La Diplomacia Científica es un campo de estudio relativamente nuevo que contempla tres grandes áreas de operación: acciones para responder a desafíos globales, acciones para atender las necesidades de un país y acciones para fortalecer relaciones transfronterizas por medio de la ciencia, la tecnología y la innovación (véase Gluckman et al., 2017). A continuación, tomando como referencia estas tres sombrillas de acción, expondré con cinco mensajes claves, la importancia de que una universidad adopte la Diplomacia Científica como un pilar de su internacionalización.
Desde que se asume el liderazgo de la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa (OAICE) en enero de 2021, hemos puesto a la Diplomacia Científica y la Diplomacia Cultural como los pilares de la internacionalización de la Universidad de Costa Rica.
La Diplomacia Científica ha permitido plasmar un norte a la internacionalización de la UCR, brindando un marco conceptual y metodológico a través del cual, poder guiar los esfuerzos de la OAICE. Por ejemplo, la gestión de la cooperación y de las movilidades implica un detallado análisis para comprender de qué forma una nueva vinculación con una institución de educación del extranjero, atendería las tres sombrillas enunciadas al inicio de este artículo: ¿Cómo responde a desafíos globales y a las necesidades del país, y cómo fortalece las relaciones transfronterizas de Costa Rica utilizando la ciencia como instrumento? Para ello, se recolectan datos claves en todas las actividades lideradas por la Oficina y se brinda acompañamiento a las personas usuarias en esta demarcación estratégica.
Las colaboraciones entre la academia y el cuerpo diplomático costarricense no son recientes; hay destacados ejemplos de ello. Es el caso de la colaboración entre el Dr. José María Gutiérrez, del Instituto Clodomiro Picado, y la delegación diplomática de Costa Rica ante la Organización Mundial de la Salud que lideró adoptar una resolución para disminuir en un 50%, la mortalidad por la mordedura de serpientes al 2030 (véase MREC, 2018). O la experiencia del M.Sc. Pascal Girot de la Escuela de Geografía de la UCR que ha dirigido las negociaciones internacionales sobre pérdidas, daños y adaptación al cambio climático, como representante de Costa Rica en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (véase UCR, 2021).
Otro ejemplo es el proceso llevado a cabo por Costa Rica y Ecuador para la ampliación de los límites de sus plataformas continentales en el Océano Pacífico. De conformidad con el artículo 76 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, si los países demuestran mediante datos de campo del fondo oceánico que se cumplen determinadas condiciones geomorfológicas, pueden adquirir derechos exclusivos con fines de exploración, explotación y conservación.
Este proceso de más de diez años de negociación contó con la asesoría científica del Dr. Marino Protti del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) de la Universidad Nacional, y del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) de la UCR, entre otras instancias. Además, este esfuerzo eventualmente condujo a la creación del “Corredor Marino del Pacífico Tropical Oriental (CMAR)” que es una de las áreas de conservación de vida marina más grandes del planeta en la actualidad.
En los tres casos, la academia es proveedora de evidencia científica para respaldar los acuerdos diplomáticos. Esto es lo que se conoce como la Ciencia en la Diplomacia, o, la ciencia asesorando a la diplomacia (AAAS y Royal Society, 2010).
La demanda de evidencia científica para la toma de decisiones en escenarios de alta complejidad seguirá aumentando, por lo tanto, es vital que las instituciones de educación superior generen cada vez más espacios de interacción con instancias diplomáticas (Ministerio de Relaciones Exteriores, Embajadas, Oficinas de Cooperación, Organismos Internacionales) con el objetivo de identificar las necesidades de información de la política exterior.
Al igual que para el mensaje clave anterior, la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) y la Royal Society adoptaron otras dos dimensiones para definir a la Diplomacia Científica: la Diplomacia para la Ciencia; es decir, el aparato diplomático como plataforma para posicionar a la ciencia en la agenda política de las naciones y la Ciencia para la Diplomacia, convirtiendo a la cooperación científica en una herramienta para mejorar las relaciones internacionales entre países.
