De prevenir intoxicaciones a defender el derecho de acceso a la salud de las y los costarricenses, especialmente, de quienes son más vulnerables.
De esa forma se puede describir el esfuerzo realizado por casi 48 estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) que integran el trabajo comunal universitario (TCU) 661 denominado “Prevención de intoxicaciones en comunidades costarricenses”.
Cada persona, en compañía del Dr. Freddy Arias Mora (coordinador del proyecto y docente de la Facultad de Farmacia), decidió no detener sus funciones en medio de la pandemia.
En cambio, ellos y ellas unieron sus destrezas para ayudar a atender las necesidades de una población que, durante una fuerte emergencia sanitaria, veía sus derechos de acceso a la salud debilitados.
“El TCU de prevención de intoxicaciones tenía una gran cantidad de actividades presenciales. Con las restricciones de la pandemia ya no podíamos llegar físicamente a las comunidades. Entonces, para no detenernos, decidimos atender otra situación igualmente importante: las dificultades de acceso a algunos servicios de salud que tenían las comunidades y que se agudizó más con la pandemia”, comentó la estudiante de Derecho e integrante del TCU, Valeria Rodríguez Quesada.
El TCU 661 inició en el 2018 con el propósito de prevenir las intoxicaciones por medicamentos o pesticidas en comunidades costarricenses, cuya tendencia a envenenamientos agudos era alta.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2, la presencia en las comunidades se hizo más compleja. Así, se tuvo que reinventar la labor para atender nuevas problemáticas.
“Lo que pasó con la llegada de la pandemia es que los esfuerzos se centraron en atender el COVID-19 y mucha de las otras atenciones se estaban quedando desplazadas. Por eso, queríamos hacer algo. Consideramos que la UCR tiene una importante labor en el acompañamiento de la sociedad civil en procura de abrir espacios de diálogo y de construcción en la toma de decisiones que mejoren la calidad de vida de las personas”, comentó el Dr. Arias.
De acuerdo con el coordinador del TCU, parte de las dificultades concretas eran de acceso a medicamentos, terapias y soporte emocional. Ante esto, el proyecto se unió a la Federación ONGs de Pacientes Costa Rica.
Dicha Federación contempla un aproximado de 40 colectivos que dan apoyo a personas con enfermedades específicas. Por ejemplo, padecimientos autoinmunes, cáncer de mama, pulmón o la enfermedad de Crohn.
Como resultado de la alianza, mediante el trabajo conjunto los estudiantes del TCU se abocaron a cumplir el reto: generar las capacidades para que, desde la Federación, las personas cuenten con nuevas posibilidades que les permitan disfrutar de un mayor bienestar físico, social y emocional.
“No trabajamos directamente con los pacientes, sino con las ONGs concretamente con sus liderezas y líderes para fortalecer su empoderamiento. Queremos que conozcan los sistemas y métodos para solucionar problemas y que no sea solo por las vías judiciales”, afirmó el Dr. Arias.
Como parte de su esfuerzo, en el último año el TCU ha logrado importante resultados con varios actores desde la Federación ONGs de Pacientes Costa Rica. Entre ellos están el Departamento de Participación Ciudadana de la Asamblea Legislativa, la Cámara Costarricense de Salud y hasta con el mismo Ministerio de Salud en diferentes proyectos.
“El trabajo realizado fue con total entrega y profesionalismo. Siempre han mostrado un gran interés al brindar lo mejor e, incluso, la planificación y logística siempre los distinguió en todas las funciones que se asignaron. Yo destacaría el acompañamiento que brindaron en las entrevistas con las diferentes ONGs, ya que realizaron un trabajo uno a uno. Incluso, según el caso, aportaban ideas para que la ONG que estaban entrevistando lograra tener soluciones a problemas que presentaban. También el acompañamiento a las diferentes mesas de diálogo y los aportes tan importantes que brindaron, incluyendo el trámite de minutas”, comentó Viviana Leal, presidente de la Federación.
