La conmemoración del Día Mundial de la Poesía es un momento ideal para reconocer el aporte que las poesías regionales han hecho a la literatura costarricense, en este caso la poesía ramonense, que sin duda se ha merecido un lugar en la historia literaria del país.
Francisco Rodríguez Cascante y Nidia Marina González, ambos docentes de la Sede de Occidente, han tenido una participación muy activa en la vida literaria ramonense, y desde diferentes trincheras, han aportado en esta historia.
Ambos coinciden en la importancia de darle el lugar que merecen las literaturas regionales, ya que como lo afirma Francisco Rodríguez hay una gran riqueza literaria en las distintas regiones del país. “Sin embargo, el peso de la tradición nacionalista que piensa la literatura del país como una producción propia del centro, ha obstaculizado mirar y valorar esas literaturas. Si se tomaran en cuenta las literaturas regionales se ampliaría mucho y se enriquecería la literatura costarricense. Creo que pasaríamos a hablar de "literaturas costarricenses".
El cantón de San Ramón ha sido reconocido a nivel nacional como “tierra de poetas” gracias a una gran producción que data desde finales del siglo XIX y que se ha mantenido hasta la actualidad.
Esta leyenda nacional, de llamar a San Ramón “tierra de poetas”, tiene un sustento histórico que se ha podido demostrar gracias al trabajo realizado por Rodríguez, quien desde el año 2011 ha dedicado sus investigaciones al rescate de textos y al estudio de la producción literaria del cantón.
Según Rodríguez, a finales del siglo XIX, se da el surgimiento de una pequeña ciudad letrada en San Ramón, la cual fue posible gracias a varios factores. Destacó la instalación en el cantón del intelectual Julián Volio, el temprano desarrollo de una prensa y el desarrollo de instituciones educativas y bibliotecas, así como la construcción de espacios de socialización, como clubes y círculos de lectura. “Este contexto valora positivamente la cultura letrada, la estimula y la promueve. De ahí surgieron los primeros escritores ramonenses” afirmó.
Los estudios realizados por Rodríguez han logrado determinar las características de la poesía ramonense y los aportes que ofrece esta al movimiento literario nacional. El investigador asegura que desde finales del siglo XIX y la primera parte del siglo XX, “se observa una poesía que oscila entre el romanticismo, el modernismo y el postmodernismo, con escasos asomos de la literatura vanguardista, la cual se manifiesta en la obra de Rafael Estrada en los años 20. En los años 70, se retoman las búsquedas vanguardistas y, a partir de entonces, la poesía ramonense asume los códigos estéticos contemporáneos, básicamente poesía coloquial, intimista y existencial”.
Mencionó que “la recodificación estilística del modernismo que efectuó Lisímaco Chavarría a principios del siglo XX, hibridando los modelos legitimados del modernismo con las voces de la cultura popular; la introducción de la poesía de vanguardia que realizó en los años 20 Rafael Estrada, tanto en el nivel de la escritura poética como en la discusión teórica y la elaboración de una poesía feminista, constrasensual en relación con la tradición poética nacional (por su versolibrismo, su narratividad y su ideología) que desarrolló Corina Rodríguez en la segunda década del siglo XX” son los principales aportes de la poesía ramonense al movimiento literario nacional.
Nidia Marina González ha sido parte de ese movimiento literario en San Ramón desde hace 43 años, señala que desde pequeña mostró interés por la poesía, pero que empezó a hacerlo como un oficio a partir de los 20 años. “La escritura para mí es casi un defecto de nacimiento, empiezo a escribir con más frecuencia desde los 16 años y luego a sistematizar y publicar. Mi primera publicación fue a los 20 años y después pasan 23 años hasta que me atrevo a publicar de nuevo en el 2013, y ya van 6 libros y hay 4 inéditos”.
Ella señala que el movimiento literario en San Ramón se ha caracterizado por ser una constante a través de la historia y que gracias a ello el aporte que se ha dado al país ha sido sostenido. “Nosotros somos periferia, entonces nos cuesta un poco integrarnos, pero como lo revela Francisco Rodríguez en sus investigaciones, dado que San Ramón se convierte en una ciudad letrada paralela a San José y a la zona central, creo que nosotros nos aseguramos un puesto a nivel nacional, tenemos una preponderancia intelectual que ha sido una presencia constante y contundente”.
Reconoce que cuando se habla de poesía ramonense se piensa en los poetas de inicio de siglo que tuvieron mucha relevancia, sin embargo, afirma que el movimiento ha sido sostenido a lo largo del tiempo y que gracias a ello “tenemos un sitio en la literatura costarricense. Hay muchísima gente que produce y habemos muchos con un camino hecho”.
Destacó que el aporte de la Sede de Occidente ha sido fundamental a partir de los años noventas porque sostenidamente por 10 años completos desde 1994 al 2004 la Revista Tertulia se convirtió en un proyecto de Acción Social. Además, “la Sede aportó mucho con los concursos, primero Arturo Agüero y ahora el Corina Rodríguez y la enorme investigación de Francisco Rodríguez que le ha dado cuerpo, coherencia y sistematización a la historia de la tradición literaria ramonense”.
“Siempre la literatura ha sido un tema medular y la Sede ha tenido un gran protagonismo en la construcción de nuestra intelectualidad, y de la cuidad letrada a la que Francisco Rodríguez hace referencia en su investigación”.
Día Mundial de la Poesía 21 de marzo, 2022
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Un homenaje a cuatro escritores nacidos en la tierra de poetas
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