Para ambos escenarios, las instituciones de educación superior podrían destinar esfuerzos en mapear aquellos temas que requieren apoyo de plataformas diplomáticas para avanzar su posicionamiento en la agenda internacional, como ocurrió en algún momento con el Protocolo de Montreal de 1987, que prohibió gradualmente productos químicos que dañan la capa de ozono del planeta, y se convirtió en uno de los acuerdos ambientales más exitosos como resultado de una acción orquestada entre la ciencia y la diplomacia. Además, se podría introducir la diplomacia científica como curso electivo para las diferentes carreras ofrecidas en la universidad.
La gestión coordinada de la investigación e internacionalización es clave en el quehacer de una universidad. Durante el 2021, la OAICE y la Vicerrectoría de Investigación impulsaron espacios de trabajo conjunto que han permitido articular sus esfuerzos. Por ejemplo, se organizó la serie de webinarios: Diplomacia Científica: Puentes a la internacionalización, en la que se contó con destacadas y destacados investigadores UCR. Además, se ha participado en la mesa de coordinación del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, donde se destaca la atracción de un fondo internacional para apoyar las investigaciones sobre la covid-19 del Instituto de Investigaciones en Salud (INISA) y del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) en el 2021. Este espacio será clave para seguir coordinando la evidencia científica producida por las universidades y las necesidades de la política exterior, así como para introducir cursos sobre ciencia y tecnología en las formaciones diplomáticas (mensajes 2 y 3).
La Diáspora Científica está compuesta por personas que dejan su país de origen para estudiar, trabajar o investigar sobre temáticas relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación. Algunas de estas personas regresan al país, otras nunca lo harán. En este escenario, la Diplomacia Científica ofrece diversas soluciones que se pueden implementar desde la academia para transitar de una visión de “fuga de cerebros” a una de “circulación o ganancia de cerebros” (véase Jarquín, 2021).
Desde la OAICE se lanzó un plan piloto con la Escuela de Zootecnia para financiar pasantías de investigación de estudiantes de dicha Unidad Académica a centros de investigación donde se encuentra una persona integrante de la diáspora costarricense (en este caso, el Dr. José Arce, quien es docente de la Escuela de Zootecnia y becario de la OAICE).
Como parte de los esfuerzos por internacionalizar a la Universidad de Costa Rica y fortalecer los mensajes claves indicados anteriormente, la OAICE se encuentra organizando el primer curso de Diplomacia Científica en español para la región centroamericana a llevarse a cabo del 26 al 29 de abril de 2022 en la Plaza de la Autonomía de la UCR. Este curso es posible gracias a la coordinación interinstitucional de la UCR, la Unesco, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, entre otras organizaciones.
El curso tiene como objetivo reunir a la comunidad científica con la diplomática de la región, con el propósito de transferir habilidades en Diplomacia Científica entre ambas esferas; así, de esta manera, apoyar en la construcción de un puente entre la academia y personas tomadoras de decisión de Centroamérica.
La OAICE está financiando la participación de 12 científicas y científicos centroamericanos, como una forma de fortalecer e integrar la región a través de la ciencia. Estas personas tienen una clara contraparte UCR identificada, quienes también asistirán al curso (Circular OAICE-3-2021). Se impulsará que del curso salgan nuevas iniciativas de cooperación a futuro.
Si usted o su grupo de investigación quisiera explorar más sobre la Diplomacia Científica:
Agendemos un espacio de conversación para explorar cómo la Diplomacia Científica puede fortalecer su proceso de internacionalización.
La OAICE pondrá a disposición de la comunidad universitaria una ayudamemoria sobre el Curso de Diplomacia Científica Centroamericano a llevarse a cabo del 26 al 29 de abril de 2022 en la UCR.
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