El Marco Nacional de Cualificaciones de Carreras de Educación pretende servir como mecanismo de referencia para las instituciones que forman docentes en la medida que define los resultados de aprendizaje y el perfil de salida que se espera en los egresados de las carreras de educación al término del grado de bachillerato y licenciatura.
Laura Rodríguez RodríguezEl Octavo Informe del Estado de la Educación señala que distintas investigaciones internacionales recalcan la importancia del cuerpo docente en el proceso educativo de cualquier persona, por lo que la calidad de las y los profesores determina en gran medida la calidad del proceso y los resultados en el aprendizaje de la población estudiantil.
De igual manera, mediante los estudios de observación de aula que realizó el Informe en 2017 y 2019, además de los ajustes que se implementaron a consecuencia de la pandemia, se confirmó la importancia de contar con docentes altamente preparados.
En este sentido, el M.Ed. Wilfredo Gonzaga Martínez, director de la Escuela de Formación Docente (EFD) de la Universidad de Costa Rica (UCR), señaló que como país se ha fallado en darle seguimiento a los planes de formación autorizados en las distintas universidades y eso está asociado a que no se conoce tampoco cuáles son los procesos que siguen las instituciones para crear estos planes.
Agregó que en la UCR, por ejemplo se tiene la guía del Centro de Evaluación Académica (CEA) que da orientación en la que existe un proceso de investigación que permite llegar al planteamiento de un plan de estudios que corresponde al contexto nacional, que considera la parte epistemológica, el marco socio-histórico, el propósito del plan, y el perfil de entrada y salida del estudiante. Estos aspectos garantizan cierta calidad del plan de estudios.
Ante esta situación surge la elaboración del Marco Nacional de Cualificaciones de Carreras de Educación (Mncce). Según detalla el Informe de la Educación, “este instrumento pretende servir como mecanismo de referencia para las instituciones que forman docentes en la medida que define los resultados de aprendizaje y el perfil de salida que se espera en los egresados de las carreras de educación al término del grado de bachillerato y licenciatura”.
Según explicó Gonzaga, la EFD ya hizo un análisis del Mncce y se establecieron plazos para armonizar los planes de estudio según lo que se requiere, pero siempre pensando en ir más allá de eso, estimando la calidad que como Escuela consideran que debe existir en relación a la formación de los docentes en el país.
Además manifestó que la Escuela se encuentra en constante evaluación y mejora, esto debido a los procesos de reacreditación de las carreras y la reestructuración de los planes de estudio con miras a cumplir con lo que solicita el marco.
Igualmente, para los docentes de la EFD, el Marco Nacional de Cualificaciones no es algo ajeno, ya que tuvieron participación tanto en la construcción como en la validación del mismo.
Sin embargo, recordó que el proceso educativo es muy complejo, por lo que se debe tener claro que poner en marcha el Mncce implica tiempo e inversión de recursos por parte de todos los actores involucrados. Así mismo, los resultados de la implementación del marco se podrán ver en el mediano plazo, siempre y cuando se establezcan evaluaciones que permitan medirlos.
Otro aspecto del que hace mención el Informe de la Educación es la amplía deficiencia en competencias digitales docentes que existe en el sistema educativo público de Costa Rica.
“En esta línea, se hace un llamado a las universidades, tanto privadas como públicas, que instruyen a nuevos docentes y especializan a los actuales para que, en sus planes de estudios, incluyan la formación en área de TIC y su integración en los procesos pedagógicos, con criterios de calidad y favoreciendo su aplicación en el contexto costarricense. Por otro lado, se insta a desarrollar programas de capacitación que aborden los conocimientos medulares de los docentes y no solo el uso de plataformas específicas”, explica el informe.
Para Gonzaga, es prioritario determinar qué se entiende por tecnología, para qué son esas tecnologías y especialmente cuál va a ser su aporte en los procesos de enseñanza - aprendizaje. Tener claro que lo ideal es que el uso de TIC dentro del aula esté al servicio de desarrollar en el estudiantado capacidades, destrezas y habilidades para construir cierto tipo de conocimiento.
El Mncce es un mecanismo que de alguna manera puede colaborar para la mejora y el fortalecimiento de los planes de estudio en esta temática.
