Solo imagínese el escenario: es el miércoles 23 de noviembre del 2022 y son las 10 de la mañana; ese día sería el debut de Costa Rica en el Mundial de Catar 2022… pero “La Sele” dejó ir hipotéticamente la oportunidad de estar entre las 32 selecciones clasificadas, tras perder por penales el repechaje contra Nueva Zelanda. En cambio, juegan los oceánicos contra España, y si bien alguna gente sacó el rato para ver ese partido, la mayoría del país se ocupa de su cotineanidad
En esa fecha y contexto, algunos comercios sacan provecho de la fiesta mundialista, pero la fiebre futbolera dista mucho de lo que hubiera pasado si “La Tricolor” hubiera clasificado al Mundial de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
O imagine mejor este otro escenario: es el miércoles 23 de noviembre y son las 10 de la mañana. Costa Rica debuta contra España en el Mundial de Catar 2022, tras derrotar a Nueva Zelanda 3 a 0 en junio (dos goles de Campbell y uno de Contreras).
Frente a miles de pantallas en todo el territorio nacional, la gran mayoría de la población está atenta a que ruede el balón, gracias a permisos que dieron en las empresas y al asueto que decretó el gobierno.
Desde la Federación Costarricense de Fútbol, pasando por los medios de comunicación deportivos, comercios de todo tipo y hasta negocios informales: una buena parte la actividad económica nacional se ve beneficiada con una eventual clasificación de la Selección Nacional al Mundial. (Foto: Laura Rodríguez)
Muchos se han preparado para este momento durante meses, con ahorros o con deudas (“de por sí, ¡ya viene el aguinaldo!”) compraron televisores, teatros en casa y hasta nuevos sillones para ver el partido y el Mundial. O bien, sacaron el día para verlo con familiares y amigos, haciendo una carne asada o en un sport bar. Una buena cantidad se movilizó en taxi o con el transporte de alguna plataforma en línea, para poder tomar alcohol responsablemente y no tener que manejar.
Desde hace semanas, una parte de la afición adquirió su camiseta oficial de “La Sele” en las tiendas Nuevo Equilibrio… o “la copia”, mucho más barata pero de menor calidad, en el chinamo de la esquina. Otra tuvo la suerte de ganar premios alusivos a la Tricolor en tiendas como Kokorocó, Montes, o Almacenes El Vikingo, por la compra de una suma determinada de colones en su mercadería. Tanta euforia hubo por las ventas que esos y otros negocios debieron contratar más gente, porque no daban abasto con la clientela. En fin, todo es fiesta, efervescencia e ilusión de otro Italia 90 o Brasil 2014.
¿Cuál escenario le parece mejor? El segundo ¿verdad? Pero no solo por las ganas de que La Sele clasifique al Mundial… sino también porque la economía del país es la otra ganadora con la eventual presencia del primer equipo masculino en la justa deportiva más seguida en el mundo. Desde el trabajador informal que vende “tiliches” de la Tricolor hasta la dueña del bar, y con un obvio énfasis en la Federación Costarricense de Fútbol, los equipos y ligas de este deporte y los medios de comunicación, todos se benefician de esa clasificación.
El especialista de Mercadeo en Contextos Deportivos y docente de la Escuela de Administración de Negocios, Francisco Navarro, recalcó que, aunque la sola eventual clasificación mundialista no va a hacer que el país perciba y mantenga cifras macroeconómicas exorbitantes, sí ayudaría a alivianar la difícil situación que han vivido cientos de empresas.
Y aunque no existe aún una investigación que concluya la cantidad exacta de dinero que circularía en el país como consecuencia de la clasificación de la Selección Nacional, Navarro sí se atreve a dar un cálculo: más de $18 millones. Lo anterior, tomando en cuenta el premio que tendría asegurada la Federación (y los equipos y ligas de fútbol) por participar en la primera ronda mundialista: $9 millones - que podrían ser más en caso de pasar a la siguiente fase -, lo cual cuenta incluso como inversión extranjera directa, pues es dinero que se redireccionaría a gastos propios de la industria futbolera, la mayoría a lo interno del país.
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A ese monto hay que agregar otros $9 millones (aunque posiblemente sean más) como efecto de la inversión en patrocinios oficiales, publicidad, ventas de productos y otros eventos asociados con el auge del llamado “equipo de todos”.
El especialista citó tres niveles de proximidad comercial en cuanto a los beneficios que tendría una eventual clasificación de “La Sele” a Catar: en primera instancia están las industrias ligadas al primer equipo masculino: todo lo relacionado con partidos amistosos (venta de entradas, mercadería, derechos de transmisión, entre otros). Esto es lo que más se beneficia o afecta.
El segundo nivel tiene que ver con los productos que ofrecen los patrocinadores. Navarro indicó para este grupo la clasificación es determinante, porque ven el patrocinio como una inversión de imagen de su marca que es explotable dependiendo del sentimiento que produzca. De hecho, según una teoría de mercadeo deportivo, una buena combinación entre la empresa que patrocina, el equipo patrocinado y el evento en el que participa, genera un rédito no solo por la exposición de marca, sino también por el interés de compra.
Si por el contrario, Costa Rica quedara eliminada, el impacto de las emociones que esto genere puede ser tal, que esas empresas podrían preferir obviar la mención a la Selección Nacional de sus productos, para no afectar sus ventas.
Y, finalmente, el tercero tiene que ver con los “microeventos”, es decir, todas aquellas actividades que se vayan hacer a raíz de la eventual participación de la Selección en el Mundial: llámese ver los partidos desde la casa de familiares o amigos, en bares o restaurantes, comprar artículos para disfrutar de los juegos y todos los gastos que eso implica.
El experto comentó que el hecho de que sean varias fechas de partidos hace que el interés se mantenga y se amplíe siempre que la Selección continúe disputando el Mundial, lo cual aumenta el interés por todo lo que tiene que ver con el mercadeo de esos bienes y servicios ligado a esta experiencia.
Incluso, Navarro se atrevió a decir que parte de la afición podría abstenerse de ver el mundial si Costa Rica no clasifica, lo cual debilitaría aún más la apuesta que pueda hacer el comercio por la Copa del Mundo, aún con la ausencia tica.
Por todo lo anterior, queda claro que el mejor escenario posible para la economía nacional es la presencia de la Selección Nacional en la cita mundialista de Catar, en noviembre. Si esto no se logra, tampoco ocasionará una gran debacle económica, pero varios sectores estarían perdiéndose la posibilidad de generar más recursos y empleo.