“María” nombre ficticio para cuidar su identidad es una trabajadora del sexo. Además, de tener la enfermedad del VIH-SIDA, debe lidiar con la violencia, la marginación social y la pobreza. Ella forma parte de una de las 38 agrupaciones sociales con que se ha vincula el TCU “Promoción para la educación integral de los derechos de la población VIH-SIDA (TC-659)”
Desde hace 7 años, este proyecto de Acción Social busca “visibilizar, prevenir y promocionar los derechos de todas aquellas personas que viven con VIH, con las poblaciones en riesgo y las ya afectadas; para garantizar el adecuado cumplimiento de instrumentos jurídicos nacionales e internacionales en la materia”.
Unido a ello, los datos estadísticos son lamentables. La transmisión del virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en América Latina no se detiene. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el 2010 ha aumentado en un 7 %. En Costa Rica, según datos oficiales de ONUSIDA 2020, se estimó que hay aproximadamente 16.000 adultos y niños viviendo con VIH.
Es por esta razón que la labor que está realizando la UCR en materia de derechos humanos sexuales es esencial. “La importancia del TCU reside en una situación mundial de salud pública, si bien ha habido progresos en la respuesta al VIH en la Región de las Américas, estos esfuerzos deben continuar si queremos erradicar esta epidemia para 2030”, afirmó Sofía Cordero Molina coordinadora del TC-659.
Los mitos y tabúes dentro de la sociedad son otro enemigo de la erradicación de esta infección. Un ejemplo de ello es pensar que la transmisión es solo por medio de las relaciones sexuales. En la actualidad, toda la población es propensa a adquirir este virus, no solo por transmisión sexual, sino también por medio del embarazo o por compartir agujas infectadas.
El TCU realiza talleres, capacitaciones y entrega de afiches para empoderar a la población sobre estos mitos que están restando calidad de vida a la sociedad. Alguna de estas organizaciones con las que se ha vinculado este proyecto son: colegios públicos, la Asociación Demográfica Costarricense, Asociación Esperanza Viva, Asociación MANU, Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (CIPAC).
También trabajan con la Asociación Casa Hogar San José, Hogar de la Esperanza, Hogar Nuestra Señora del Carmen, Hogar de Adulto Mayor en Cartago, Proyecto LA SALA, TICOSOS, Fundación Ser y Crecer, Asociación Arcoiris y los niños, Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), Defensoría de los Habitantes, Fundación CERO POSITIVO. “Ha sido enriquecedor trabajar con cada una de ellas, “ expresó Cordero.
“El TCU nos permite tener una mirada más integral, humana y ética sobre los derechos de esta población. Además, se trata de comprender que no solo es la prevención, sino también de sensibilizar, educar, concientizar, dar un seguimiento y erradicar estigmas”, opinó Aara Zeledón Montoya, estudiante de Sociología.
Aara forma parte de las personas estudiantes que realizan acciones con la organización llamada La Sala. Dicha agrupación integra trabajadoras del sexo. Con ellas se realizan talleres, los cuales van minimizando mitos y tabúes relacionados con su trabajo remunerado.
Por su parte, Andrés Elizondo Alfaro, estudiante de Derecho, construye materiales informativos de índole legal con un lenguaje sencillo para que esta población pueda defender de una manera efectiva sus derechos. “Colaboro en la realización de esquemas, brochures, y otras formas de representación gráfica para lograr una transmisión de la información relevante con respecto a esta enfermedad, con fines de concientización y desestigmatización, aclaró Alfaro.
Una unión entre estudiantes, comunidad y profesora es la ideal para continuar con la lucha en defensa de una población que debe lidiar con estigmas no solo en su cuerpo y sino a nivel emocional.
“El TCU siempre se dirige a la lucha por la exigibilidad del cumplimiento de derechos para las poblaciones en riesgo. Pero el abordaje a futuro será uno propio desde la perspectiva más preventiva y educacional en relación con los derechos sexuales, reproductivos y la violencia sexual.” concluyó Cordero.
El día Mundial de la lucha contra el sida se estableció en el año 1988 por la Organización de Naciones Unidas. Cada año se establece un lema de lucha y para este 2022 es: ¡Igualdad ya!
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