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Colibríes, los animales miniatura más fieros de la Tierra

El Colibri cyanotus, una especie que habita en Costa Rica. Foto: cortesía de Randall Cortés Fonseca.

 

Estas aves pueden llegar a pesar menos que un lapicero, pero llegar a enfrentarse y a atacar a los halcones.
16 dic 2022Ciencia y Tecnología

Los colibríes son animales que, a pesar de su pequeño tamaño, tienen altos requerimientos de energía. Eso se debe al gran consumo que tiene su peculiar vuelo, el cual tienen que saciar con el néctar de las plantas y con los insectos que roban de otros animales.

Según datos del Servicio de Parques Nacionales (NPS, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, si un humano tuviese el metabolismo de un colibrí, tendría que comer 129 kilogramos de carne al día para mantener su peso y realizar sus actividades diarias.

Estos animales pertenecen al orden de los apodiformes y a la familia Trochilidae, la cual es única en el continente americano. Tienen una distribución desde el sur de Canadá hasta Tierra del Fuego, un archipiélago compartido por Chile y Argentina.

Esta familia a su vez se divide en dos subfamilias: Trochilinae y Phaethornithinae.

La primera se compone por especies muy territoriales, con el pico corto y recto, así como con colores de plumaje muy vistosos y metálicos; mientras que, en la segunda subfamilia, los también llamados colibríes ermitaños presentan un pico curvo y cierto grado de iridiscencia, pero no son tan vistosos como los Trochilinae.

El Dr. Luis Sandoval Vargas, especialista en ornitología y bioacústica del Centro de Investigación en Biodiversidad y Ecología Tropical (Cibet), de la Universidad de Costa Rica (UCR), explica que a nivel mundial existen 363 especies de colibríes. En nuestro país hay identificadas 53 de estas.

Entre las especies presentes en el territorio nacional se encuentran dos endémicas de Costa Rica y otras dos que se comparten con Panamá.

El tamaño del colibrí varía de una especie a otra, señala el Dr. Gerardo Ávalos Rodríguez, profesor de la Escuela de Biología de la UCR y coordinador del comité científico de la Asociación Ornitológica de Costa Rica.

La especie más pequeña descrita se llama Bumblebee hummingbird, que habita en el Caribe y pesa alrededor de 1,8 gramos. Entre tanto, la Patagona gigas es la más grande y puede pesar hasta 20 gramos.

También existen algunas especies consideradas pequeñas, del género Selasphorus, conocidas como “colibrí chispita”. Su nombre significa en latín “el que lleva la flama”, debido a su coloración metálica o iridiscente.

De este grupo, en Costa Rica se encuentran la Selasphorus flammula y la Selasphorus scintilla. “Un lapicero pesa más que ellos”, comenta Ávalos.

“Los colibríes —agrega— han llevado el ser pequeñito, el ser miniatura, al extremo”.

El tamaño de los colibríes no se ve reflejado en su metabolismo, según el NPS. Una de estas aves en reposo toma cerca de 250 respiraciones por minuto, en comparación con las 12 en promedio de un humano.

Los latidos de su corazón varían desde 50 a 180 pulsaciones por minuto, y en momentos de hibernación tienen hasta 1 260 pulsaciones. Las personas se mantienen entre los 60 y 80 latidos por minuto.

Diferencias sexuales

Los colibríes presentan dimorfismo sexual, lo que quiere decir que hay diferencias morfológicas entre los sexos.

En estas aves aplica la regla biológica de Rensch, según la cual los machos en especies grandes tienen más tamaño que las hembras; mientras que, en especies pequeñas, como las del Selasphorus, las hembras son más grandes.

Se presume que la razón se debe a que en las especies más grandes los machos necesitan pelear y mantener territorios, y el tamaño mayor favorece que sean mejores competidores. En cambio, en las razas pequeñas se invierte el patrón, por lo tanto, cambia el uso de los recursos, los territorios que mantienen y la agilidad de los machos.

Estas especies pequeñas de colibríes no tienen cantos como las otras aves, aunque sí hacen llamados y despliegues diferentes. Por ejemplo, el Selasphorus realiza un vuelo hacia arriba a grandes velocidades y alturas y se devuelve en caída libre hasta extender las plumas de su cola al lado de la hembra, y emite un sonido que, según aclara Ávalos, le resulta muy atractivo a la hembra.

Luego del apareamiento, estos animales entran en el grupo de las aves en el que el macho no desempeña ninguna labor, pues la hembra se encarga de todo el proceso del nido y la cría de los pichones.

Curioso y diferenciador vuelo

 Los colibríes no vuelan como las otras aves, que baten las alas, “como cuando un niño quiere volar y comienza a mover los brazos”, ejemplifica Ávalos.

A nivel mundial existen 363 especies de colibríes. En nuestro país hay identificadas 53 de estas, como el colibrí montañés gorgiblanco (Lampornis castaneoventris). Foto: cortesía de Randall Cortés Fonseca.

La diferencia reside en que estas aves rotan el ala alrededor del hombro, semejante a la de un helicóptero.

Debido a esto, el número de aleteos por segundo se puede contabilizar únicamente por medio de cámaras de alta velocidad.

De acuerdo con el NPS, pueden llegar a tener entre 10 y 15 aleteos por segundo, aunque el más rápido que se ha logrado registrar ha sido de 80 aleteos.

El vuelo de estos animales también destaca porque son las únicas aves capaces de volar hacia abajo, arriba y de un lado al otro, así como mantenerse en un punto suspendido de manera muy estable.

Alimentación y bebederos

El néctar que los colibríes consumen es esencialmente sacarosa diluida, la misma azúcar blanca que se utiliza en las casas.

La consumen porque es muy rica en energía y les aporta la cantidad necesaria para compensar su vuelo, que es energéticamente muy costoso, detalla Sandoval.

Aun cuando estos animales dependen en un 85 % a 90 % del néctar de las plantas, al ser aerodinámicos también complementan su dieta con proteína, como mosquitos e insectos, añade Ávalos.

Carlos Martínez del Río, investigador de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, sostiene que los colibríes “son los animales más fieros a escala sobre la faz de la Tierra”.

Se pelean alrededor de las flores y los bebederos, se roban los mosquitos e insectos de las telas de arañas, “no tienen miramientos para competir por su alimento”, destaca Ávalos.

El NPS agrega que los colibríes pueden ser tan agresivos que son conocidos por atacar a pájaros mucho más grandes que ellos, entre los que se incluye a arrendajos, cuervos y halcones.

La Ley de Vida Silvestre de Costa Rica, en el artículo 116, prohíbe alimentar a la fauna silvestre del país. Sin embargo, los bebederos para colibríes son una práctica común en el país y es importante que si se van a colocar tengan un buen manejo (véase la infografía).

Karol Quesada Noguera
Asistente de Comunicación en la sección de prensa
karol.quesrxwladanoguera  @ucrcrch.ac.cr