El Informe Estado de la Educación 2021 señala que, debido a múltiples interrupciones de los ciclos lectivos en los últimos cuatro años, se produjo un “apagón educativo” (no solo durante la pandemia) que ha afectado severamente el aprendizaje de los niños y las niñas.
Particularmente, los menores que cursaron los niveles de Preescolar que incluye el Ciclo materno infantil (edad mínima de 4 años) y Ciclo de Transición (edad mínima 5 años) enfrentan ahora los resultados de las interrupciones en su proceso de aprendizaje, en una etapa que es determinante para su desarrollo futuro.
Para la Dra. Ana María Carmiol Barboza, es importante la identificación temprana y la atención oportuna de aquellos y aquellas estudiantes con rezago en sus habilidades lectoras, pues “Entre más dejemos pasar el tiempo, más difícil resulta su nivelación”. La experta en educación del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica amplía sobre este tema en la siguiente entrevista.
–Hoy en día se reconoce que las bases del aprendizaje están sobre todo en la etapa preescolar. ¿Por qué?
– Ana María Carmiol Barboza: La educación preescolar es importante porque atiende a la población infantil, y la evidencia empírica reciente, proveniente de campos como las neurociencias, la educación y la psicología del desarrollo, indica que en los primeros años de vida se conforman los cimientos del aprendizaje y el neurodesarrollo, que a su vez son pilares en la trayectoria educativa de las personas. El que la educación preescolar sea accesible y universal a partir de los 4 años en nuestro país no quiere decir que lo que ocurre antes de esa edad no afecte el desarrollo educativo posterior.
–¿Cuáles son las bases o pilares que son determinantes para el desarrollo del niño o la niña?
– AMCB: Sobre las bases o pilares determinantes para el aprendizaje: Un pilar determinante se refiere al desarrollo de las habilidades de lenguaje. Alguna evidencia previa ha sugerido, por ejemplo, que el tamaño del vocabulario de un niño o niña a una edad tan temprana como los 24 meses predice qué tal fácil o qué tan difícil le será a este niño o niña desarrollar la lectoescritura inicial, entendida como el conjunto de habilidades, conocimientos y actitudes tempranas en torno a la lectura y la escritura (p. ej., conciencia fonológica, decodificación, concepto sobre el material impreso, comprensión de historias orales). A su vez, el nivel de desarrollo de las habilidades de lectoescritura inicial en la edad preescolar incide en el nivel de comprensión lectora que alcance un niño o niña en tercer grado de primaria. Lo que ocurre en tercer grado es importante pues la función de la lectura en ese momento sufre un giro: antes del tercer grado, la instrucción se centra en “aprender a leer”; después del tercer grado, la lectura es una herramienta para aprender. De esta forma, se pasa de aprender a leer a leer para aprender.
–¿Cómo podría haber afectado el “apagón educativo” a los niños y niñas (que estaban en preescolar y hoy ya están en la escuela)?
– AMCB: La educación preescolar es un contexto en el cual niños y niñas aprenden sobre distintas cosas. Por ejemplo, aprenden cómo regular su comportamiento. Tareas tan simples como seguir un horario, hacer una fila, esperar el turno para hablar o resolver un conflicto con un compañero o compañera, son experiencias que permiten practicar la autorregulación. El cierre de los centros educativos privó al estudiantado de este tipo de experiencias tempranas. A nivel cognitivo, los actuales programas de estudio de educación preescolar incluyen contenidos sobre lectoescritura inicial, y el apagón educativo pudo haber privado a una cantidad importante de niños y niñas costarricenses de dicha instrucción, fundamental para lograr niveles apropiados de comprensión lectora y habilidades de escritura.
Si bien los niños y las niñas son increíblemente sofisticados en cómo aprenden y qué tan rápido lo hacen, también sabemos que el acompañamiento o andamiaje que ofrece la docente durante una actividad permite que un niño logre niveles de desarrollo superiores a los que podría lograr por sí mismo. Lanzar la pregunta adecuada en el momento apropiado, o brindar una explicación utilizando cierto lenguaje son cosas que una docente puede lograr en un contexto presencial, pero resulta mucho más complejo lograrlas desde la virtualidad.
Debido a esto debemos tomar en cuenta que los períodos de atención de niños y niñas preescolares son increíblemente difíciles de sostener en la educación virtual.
Ellos necesitan experimentar por sí mismos, tocar, conversar sobre lo que están viendo o tocando para aprender, y en un contexto de cierre de centros educativos y, en el mejor de los casos, educación virtual, estas condiciones son difíciles de lograr. Si bien muchos padres y madres de familia realizaron desde sus hogares enormes esfuerzos por acompañar a sus hijos e hijas en su proceso de aprender sobre lectoescritura, ellos y ellas no cuentan con las condiciones, la formación y los recursos sobre cómo llevar a cabo esta instrucción.
Debemos tener claro que la lectoescritura no surge naturalmente, como sí se aprende a caminar. Nuestros cerebros humanos son relativamente nuevos leyendo y escribiendo. Es por ello que su enseñanza requiere del trabajo planificado e intencionado de docentes capacitadas. Son poquísimas las personas que aprenden a leer sin instrucción previa. La mayoría de nosotros necesitamos que nos enseñen.
–¿Qué implicaciones tiene el que los niños y niñas no desarrollen de forma temprana el lenguaje y la lectoescritura? ¿Qué se debería cambiar en la educación preescolar?