Si todo el trabajo lograra ser descrito desde la mirada estudiantil, la palabra más cercana sería enriquecedora. Estefanía Zúñiga Vega, estudiante del TCU y de tercer año en la carrera de Trabajo Social, así lo hace ver.
“El proyecto me ha brindado un panorama más abierto con respecto a los ámbitos de intervención desde el Trabajo Social en torno al campo de la salud. El aprendizaje más favorable ha sido el poder investigar sobre los padecimientos a nivel teórico, y a la vez nutrirme con los testimonios de los y las pacientes de una forma práctica”, dijo la joven.
En lo mismo coincidió María Fernanda Sánchez, estudiante de Farmacia, al decir que la experiencia ha sido bastante provechosa a pesar de la pandemia y de las limitaciones.
“Esto nos enseñó que las labores que realiza una iniciativa de trabajo comunal pueden ser también adaptables al trabajo con modalidad virtual y que se puede seguir teniendo un alto impacto en el aporte a la sociedad. Desde el punto de vista de la profesión farmacéutica, el TCU me ha brindado oportunidades para explotar mis conocimientos”, compartió.
Lo anterior no es para menos. Cada estudiante ha alcanzado nuevas experiencias desde el derecho a la salud, el cual a veces no está del todo presente en el día a día del ejercicio profesional, comentó el Dr. Arias.
Recientemente, el TCU planteó a las autoridades universitarias cambiar el nombre del proyecto. El objetivo es que se llame: “Acompañando el ejercicio del derecho al acceso a la salud en comunidades costarricenses”.
Según el Dr. Arias, la propuesta de la modificación es para visibilizar un trabajo más coherente con el esfuerzo vigente desarrollado en las comunidades y con el impacto que se espera alcanzar dentro de esta población.
“No hemos dejado del todo los temas de intoxicaciones, porque los objetivos del proyecto están ahí. Mientras nos esforzamos por seguir previniendo las intoxicaciones mediante las redes sociales, al mismo tiempo trabajamos en el acompañamiento de la población en la defensa de su derecho a la salud. Ahora lo que tenemos es un proceso con la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) para formular un nuevo proyecto dirigido a cumplir con estos objetivos”, explicó el Dr. Arias.
Con la Federación ONGs de Pacientes Costa Rica, el trabajo del TCU se ha ampliado a tres ejes principales, que ahora se pretenden robustecer.
El primero es el de educación, en el desarrollo de cursos de capacitación para fortalecer las capacidades de las ONGs. El aporte va desde sistemas informáticos hasta información sobre el acceso a medicamentos, investigación biomédica y otros. En cada taller a los participantes se le brindan elementos básicos para el empoderamiento de los pacientes acerca del derecho a la salud.
Posteriormente está el eje de incidencia política. Aquí se acompaña a los miembros de la Junta Directiva de la Federación ONGs de Pacientes en la generación de estrategias de participación ciudadana y relaciones públicas.
Finalmente está la obtención de fondos, en el cual se impulsan proyectos para la formación, la incidencia y el mejoramiento de las capacidades de la Federación. El trabajo se realiza siempre con equipos de trabajo que resaltan por su interdisciplinariedad: Derecho, Estadística, Ciencias Actuariales, Trabajo Social, Química, Medicina, Enfermería, Salud Ambiental, Ciencias Políticas, entre otras.
“A pesar de que la reformulación del TCU lleva tan solo unos meses, durante este lapso hemos logrado avances importantes en pro de los derechos de las personas pacientes. El plan de trabajo que hemos formulado con la Federación es de largo alcance y vasta complejidad, y pretende atender la existencia de riesgos y deficiencias estructurales. En este sentido, nuestros esfuerzos seguirán dirigidos a la consolidación de dicho plan y el logro de la defensa de los derechos de los pacientes en todas sus dimensiones”, puntualizó el Dr. Arias.
Si desea conocer de cerca este TCU puede seguir la página de Facebook https://www.facebook.com/Derechos-de-Pacientes-102550785372625.