Con su liderazgo, ellas han demostrado que es posible impulsar una agenda de investigación de calidad y una labor docente comprometida, apesar de las inequidades que aún persisten en la academia y en la sociedad costarricense.
Ellas y muchas mujeres más siguen abriendo camino para las nuevas generaciones e impulsan a otras mujeres a descubrir su potencial y alcanzar sus metas en los campos de la ciencia y la tecnología.
Lucía Rincón-Soto es Licenciada en filosofía y Magíster Scientiarum en antropología (social y cultural) de la Universidad del Zulia, República Bolivariana de Venezuela, de donde es originaria.
Vive en Costa Rica desde el año 2002, en donde estudió y se graduó en el 2011 en la Universidad Nacional (UNA), mención Cum Laude como Doctora en Estudios Latinoamericanos con énfasis en Pensamiento Latinoamericano.
Con más de 20 años de experiencia académica como docente e investigadora, sus temas han sido la filosofía latinoamericana, historia de las mujeres latinoamericanas, feminismo, cultura y pensamiento indígena.
Desde el 2008 se incorporó a la Sede del Caribe de la Universidad de Costa Rica (UCR). Esta experiencia académica le ha permitido conocer, entender e interpretar desde diferentes aristas el pensamiento caribeño-costarricense. Desde la Sede ha participado en investigaciones relacionadas con la cultura afrocaribeña; actualmente, desde el Programa de Estudios del Caribe de la Sede, desarrolla el proyecto denominado Pensamiento y acción en CALUFA: El aporte de Mamita Yunai al pensamiento latinoamericano y caribeño.
Como mujer, madre, docente e investigadora invita a deliberar sobre la importancia de apoyar, desde la academia, a las mujeres en la ciencia. Pues si bien es cierto, cada día es más notable la impronta de las mujeres en mundo científico y académico, todavía el trabajo doméstico y las responsabilidades de cuido son una esfera de la cotidianidad que se le asigna a las mujeres.
En su faceta de docente ha tenido como uno de sus objetivos principales deslastrar del discurso académico, todo aquello que designe de manera negativa y abusiva a las mujeres, a los indígenas, a los afrocaribeños, a los latinoamericanos en general.
Otto Salas Murillo
otto.salas@ucr.ac.cr
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La bióloga Dra. Gloriana Chaverri Echandi es un referente de la investigación sobre el comportamiento de los murciélagos a nivel nacional y mundial. Es profesora asociada de la Sede del Sur de la Universidad de Costa Rica (UCR) e investigadora asociada del Smithsonian Tropical Research Institute.
Luego de realizar sus estudios de pregrado, consiguió un trabajo en Golfito como asistente el Programa de Estudios Tropicales de la Universidad de Kansas. Así fue como Gloriana dejó la ciudad, que no le gustaba para nada, y se fue a vivir a Golfito. Desde ese pequeño punto en el mapa, donde se encuentra una extraordinaria biodiversidad, no ha parado de hacer ciencia y establecer lazos con el mundo.
Desde allí ha logrado formar redes de colaboración con colegas e instituciones del exterior en Norteamérica, Centroamérica, Europa y Asia. Además, se ha convertido en tutora de estudiantes de doctorado y postdoctorado de diferentes países como Costa Rica, Colombia, Ecuador, Bulgaria y Alemania.
Sus estudiantes son un gran apoyo a la investigación, pero también son parte de su familia, con ellos comparte su pasión por las ciencias naturales y en particular por los “murcis”, unos mamíferos sociales que ella describe como “poco carísmáticos”, pero muy fascinantes, especialmente por la forma en que se comunican; mediante sonidos de alta frecuencia.
“Mi pasión es más fuerte sobre el tema de comportamiento que sobre el grupo en particular”, dice la investigadora, pero aclara que “los murciélagos son una fuente inagotable de información y de descubrimientos súper fascinantes y por eso sigo trabajando con ellos”.
Ella es ejemplo de que las Sedes Regionales pueden hacer aportes significativos a la ciencia y la diplomacia científica, aunque reconoce que aún hay muchos retos por superar como la mentalidad que existe hacia el trabajo de investigación, bajos presupuestos y falta de tiempos para investigación y cargas académico administrativas que dificultan a las personas docentes dedicar tiempo a generar conocimiento.
En su experiencia, una clave para poder hacer investigación es buscar fondos de financiamiento externo y becas, así como contar un laboratorio o grupo de investigación sólido que incorpore estudiantes de grado y postgrado. Además, en el caso de las mujeres, el apoyarse una a las otras, es muy importante para poder avanzar en el camino de la ciencia.