– AMCB: La evidencia empírica nos sugiere que, si un estudiante de educación preescolar o en los primeros años escolares no logra los niveles de desempeño esperados en lectoescritura, es probable que su desempeño académico posterior se vea comprometido. Dijimos arriba que leer me ayuda a aprender. Entre más leo, más aprendo. Así, con el paso del tiempo se amplía la brecha entre el estudiante que no ha alcanzado la fluidez en lectura y el que ya la alcanzó y sigue aprendiendo sobre distintos contenidos. Por eso es importante la identificación temprana y la atención oportuna de aquellos y aquellas estudiantes con rezago en sus habilidades lectoras. Entre más dejemos pasar el tiempo, más difícil resulta su nivelación.
–Desde su visión, ¿Cuáles son los retos que enfrenta la educación preescolar costarricense?
– AMCB: Un primer reto es para las universidades públicas y privadas que brindan la carrera de educación preescolar. Es fundamental que estas carreras mantengan sus planes de estudio en constante actualización y que incluyan dentro de éstas prácticas profesionalizantes formales, donde las futuras docentes puedan participar en ejercicios de mentoría, ojalá bajo la tutela de docentes de alto nivel, que las puedan incorporar en su día a día. Ya ocurre en nuestras universidades en el campo de las ciencias de la salud. Podría también extrapolarse al campo de las ciencias de la educación.
Un segundo reto tiene que ver con la calidad del servicio. Debemos entender, y de ser necesario atender, lo que ocurre en las aulas. Un tercer reto se refiere a las jornadas tan reducidas de la educación preescolar pública. La jornada diaria actualmente ronda las 3 horas y 10 minutos. Es muy breve y eso limita el acceso a las interacciones enriquecidas del estudiantado.
Luego de la pandemia, un reto importante será la identificación temprana y atención oportuna de aquellos y aquellas estudiantes que se encuentran por debajo del nivel esperado. En el caso de la educación preescolar y el primer grado, resulta importante identificar y atender especialmente a aquellos y aquellas estudiantes rezagados en lo que se refiere a sus niveles de lectoescritura.
–¿Qué papel juegan o deben jugar los padres y madres en la etapa de preescolar para favorecer el aprendizaje de sus hijos?
– AMCB: Las características del estudiante y las características del hogar de procedencia tienen un peso importante en el logro académico, independientemente del nivel educativo. El estudio PRIDI realizado por el Banco Interamericano del Desarrollo y publicado en el 2015 evaluó el desarrollo de una muestra representativa de niños y niñas costarricenses entre los 24 y 60 meses a partir de la aplicación de pruebas estandarizadas. Los resultados indicaron que, a la edad de cinco años, el nivel de desarrollo en el ámbito de la comunicación y el lenguaje de un niño proveniente de un hogar en el quintil más pobre es 16 meses menor al nivel de desarrollo de un niño de la misma edad pero proveniente de un hogar ubicado en el quintil más rico. Estas diferencias son abismales y tienen impactos en el desarrollo futuro, tanto para cada uno de esos niños como para el país.
Sobre lo que pueden hacer los padres y madres: Sabemos que las habilidades de lenguaje se construyen a partir de la interacción y el intercambio constante, y que no necesitamos juguetes carísimos o cursos especiales para promover el desarrollo del lenguaje de nuestros infantes, niños y niñas en el hogar. A las familias de niños y niñas preescolares que participan en nuestros proyectos en el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR les recomendamos tratar de dedicar diariamente un rato para conversar con los niños y niñas, ojalá sin las distracciones de la tecnología. Recomendamos que traten de compartir juntos por lo menos una comida al día con sus niños y niñas, en la cual puedan conversar sobre las actividades del día. También pueden practicar la lectura compartida de libros infantiles para promover el desarrollo del vocabulario y las habilidades de lenguaje en general. Si van a comprar un regalo, contemplen la posibilidad de regalar un libro, ojalá de un tema que le interese al niño o a la niña. Lean ese libro juntos en la casa y pásenla bien con él. Saliendo de un apagón educativo, es importante que padres y madres de familia envíen a sus hijos e hijas a los centros educativos. Que se evite hoy más que nunca el ausentismo y la impuntualidad, para tratar de recuperar el tiempo perdido. Es importante también mantener una comunicación fluida con la docente y con el centro educativo, asistir a las reuniones a las que son convocados y realizar las consultas en caso de dudas.
–¿Qué otras instancias de la sociedad están llamadas a aportar en la educación de los niños y niñas en edad preescolar en este momento crítico?
– AMCB: Las universidades públicas y privadas juegan un papel importante a través de sus agendas de investigación, como lo mencioné anteriormente. Previo a utilizar los servicios del Ministerio de Educación Pública, donde son captados la mayoría de los niños y niñas en edad preescolar del país, la única institución que tiene un contacto con la mayoría de esta población infantil es la Caja Costarricense del Seguro Social, a través de su Consulta de Crecimiento y Desarrollo. Al día de hoy, la CCSS realiza un gran esfuerzo por atender la demanda en la atención de la salud física de niños. Sería maravilloso que como país este servicio se pudiera ampliar para que, como ocurre en otras latitudes, integre la promoción del desarrollo cognitivo y socioemocional y el apoyo a las familias en estos temas. Por ejemplo, en otros contextos los servicios de atención médica infantil incluyen la promoción de la lectura compartida desde edades tempranas, justamente para incentivar el desarrollo lingüístico temprano.
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