Ante la situación planteada por el Informe de la Educación, Gonzaga enumeró algunos retos a los que se enfrenta la formación de docentes.
Entre ellos mencionó la inversión responsable que debe seguir haciendo el país en el tema de educación y la rendición de cuentas que desde las instituciones que reciben presupuesto para este propósito lleven a cabo, incluyendo a las universidades.
También es necesario hacer un análisis de cuál es el perfil del profesional que se desea a futuro. En este sentido, al Mncce es la solución que existe en este momento, pero todavía no hay claridad de cuándo se va a ver plasmado en los planes de estudio y el seguimiento que se le va a dar.
Otro reto que mencionó es el apoyo y la inversión a los procesos de evaluación con miras a la acreditación que se realizan dentro de las universidades, ya que esto permite la mejora constante en los planes de estudio.
Y por último, los procesos de actualización del cuerpo docente que está en servicio y el seguimiento que se haga de las capacitaciones para tener datos que ayuden a la toma de decisiones y a los procesos de mejora.
Para concluir, Gonzaga manifestó que es imperativo reconocer que la problemática en educación, que se ha visto intensificada por las huelgas recientes y por la pandemia, no se resolverá con acciones aisladas, pues impacta todos los niveles de la sociedad. Debe ser un compromiso a nivel país, un plan nacional educativo que tome en cuenta las necesidades reales de educación que tiene Costa Rica y se proyecte a largo plazo.
El Informe también llama a las instituciones de educación superior a implicarse mucho más en la reconstrucción del sistema preuniversitario para formar más y mejores profesionales y que profundicen y amplíen las acciones que han desarrollado para apoyar y fortalecer los ciclos educativos previos, así como para garantizar el éxito académico de nuevos estudiantes con menores conocimientos y destrezas acumuladas.
Ante este llamado, la UCR, por medio de la Facultad de Educación y otras unidades académicas, en conjunto con el Ministerio de Educación Pública, se ha implementado el proyecto Transición a la vida universitaria, que se ejecutó en el 2021 y 2022.
Surge como una respuesta a la crisis en el proceso formativo, dirigido a toda la población estudiantil que se egresó del sistema educativo en el 2020 y 2021 independientemente de su proceso de admisión a la educación superior.
Su objetivo principal en términos académicos es promover el desarrollo de habilidades de aprendizaje con el fin de facilitar al estudiantado su camino en la consecución del logro educativo a nivel de la formación superior, así como el fortalecimiento de aquellas habilidades necesarias para la transición hacia la vida universitaria, en pro de un mejor desempeño universitario.
El programa se desarrolló en seis módulos temáticos en modalidad MOOC.
La intención de estos módulos de aprendizaje es desarrollar habilidades para la reflexión en saberes como la lectura, la escritura y la comprensión; el mejoramiento de competencias en el idioma inglés; potenciar en los participantes los procesos matemáticos de razonar y argumentar, plantear y resolver problemas, comunicar, conectar, y representar, así como incentivar en los participantes, sus habilidades de deducción, inducción y abducción, la identificación de problemas sociales y sus posibles soluciones.
La Facultad de Educación, la Escuela de Formación Docente, el Programa de Voluntariado y el Programa Aprender y Crecer de la Fundación Price Philanthropies unieron esfuerzos para atender las necesidades educativas urgentes de la población estudiantil de la Escuela de Granadilla Norte.
El proyecto es un plan piloto, cuyos objetivos principales fueron:
Fomentar la adquisición de conocimientos básicos en el área de la lecto escritura para comunicarse de forma escrita y oral.
Promover estrategias que permitan el desarrollo de habilidades en el área de la lectura y escritura.
Incentivar la creatividad, la lectura y la escritura a fin de convertirse en un receptor activo del proceso de comunicación.
Se trabajó con una población de 39 estudiantes, de 1º y 2º grado durante el curso lectivo 2021. Fueron seleccionados por las docentes de grado de acuerdo con las necesidades identificadas. Por su parte, el grupo de tutores estuvo compuesto por 21 voluntarios, quienes, en su mayoría, cursan carreras que forman parte de la Facultad de Educación.
Se espera que para el 2022 se pueda implementar este proyecto en otras escuelas.
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