Pese a que el sector empresarial continúa manifestando un cierto positivismo sobre el futuro de sus negocios, en términos generales esta expectativa es menor que la manifestada en la cuarta Encuesta Trimestral de Expectativas Empresariales. Así lo reflejan los resultados más recientes de este estudio, que corresponden a las previsiones de negocios sobre el cuarto trimestre del 2022.
El Instituto de Investigación en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizó esta última encuesta entre el 8 y el 24 de agosto. Contempló las respuestas de 403 empresas sobre temas variados como empleo, ventas, utilidades, inversión y tipo de cambio.
Así, el Índice Global de Expectativas Empresariales se ubicó en 53,3 puntos porcentuales, lo que significa un leve descenso de 1,1 puntos con respecto a la encuesta anterior. Pese a esta disminución, el IICE considera que el empresariado nacional se mantiene dentro de un espectro de estimaciones optimistas.
Si se analizan los sectores económicos por separado, el estudio señala que fue el de servicios el que más mejoró su positivismo en cuanto a sus expectativas con respecto a la encuesta pasada (subió 2,8 puntos porcentuales, obteniendo un índice de 56 puntos). Mientras tanto, el sector que se mantiene como el más optimista es el de servicios (57 puntos), y el que muestra más pesimismo sigue siendo el agropecuario (40,9), mientras que la mayor caída de optimismo la registró el sector construcción (retrocedió 3,6 puntos, para un puntaje porcentual de 55,6).
Este leve descenso del Índice Global de Expectativas Empresariales puede explicarse por el impacto que tuvo el aumento en los combustibles y del tipo de cambio en los precios, sensación muy presente durante la aplicación de la encuesta. Caso contrario, el empresariado nacional de servicios también espera una mayor demanda de clientes en sus negocios y por eso su mejora en positivismo.
Al menos dos de cada tres empleadores en los cinco sectores económicos estudiados esperan mantener el número de personas contratadas en su planilla para el cierre del año. Esto es ya una buena noticia, pero el dato mejora si se considera que, en promedio, el 22 % confía en que habrá nuevas contrataciones. Lo anterior representa un aumento de 3,6 puntos porcentuales con respecto a la encuesta de expectativas del tercer trimestre y también un incremento de 4 puntos porcentuales interanual, es decir, con respecto al cuarto trimestre del año pasado.
En contraste, la cantidad de empresarios que prevén una disminución de su personal es de solo un 6 %, dato inferior al 8,1 % que arrojó la última encuesta y ligeramente menor al del cuarto trimestre del año pasado, cuando este porcentaje alcanzó el 6,7%.
Si se analiza el resultado por sector, se observa que los de mayor apertura a nuevas contrataciones son manufactura y servicios, donde el 27 % de su empresariado sumaría colaboradores a sus filas. En contraste, vuelve a ser agricultura el que prevé más disminuciones en la cantidad de trabajadores: así lo consideran 1 de cada 5 individuos encuestados.
Al analizar los datos por el tamaño de las empresas, aquellas que tienen más de 31 personas en su planilla son las que reportan más posibilidades de contrataciones (43,4 %), seguidas de las medianas (24,4 %). En las pequeñas, por su parte, solo una de cada cinco espera expandir su personal, número que desciende aún más en las microempresas (10,4 %). Las principales razones de no realizar nuevas contrataciones son la baja demanda, los cosos de la mano de obra, el encarecimiento de elementos como combustible y electricidad, entre otras.
En cuanto a los tipos de empleos que podría reducirse, el estudio señala que son labores no calificadas como operadores de planta y empaque, peones agrícolas y servicio al cliente las que se encuentran más en riesgo de despidos.
En general, el positivismo entre el empresariado ante un incremento en las ventas y la producción mejoró 2 puntos porcentuales con respecto a la encuesta previa, aunque el pesimismo también aumentó en igual proporción.
El sector más optimista para este cuarto trimestre es el comercio, donde 6 de cada 10 personas esperan mayor afluencia de clientes o de su producción. Por su parte, otra vez, es el sector agropecuario el menos optimista (solo 1 de cada 5 espera mejoras en este apartado) y el más pesimista (18 % cree que su productividad y colocación de productos disminuirá).
Pese a ser el sector menos optimista en este aspecto, el agropecuario es el que presentó el mayor incremento en su balance neto de expectativas para la venta y producción, subiendo 9 puntos porcentuales con respecto al trimestre pasado. También reportan una mejora de previsiones en este apartado los sectores de servicios y manufactura.
Cuatro de los cinco sectores (la excepción es el agropecuario) manifestaron su esperanza en que las utilidades de su negocio aumentarán en el cierre del 2022, oscilando entre el 39 % y el 46 % de respuestas, según el sector. En el caso del agro, es mayor la cantidad de su empresariado que asegura que sus utilidades disminuirán (30 %) en comparación a quienes creen que crecerán (23 %).
En comparación con la última encuesta, se observa que este optimismo ha caído en los sectores de agropecuario, construcción y comercio, pero ha levantado en servicios y manufactura.
En el caso de la competitividad, también son muchos más los individuos entrevistados que esperan una mejora en este apartado, que oscilan entre el 46 % (en el caso de manufactura) y el 34 % (construcción). Una vez más, la excepción es el agropecuario, donde únicamente 1 de cada 5 personas tienen una visión positiva a futuro; en cambio, el 13 % tiene una percepción pesimista, muy por encima de los otros sectores.
La expectativa de nuevas inversiones para el final del año en curso es menor de la que había para el tercer trimestre de este 2022. Así reaccionaron las personas de los cinco sectores consultados sobre la posibilidad de adquirir herramientas, equipamiento, infraestructura, tecnologías y otros elementos que mejoren la productividad de sus negocios.
En términos generales, el 81,6 % del empresariado evitaría realizar nuevas inversiones, porcentaje que aumentó en comparación con quienes lo señalaron así para el tercer trimestre (73,7 %). El sector agropecuario destaca nuevamente por ser el menos dispuesto a hacer más inversiones (9 de cada 10 personas lo desestimaron).
Además, si los individuos dueños de empresas se ven forzados a invertir en algún elemento, solo lo harían para asegurarse de que sus negocios sigan siendo operativos.
En cuanto a la cotización de la divisa estadounidense, hubo un descenso significativo entre las personas que pronostican que aumentará su valor al final del año, en comparación con el trimestre anterior. Así lo manifestó el 47,1 % del empresariado encuestado, muy distante del 77,8 % que sostenía esta posibilidad en la última encuesta.
En contraste, quienes esperan que el dólar se estabilice pasaron de ser el 10,6 % en la última encuesta, al 32 % en la actual. Incluso, aquellas personas que esperan por una disminución en este valor también aumentaron, pasando del 7 % al 13,9 % en ambos lapsos.
Aunque el grupo que espera un aumento en la moneda estadounidense sigue siendo el más numeroso, la mayoría de estas personas señala que esto no afectaría negativamente la competitividad de sus empresas, y solo una cuarta parte teme lo contrario.
Como contexto, el tipo de cambio vigente durante la aplicación de la encuesta rondaba los 665,5 colones por dólar, mientras este indicador se tasaba en 673,1 colones por dicha moneda norteamericana en el estudio anterior, lo cual explicaría la tendencia en la reducción del número de respuestas que pronostican un aumento de esta divisa.
A continuación podrá observar un video hecho por el IICE donde se detallan algunos de los resultados explicados y otros indicadores adicionales.
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