositorios.
El Open Access nació en respuesta a la existencia de grandes conglomerados editoriales que dominan el mercado de una buena parte de la producción científica mundial, por medio de sus consorcios y revistas.
Asimismo, estas empresas capturan los presupuestos de las universidades destinados a las publicaciones, ya que poseen enormes bases de datos que las bibliotecas tienen que comprar para lograr tener acceso al conocimiento.
Por lo tanto, los movimientos de acceso abierto son críticos frente a este sistema en el que “las editoriales, en primer lugar, convierten el conocimiento académico en una mercancía sin pagar por el trabajo necesario para producirlo, luego afirman esas mercancías como propiedad intelectual y, finalmente, las venden a individuos o instituciones (universidades y bibliotecas), a menudo a precios exorbitantes”, explican Bacevic y Muellerleile, citados por Lucas Luchilo, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina, en Revistas científicas: oligopolio y acceso abierto.
El Lic. Jorge Polanco Cortés, coordinador del Portal de Revistas de la Universidad de Costa Rica (UCR), señala que dichos movimientos buscan contrarrestar esa tendencia, con el fin de que haya libre acceso a la información. Esto ayudaría al mejor avance de la ciencia y eliminaría la barrera económica.
El libre acceso al conocimiento científico es promovido por muchos países, pero tiene un importante impacto en las naciones en vías de desarrollo, pues son estos los que más sienten las repercusiones de la concentración de los datos en manos de pocas empresas, de no tener acceso a ellos y de que no se visibilice su propia producción científica.
“Estas bases de datos concentran información sobre la producción de los países desarrollados, pero en menor número de la de nuestros países”, añade la M. Sc. Andrea Marín Campos, de la Vicerrectoría de Investigación de la UCR.
Marín Campos explica que en muchos países la investigación científica es pagada en su mayoría por las empresas o fondos privados, mientras que en países como Costa Rica existe una fuerte financiación por parte de fondos públicos o del Estado.
De 142 países de todas las regiones del mundo, Costa Rica ocupa el lugar número siete en el porcentaje de publicaciones con acceso abierto, según el ranquin Curtin Open Knowledge Initiative (COKI), publicado por la Universidad de Curtin de Australia.
Esta medición, que abarca el período entre 2000 y 2021, revela que Costa Rica tiene un total de 16 257 publicaciones registradas en revistas y repositorios, de las cuales el 73 % (11 868 documentos) es de libre acceso.
De los 142 países que incluye el ranquin, solo nueve tienen más de un 70 % de la información con acceso abierto.
Estos contenidos son generados en su mayoría por tres universidades públicas. La primera de ellas, la UCR, que aporta el 79 % del total (12 869 documentos). De este porcentaje, el 40 % está en vía verde (repositorios) y vía dorada (revistas) simultáneamente, el resto en una u otra.
Las otras dos instituciones también citadas son el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), con el 9 % de las publicaciones, y la Universidad Nacional (UNA), con el 6 %.
“El ranquin nos da datos reveladores de que Costa Rica está haciendo un buen trabajo, aunque todavía se puede mejorar”, agrega Polanco.
En el caso de la UCR, los resultados alcanzados son producto de varias acciones llevadas a cabo en los últimos años para fortalecer el registro y acceso a las publicaciones de forma abierta y gratuita, destaca Polanco.
Una de las medidas fue adquirir, en el 2013, el servicio de asignación de identificadores para cada uno de los documentos sobre las distintas disciplinas académicas que la Institución publica en su Portal de Revistas. Uno de estos es el DOI, que consiste en una identificación única e inequívoca de cada material.
El Portal de Revistas posee más de 29 000 documentos y 52 revistas científicas de la Universidad, que se encuentran en acceso abierto diamante (véase el recuadro). La vía diamante proporciona acceso gratuito tanto para la persona autora como para la persona lectora.
Otra acción ha sido el desarrollo y fortalecimiento del Repositorio Institucional Kérwá, el cual ofrece acceso a todo tipo de documentos académicos que produce la UCR, desde discursos y mapas hasta tesis, patentes y libros. “Cualquier producto académico podría y debería estar allí. El repositorio es el escaparate de la Institución”, comenta Polanco.
