Universidad de Costa Rica
“Nada de lo que está viendo es real, compruébelo”, le dijo Daniel Echeverría, un agente muy singular del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), a Óscar Brenes, un joven profesor de secundaria, quien creía estar tocando el cielo durante un fin de semana con su novia en una idílica cabaña de montaña. Pero la verdad es que todo era un espejismo y estaba al borde de la muerte.
¿Cuántas veces nos ha pasado como a Óscar? Creemos que estamos en el paraíso, pero lo cierto es que estamos a las puertas del mismísimo infierno y, lo peor de todo, es que no somos conscientes de ello, sobre todo porque quienes nos rodean nos afirman en el camino que llevamos. En muy pocas ocasiones se asoma una voz valiente que nos advierte del peligro. Sin embargo, se nos hace muy difícil darle crédito porque estamos enceguecidos con nuestra boyante situación.
A veces, esa voz de alarma proviene de nuestro interior y la llamamos de diferentes maneras: presentimiento, corazonada, conciencia y premonición, entre otras. Suele aparecer cuando estamos a punto de “meter la pata” y muy en el fondo sabemos que lo que hagamos tendrá consecuencias inmediatas o a largo plazo.
Si bien hay acciones equivocadas que se pueden explicar y sus repercusiones son manejables, existen otras que se convierten en un fuego permanente y asumen el gobierno de la persona sin dejarla en paz por el resto de su existencia, además terminan afectando a quienes están a su alrededor.
Aunque las malas decisiones pueden tomarse en cualquier momento de la vida, la adolescencia es un tramo muy frágil y lleno de curvas peligrosas, donde confluyen marcas de la infancia, desencantos, aspiraciones y proyectos de vida en personas que aún no tienen el colmillo de la experiencia para sortear los obstáculos y salir bien librado. De ahí la importancia de Los dueños de la casa, un relato en el que su autor no escatima en detalles para transportar al lector a una situación fantasiosamente real, en la cual lo paranormal se combina con lo cotidiano para revelarnos las virtudes y flaquezas de los personajes, en quienes podemos vernos reflejados.
A diferencia de las leyendas de la tradición oral costarricense, como El cadejos y La llorona, las cuales utilizan seres míticos y argumentos que apelan al temor para influir en la conducta moral de sus destinatarios, Los dueños de la casa echa mano de criaturas malvadas e invisibles que intentan sobrevivir a partir de los resquicios que les dejamos en cada descuido de nuestro caminar, pero al final todo dependerá de la actitud que tengamos frente a ellas.
| Ficha técnica |
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| Título: Los dueños de la casa |
| Movimiento: novela costarricense |
| Autor: Geovanny de Sosa |
| Ilustración y diseño de portada: Césaly Cortés O. |
| Editorial: Universidad de Costa Rica |
| Año de publicación: 2017 |
| Número de páginas: 288 |
| Elementos narrativos |
| Narrador: Omnisciente combinado con parlamentos entre sus personajes |
| Temas y argumentos desarrollados: Relaciones familiares Actividad paranormal Amistad y noviazgo Vida rural y urbana La naturaleza |
| Ambiente: localidad ficticia ubicada entre los cantones de Naranjo y Palmares de Alajuela en una época reciente. |
| Aspectos del autor |
| Fecha y lugar de nacimiento: 17 de febrero de 1972 en San Ramón de Alajuela. Geovanny Soto Sosa (seudónimo: Geovanny de Sosa) empezó publicando relatos cortos en periódicos regionales como Mi cantón (Esparza) y Mi tierra (Grecia) entre el 2010 y el 2014. Entre esos años también publicó relatos marianos en la revista Miriam Universal de los padres carmelitas descalzos de Andalucía. En el 2014, ganó el primer lugar en el certamen de poesía Jorge Debravo del Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC) y, en el 2015, el tercer lugar en ese mismo prestigioso certamen literario. En el 2016 publicó con Alebrije Ediciones (San José, Costa Rica) su primera novela juvenil de realismo mágico-paranormal titulada Los claveles de Melannia. En ese mismo año, publicó con la Editorial Sonicer J (Nueva York, Estados Unidos) su primera novela de ciencia ficción titulada Vera Terrum, la cual ganó el sello de excelencia literaria de la editorial con el Premio Literario Sonicer J 2016. |
| Sinopsis |
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| Género literario: novela |
| En la ciudad de Velázquez se ha suscitado una serie de eventos trágicos que tiene alterada a toda la población, pues al amanecer aparecen estancias de las casas desordenadas y la mercadería de los supermercados en el piso. Además, se registró la desaparición de un niño y el asesinato de un bebé. Muchas personas afirman que todo es obra de unos seres demoniacos. En medio de este caos, Maddelyn y Mara se verán directamente afectadas por estos seres sobrenaturales, quienes sufren una metamorfosis para abrir el umbral y pasar el puente hacia una nueva forma de vida. Para esto, necesitan provocar una exacerbación de emociones perturbadoras y un dolor agudo en la vida de sus víctimas. Con este panorama, las jóvenes tendrán, además, el golpe emocional de secretos familiares descubiertos en el momento más inoportuno. |
| Frase del libro |
| “Maddelyn halló la llave correcta al quinto intento. Giró el llavín y abrió con sensación corrosiva. Se quedó quieta, mirando sin mirar. Y… ¿si lo que encontrara le doliera mucho? O… ¿si eran alucinaciones de una mujer loca teléfono en mano y poca vigilancia? Y… ¿si en el fondo, descubría que no amaba a sus padres tanto como ella creía? Otras preguntas se quedaron en cola, la única carpeta sin etiqueta fue la primera a su vista. Lenta, estiró la mano y la abrió. Un sobre aéreo, sin sellar, se acomodaba con otros documentos y unas fotografías decoloradas. Lo sacó y dio unos pasos hacia atrás. Abrió el sobre. Extrajo unos papeles, algo amarillentos, con olor a moho y leyó su contenido. Sus ojos pasaron por las letras dejando rastros de calor a la manera de la lupa que recoge rayos de sol. Comenzó a respirar con agitación y a apretar con fuerza los bordes de las hojas. Al terminar, las tiró al piso y se acercó de nuevo al archivo para ver el resto del contenido de la carpeta. Otras hojas, un puñado de cartas, y las fotos, con caras desconocidas. Maddelyn leyó todo, vio todo… entendió todo" (De Sosa, 2017, pp. 155-156). |
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