La festividad del Día de los Muertos, tradición de origen mexicano celebrada el 1° y 2 de noviembre, ha ganado notoriedad en los últimos años en Costa Rica y otras partes de la región. Cada vez son más los países alrededor del mundo que realizan actividades, conferencias y exposiciones, altares y otras manifestaciones propias de la conmemoración.
Este año, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica (UCR) se sumó a la celebración, por medio de la exposición de un “Altar de los Muertos” y el desarrollo de ua conferencia dedicada a visibilizar la importancia y riqueza cultural de esta celebración, así como de exponer la apropiación que han realizado otros países al rededor de la festividad.
En esta conmemoración participó el Instituto Cultural de México en Costa Rica, en conjunto con otras instancias de la Universidad de Costa Rica, como son la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (ECCC), la Escuela de Historia (EH), la Escuela de Artes Dramáticas (EAD), la Escuela de Artes Musicales (EAM) y la Rectoría de la UCR.
Según el Dr. Javier Villaseñor Alonso, director del Instituto Cultural de México en Costa Rica, la tradición del Día de los Muertos tiene un origen europeo (España) y de México prehispánico, propiamente en Mesoamérica y se estableció a partir de una conjugación entre las celebraciones católicas y las costumbres de las comunidades indígenas mexicanas.
En el caso del México prehispánico, los aborígenes realizaban dos festividades en honor a los muertos: “la fiesta pequeña de los muertos” y “la fiesta grande de los muertos”, las cuales contaban con una serie de rituales y se realizan dedicatorias a los difuntos entre julio y agosto.
Posteriormente, con la llegada del cristianismo y el calendario católico, se conglomeran las actividades de “todos los santos” y “los fieles difuntos”, dando origen a la festividad que se celebra cada 1° y 2 de noviembre en México y otras partes del mundo.
En la conmemoración del día de muertos destaca el montaje de los tradicionales “altares a los fieles difuntos”, los cuales son el resultado de la conjugación de los altares cristianos y las tradiciones prehispánicas. En la actualidad, estas estructuras se adornan con catrinas, papeles de colores, reliquias, velas, vestimentas, alimentos y fotografías para honrar y recordar a las y los seres queridos fallecidos.
Villaseñor Alonso aseguró que esta celebración surge de un mestizaje entre el catolicismo y Mesoamérica, que se ha extendido a otras latitudes y se resalta a través de eventos, publicidad, redes sociales e incluso en el cine; lo cual refleja la apropiación y reconocimiento de otros países, convirtiéndola en un conmemoración de alcance global.
“Considero que es algo muy positivo que se celebre cualquier tradición mexicana, pero esta en particular, siendo una festividad que nos representa muy dignamente como mexicanos. Ante dicha apropiación de otros países se permite que los mexicanos en el exterior la celebren de igual forma, dadas sus características multifacéticas, multiétnicas y plurales”, manifestó el investigador.
“Los países conmemoran, la viven y la representan muy bien, cada quién a su manera, de formas muy novedosas, como por ejemplo, los disfraces de Catrinas y sus desfiles. Siendo cosas poco vistas de forma masiva anteriormente”, agregó.
El académico mexicano enfatizó que resulta importante difundir la tradición, sus orígenes y manifestaciones actuales, a través de espacios academicos como el que ofreció en esta ocasión la UCR, pues permite conocer y compartir la cultura de México en otros países del mundo.
“Las festividades indígenas dedicadas a los muertos en México, son obras maestras del Patrimonio Inmaterial, Oral e Intangible de la Humanidad, declaradas por la UNESCO desde 2003. Me parece importante dar a conocer el origen de estas celebraciones y de todas las nuestras, porque finalmente funcionan como elementos de cohesión social, de construcción de identidad y de resguardo de lo que somos como país”, concluyó el diplomático.