Katzy O´neal Coto.
katzy.oneal@ucr.ac.cr
La Dra. Susan Chen es una porteña de corazón. Luego de graduarse como licenciada en Computación e Informática de la Universidad de Costa Rica (UCR), en 1987, muy pronto retornó a su ciudad natal, Puntarenas. Es aquí en donde esta académica ha dejado huella y ha contribuido al desarrollo de la Sede del Pacífico de esta institución y de la región del Pacífico Central.
De profesora interina llegó a ser directora de esta Sede, cargo que ocupó durante 11 años. Durante ese período, promovió el crecimiento de esta sede universitaria, para dotarla de infraestructura, plazas docentes y administrativas y mayor oferta académica para la región.
Con una maestría en Telemática, se convierte en la primera mujer que se gradúa en esta especialidad en la UCR. También es la primera mujer que obtiene el Doctorado en Administración de la Universidad Estatal a Distancia (UNED). En la actualidad, Chen es una de las dos mujeres catedráticas de esa sede regional.
Fue gracias a su visión, que las ciencias de la computación llegaron a la Sede del Pacífico y han alcanzado un notable desarrollo. La Dra. Chen impulsó, junto a un equipo de colegas, no solo la apertura de la carrera de Informática Empresarial, sino también de la primera maestría virtual de sedes regionales, con énfasis en Tecnologías de la Información y la Comunicación para la Gestión Organizacional.
De padres inmigrantes de China, a la Dra. Chen le correspondió trabajar desde muy temprano en las actividades comerciales de su familia y convencer a sus progenitores de que le permitieran trasladarse a la capital para realizar estudios superiores. Tuvo además que sobrevivir al desarraigo y a la timidez.
De su etapa como estudiante, recuerda que eran muy pocas las mujeres que a inicios de los años 80 cursaban la carrera de Computación e Informática, la cual en ese entonces pertenecía a la Escuela de Matemática. Hoy, por el contrario, comenta, son cada vez más las alumnas que optan por esta área de la ciencia y que se destacan por su disciplina y responsabilidad.
También rescata de esa época el trabajo y la solidaridad entre las compañeras. Esto fue clave para alcanzar el éxito, porque en un medio con mayoría masculina, les era difícil avanzar.
El empeño y dedicación de esta académica son el mejor legado que les deja a sus dos hijas, a quienes crió con ayuda de su madre, así como a las presentes y futuras generaciones de niñas y jóvenes que sueñan con llegar a ser profesionales o científicas.
Patricia Blanco Picado
patricia.blancopicado@ucr.ac.cr
La Dra. Élida Vargas Barrantes es docente en Régimen Académico con la categoría de profesora catedrática en la Universidad de Costa Rica. Labora en la Sede de Occidente en la Sección de Biología y en la carrera Bachillerato y Licenciatura en Laboratorista Químico en el Recinto de Grecia, desde hace 25 años.
Sus temas de interés son: genética, biotecnología, biodiversidad, docencia, investigación, aprendizaje e innovación educativa en ciencias naturales.
Su primera carrera fue el Diplomado en Laboratorista Químico que obtuvo en la Universidad de Costa Rica, posteriormente se graduó como Bachiller en Biología y realizó una Maestría en Biología en esta misma universidad. Vargas cuenta con una Licenciatura en Ciencias de la Educación con énfasis en Docencia y un Doctorado en Educación de la Universidad Estatal a Distancia.
En la tesis de doctorado desarrolló el tema "Contribución multivariada al estudio del conocimiento y actitudes en sexualidad en jóvenes de noveno y docentes del Tercer Ciclo de la Educación General Básica en colegios públicos del cantón de Grecia, 2012".
Actualmente, es estudiante de la Maestría en Tecnología e Innovación Educativa. Como docente se ha caracterizado por su interés de impulsar y motivar a los estudiantes para que realicen publicaciones científicas producto de investigaciones realizadas desde el nivel de grado.
Su visión sobre la participación de las mujeres en las áreas de ciencia y tecnología se resume en la siguiente frase:
“Aunque la educación superior reúne a las mujeres de ciencia y tecnología y representa un medio fundamental para difundir y estimular sus grandes aportes; el principal desafío está en visibilizar su trabajo y lograr una participación equitativa desde la niñez, para un grupo que representa no menos de la mitad de la humanidad”.
Grettel Rojas Vásquez
grettel.rojas@ucr.ac.cr
La larga trayectoria de la doctora en entomología Helga Blanco Metzler queda sembrada en los campos guanacastecos, sus aportes a pequeños productores de la región desembocaron en un esfuerzo que además de abonar las tierras de la pampa, logró el empoderamiento de mujeres que con ella se atrevieron a saltar barreras para cosechar y diversificar la dieta con el colorido de las hortalizas, muchas veces escasas en la zona.
