Cuarenta y cinco años han pasado desde que un grupo de estudiantes recibió por primera vez clases en el Recinto de Grecia, entonces llamado División Tacares, un 14 de marzo de 1977. Desde entonces, este centro de estudios que es parte de la Sede de Occidente, ha ofrecido sus aportes en la docencia, la acción social y la investigación.
Actualmente el Recinto de Grecia ofrece seis carreras, con dos opciones únicas a nivel nacional Laboratorista Químico y Gestión del Recurso Hídrico, creada hace 5 años. Cuenta con proyectos de Acción Social que atienden directamente a la comunidad aledaña como el Proyecto Interdisciplinario de Atención a la Salud, el FestArt, los Campamentos de Desarrollo Humano y el Programa Integral de la Persona Adulta Mayor.
Desde el 2018 el recinto tiene el Programa de Investigaciones en Ciencias Naturales y de la Salud (Procinasa) cuyas áreas de estudio son la biología, química, física, biotecnología, farmacia, recurso hídrico, matemática y alimentos, entre otros. Este programa ha impulsado la inscripción de 16 investigaciones ofreciendo valiosos aportes en los temas mencionados.
A nivel de infraestructura, en los últimos años se han trabajado en obras como la construcción del gimnasio y un salón multiuso, así como remodelaciones y obras de mantenimiento importantes para su funcionamiento. Dentro de las obras próximas a iniciar se encuentra la construcción de las nuevas residencias estudiantiles, un proyecto que vendrá a responder las necesidades de la población estudiantil que se atiende.
La Mag. Sindy Porras Santamaría, directora del Recinto, aseguró que en este 45 aniversario “es importante reafirmar el compromiso que tenemos de continuar trabajando, para ofrecer al estudiantado los recursos y los conocimientos necesarios, con el fin de formar profesionales de calidad que aporten sus aprendizajes a la sociedad, tanto a nivel nacional como internacional”.
Destacó que este centro de estudios se ha convertido a lo largo de los años en un referente de la región, aportando a las comunidades vecinas profesionales de calidad en diferentes áreas que han abierto camino demostrando sus conocimientos y logrando así atraer o crear opciones de empleo en la zona.
Agregó que el Recinto ha sido un ejemplo en materia ambiental, tanto para la región como para la institución, ya que desde el año 2015 reincorporó este componente dentro de su quehacer administrativo y docente, obteniendo cuatro reconocimientos de Galardón Ambiental UCR, dos certificaciones ambientales por parte del Programa Nacional Bandera Azul Ecológica, en la categoría Cambio Climático, con cinco y cuatro estrellas respectivamente. Además, Porras destacó la participación activa del Recinto en organizaciones ambientales del cantón de Grecia, tales como Corredor Biológico Interurbano El Achiote y la Comisión Interinstitucional Grecia Carbono Neutro.
Porras concluyó que todos estos aportes se han logrado gracias al compromiso institucional y de cada una de las personas que han sido parte de su historia, “el crecimiento del Recinto de Grecia a través de los años ha dejado múltiples aprendizajes, pero sobretodo la satisfacción de aportar a la regionalización desde diferentes aristas”. aseguró
El Recinto de Grecia, así como la Sede de Occidente, debe su creación a una comunidad organizada, que apostó por la educación como instrumento de desarrollo. Las siguientes líneas, escritas por el Dr. Eval Araya Vega en el 2017, como parte de su discurso de celebración del 40 aniversario, resume la historia de la creación de este centro de estudios.
“El acuerdo de creación del Recinto fue tomado por el Consejo Universitario, a propuesta del señor Rector Dr. Claudio Gutiérrez, en sesión No. 2348 del 13 de enero de 1977. Dos meses después, el lunes 14 de marzo del mismo año, se inician las clases, primero en la llamada División de Tacares y un poco más tarde, Recinto de Grecia. Asistieron a clases los estudiantes que, sin estar empadronados ahí, aceptaron la posibilidad de llevar los cursos de Estudios Generales en la nueva instancia.
Detrás de estos actos formales existió una comunidad organizada, que reclamó, en diversos niveles, el derecho a la educación superior de sus hijos e hijas y por unas instalaciones que entendía suyas, donadas a la diócesis de Alajuela para crear el Seminario Menor de la Inmaculada Concepción, en el que nunca hubo suficientes vocaciones, como lo reconoció públicamente el Obispo Enrique Bolaños en 1969, año en que cierra el Seminario que apenas funcionó ocho años.
Luego de muchas diligencias y discusiones, las instalaciones fueron compradas por el Estado Costarricense y puestas a las órdenes de la UCR, en adscripción al entonces Centro Regional de Occidente, hoy Sede de Occidente. El costo originalmente acordado con el Estado fue de dos millones de colones, pero el pago final alcanzó los cinco, pues un nuevo aval o realizado por la Diócesis de Alajuela determinó que poco menos era el costo actualizado, recomendación redondeada hacia arriba por el señor Obispo.
La partida de dos millones, gestionada por el entonces diputado Daniel Oduber Quirós, sirvió de prima y luego, esta vez como Presidente de la República, el gobierno de Oduber amortiza el saldo pendiente. En diciembre de 1978, en el primer año de gestión presidencial de Rodrigo Carazo Odio, el Estado realiza el traspaso del inmueble. Por tanto, las instalaciones del Recinto fueron una donación del Estado a la Universidad, no de la Iglesia como erróneamente afirma la vox populi”.
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