Declaración de Acceso Abierto de Budapest, 2002
De ahí la importancia de aumentar la cantidad de documentos en repositorios y de que sean reconocidos por los sistemas de acceso abierto. Para esto, desde la Unidad de Gestión de la Calidad de la Vicerrectoría de Investigación se capacita a las personas investigadoras y se les acompaña en los procesos de producción para fortalecer la calidad.
Otro esfuerzo en el mismo sentido es el impulso del índice de calidad UCR-Índex, que promueve la adopción permanente de buenas prácticas de gestión editorial.
“Las revistas siguen parámetros de calidad y cuentan con procesos de evaluación”, afirma Marín Campos. Asimismo, la UCR forma parte de Latindex, un índice latinoamericano que evalúa criterios de calidad de revistas científicas producidas en la región, entre las cuales se encuentran las de esta universidad.
Las universidades públicas que integran el Consejo Nacional de Rectores (Conare) crearon recientemente el Repositorio Nacional de Costa Rica Kímuk, que reúne en un solo sitio los repositorios institucionales de publicaciones científicas y de patrimonio cultural.
Esta herramienta de acceso abierto posee 83 445 documentos procedentes de nueve entidades educativas. Su objetivo “es ofrecer acceso en línea a la producción académica y científica nacional como un insumo crucial para el desarrollo científico y tecnológico del país y, por ello, su visibilidad y acceso deben ser prioritarias”, se lee en su página web.
De acuerdo con los especialistas, a veces se tiene la idea de que un repositorio es para la ciencia local o solo para cierto tipo de contenido y que si se publicó en una revista que tiene derechos privados no se puede incluir en un repositorio de acceso abierto. “Esto no es cierto. En los repositorios cabe todo tipo de documento”, enfatiza Polanco.
De acuerdo con Marín, las instituciones de Conare han tratado de mejorar los repositorios con estándares internacionales.
“En la Vicerrectoría de Investigación hacemos una curación de la calidad del proceso de producción de la información que se sube al repositorio, lo que permite el respeto a los derechos de propiedad intelectual”, señala Marín.
Concluye que “es necesario que la comunidad nacional de personas investigadoras incluya todos sus productos académicos en los repositorios de sus instituciones, porque esto fortalece la visión de las instituciones a nivel internacional y es una forma de contribuir a crear nuevas formas de ciencia, de reutilizar el conocimiento, de compartirlo y de hacerlo de una manera democrática y participativa para todos”.
Vía verde (de autoarchivo): se basa en la práctica de depositar en un repositorio de acceso abierto los trabajos publicados previamente, sin necesidad de pagar.
Vía dorada: las revistas que permiten esta vía publican en acceso abierto inmediato y permanente, aunque habitualmente solicitan un pago por costes de publicación.
Vía bronce: son artículos de libre lectura, pero no hay una licencia explícita que permita su distribución y reutilización.
Vía diamante o platino: se refiere a las revistas que publican en acceso abierto y que no cobran a los autores por publicar ni a los lectores por leer. Por lo general, estas revistas están financiadas por instituciones académicas y gubernamentales, o por sociedades científicas.
Fuente: Unidad de Gestión de la Calidad, Vicerrectoría de Investigación, Universidad de Costa Rica.
Costa Rica puede aumentar la visibilidad de publicaciones científicas de acceso abierto si se realizan algunas acciones. De esta manera, los datos pueden ser recopilados y recuperados, hay un mejor acceso a los documentos publicados y se pasa a formar parte de los sistemas actuales de publicación de la ciencia.
Los especialistas recomiendan subir a los repositorios la mayor cantidad posible de materiales, aumentar la cantidad de contenidos reconocidos por estos sistemas y masificar el uso de identificadores persistentes en cada documento (especie de cédula académica), como DOI. Asimismo, es importante el uso de otros identificadores personales o institucionales, como ORCID y ROR, respectivamente.
En el caso de la UCR, se recomienda, en primer lugar, que al realizar la afiliación institucional el documento sea registrado como parte de la Universidad de Costa Rica (utilizar el nombre completo y no la sigla para que no haya confusión con otra universidad de Estados Unidos que emplea la misma abreviatura).
En segundo lugar, se debe indicar el nombre de la unidad académica o departamento.
También es importante usar el identificador persistente Research Organization Registry (ROR).
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