“Se trataba de poner a producir a estas personas hortalizas para aumentar y mejorar la dieta y tener productos para la venta o intercambio. También era importante darles a ellas empoderamiento, ponerlas a producir y combatir el machismo” explica la Dra. Blanco.
Su aporte queda en las manos de mujeres en distintas partes de Guanacaste, como en las faldas del Volcán Rincón de la Vieja, en la playa Marbella y en otros muchos poblados en donde además enseñó a producir con reducción de plaguicidas.
En el 2018 esa labor y entrega en el ámbito de la Acción Social y el trabajo en comunidades de Guanacaste le valió a Blanco Metzler el premio “María Eugenia Dengo Obregón”.
“Siempre estábamos con chiquillos, es una forma de producir que permitió mucho el involucramiento de la familia, enseñábamos desde las primeras cosas de agricultura y yo como entomóloga les mostraba los insectos, los que eran buenos y los malos, así como la importancia de la conservación de las abejas, toda la vida en el suelo para que los cultivos podrían crecer bien”, recuerda.
Este trabajo de la Dra. Blanco en investigación y acción comunitaria involucró a sus estudiantes, a sus colegas de otras universidades públicas y el financiamiento del Consejo Nacional de Rectores (Conare) entre otras muchos apoyos que dejaron además un legado en el resguardo de las semillas tradicionales.
Junto con el Centro Nacional de Investigación en Tecnología de Alimentos (CITA) de la UCR, la Dra. Blanco recuperó y limpió la semilla de maíz pujagua para entregar al país un grano de mejor calidad y reservar el germoplasma o a la diversidad genética que resguarda el sabor de toda la gama de comidas a base del maíz morado, el ingrediente necesario para de atoles y tortillas de ese característico color.
La Dra. Blanco recientemente se acogió a su jubilación, así que este texto registra a forma de homenaje en corto a su vasta trayectoria que sigue siendo aprovechada por sus estudiantes tesiarios que buscan su guía en el país y en el extranjero.
Repelentes orgánicos, almácigos, manejo de plagas y su experticia en cultivos de arroz, papaya, y tomate tipo Cherry, entre muchos otros seguirán desarrollándose con citas de las investigaciones de la Dra. Helga Blanco Metzler.
Gabriela Mayorga López
gabriela.mayorgalopez@ucr.ac.cr
Vivo en Paraíso de Cartago, en donde estudié la primaria y secundaria, cuando era pequeña pensaba en ser educadora, talvez motivada porque mi padre era maestro y a mí me gustaba explicarle a mis compañeras y compañeras cuando teníamos algún examen. En ese tiempo y lugar, no habían tantas facilidades para informarse acerca de las diferentes carreras que existían, sin embargo gracias a mis padres supe de la carrera de Computación, ellos me llevaron donde un conocido para que me explicara qué hacían los informáticos y me enseñara una computadora, porque nosotros no teníamos.
De esta experiencia me decidí por la carrera y dichosamente pude ingresar a esta universidad en la carrera de Computación e Informática. Durante mis años de estudiante universitaria siempre encontré compañeras y compañeros de muy diversos lugares, con quienes generar grupos de apoyo para salir adelante; a nivel de la carrera no hubo diferencia en el trato debido al lugar de procedencia o el género, al contrario, el trato era muy parejo y eso reforzaba que podía alcanzar mis metas.
Actualmente trabajo como docente de la carrera de Informática Empresarial y como coordinadora de Acción Social, en la Sede del Atlántico. He participado de equipos de trabajo en investigación y en acción social, lo cual ha enriquecido mi formación y visión en general, estos han sido espacios de crecimiento que permiten compartir y contribuir con la sociedad. Además, me parece que desde el rol que asumimos las personas docentes, es muy importante la motivación y el apoyo que se brinde al estudiantado, para salir adelante en sus carreras.
Particularmente en esta carrera, hace algunos años se tenían grupos conformados por una o dos mujeres y más de veinte hombres, en donde difícilmente se mezclaban cuando trabajaban en equipos. Sin embargo, en años recientes tenemos más mujeres en las aulas y equipos de trabajo mixtos, esta conformación hace que el trabajo se realice tomando en cuenta más perspectivas y se generen productos muy interesantes.
Durante los años que llevo como docente, he conocido a muchas estudiantes que han concluido el plan de estudios de la carrera de Informática Empresarial con mucho éxito, se ubicaron en buenos puestos laborales y lograron compaginar el rol familiar y el profesional. Ellas son nuevos testimonios de que las mujeres podemos desempeñarnos exitosamente en cualquier carrera profesional y especialmente en las carreras STEM, cada una le demuestra a la sociedad que hay que derribar estereotipos y sí se puede equilibrar la brecha de género para contribuir al desarrollo del país.
Juan Pablo Rodríguez Campos
juan.rodriguezcampos@ucr.ac.cr
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