23 jul 2021Ciencia y Tecnología

Llega la hora de limpiar el refrigerador y la “sorpresa” es que algunas frutas, verduras y el queso ya están en estado de descomposición. Usted sabe que es un verdadero desperdicio, pero no le queda más opción que tirar o compostar. ¿Le suena conocida la escena? Lo es. En muchos hogares costarricenses, independientemente del ingreso y grado educativo de sus miembros, se desperdician alimentos a diario. 

De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (CIEDA) de la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios de la Universidad de Costa Rica (UCR), los consumidores costarricenses tienen buenas intenciones (de no desperdiciar) pero debido a sus malas prácticas de compra y conservación de alimentos terminan tirándolos.

Los investigadores advierten que, “en el caso de Costa Rica, las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA)  ha sido una contrariedad difícil de enfrentar, ya que se ha estimado que solo en hogares, se desperdician 72 kilogramos de alimentos per cápita, traduciendo esto en 365 609 toneladas anuales de alimentos que se desvalorizan al no llegar a ser consumidos o transformados (United Nations, 2021)”.

Ante la importancia de las PDA y la iniciativa de SAVE FOOD Costa Rica, surge en el 2017 la intención de investigar acerca del comportamiento del consumidor costarricense respecto a este tema, con el propósito de aportar insumos para el trabajo de la Red Costarricense para la Disminución de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos, detallan los autores.

Asi, entre el 2018 y el 2020, el equipo de investigadores del CIEDA aplicó 1098 encuestas para conocer el comportamiento de los costarricenses en tres sectores alimenticios de productos  de alto consumo a nivel nacional e internacional: frutas y hortalizas, productos lácteos y productos de panificación. 

LEA MÁS: El problema ambiental más grave en Costa Rica es el consumo.

¿Por qué seguimos desperdiciando alimentos?

De acuerdo a este estudio, el problema radica en las malas prácticas de compra y conservación de alimentos en el hogar, ya  que las personas no se fijan en la fecha de caducidad, tienden a comprar mayor cantidad de producto cuando hay ofertas, además, los consumidores tienen malas prácticas de conservación de alimentos, lo cual favorece el desperdicio.

Por ejemplo, en el caso del pan (que es un alimento de alto consumo en el país) la mayoría de los encuestados dice conservar todos los tipos de pan a una temperatura ambiente, lo cual quiere decir que ni se congela ni se refrigera, esto provoca que sea más rápida su descomposición.

Los consumidores también fallan en un punto considerado como esencial para disminuir los desperdicios de alimentos en productos empacados: la lectura de etiquetas. Los resultados muestran que, únicamente el 32,2% de los encuestados siempre lee las etiquetas, el 31,7% algunas veces lee etiquetas y finalmente el 36,1% nunca o casi nunca lee etiquetas de productos de panificación.

Cabe destacar que la amplia mayoría, 83% de los encuestados, consumen alimentos principalmente en sus hogares, lo cual, a criterio de los investigadores, indica la importancia respecto a la sensibilización y concientización del desperdicio en el ámbito familiar.

LEA MÁS: Desde su casa usted puede evitar el desperdicio de alimentos, ahorrar y ayudar al planeta.

Consumo consciente: del dicho al  hecho

Entre los resultados del estudio sobresale que el 95% de los encuestados considera que las PDA son un problema en el país. Sin embargo, aún se requiere de una incorporación práctica de esta conciencia al comportamiento, según explicó la Dra. Mercedes Montero Vega, directora del Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (Cieda) de la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios de la UCR.

"No logramos mejoras con sólo conciencia ya que incorporar las prácticas que reducen las PDA en la rutina diaria de los costarricenses involucra actividades semanales o diarias". "A pesar de que una persona sea consciente de la importancia de no desperdiciar alimentos, si no tiene rutinas organizadas en el hogar, termina desperdiciando alimentos. Lo anterior puede ser porque compró demás o no los almacenó como debía", señaló Montero..

A partir de los datos, también se determinó que, la intención de desperdicio de alimentos de los y las costarricenses no depende ni de los ingresos, ni de la educación, ni de la edad, que fueron las variables consideradas como indicadores socioecononómicos, lo cual sorprende a los investigadores, ya que otros estudios realizados a nivel internacional indican que a mayor ingreso, mayor desperdicio. 

Al respecto, la Dra. Montero, investigadora principal de este estudio, reconoció: "No tenemos una respuesta contundente para esto. Aún se requiere más investigación para saber el por qué. Lo que si sabemos es que las costumbres son más importantes que cualquier otra variable".

Sin duda alguna, esta investigación apunta a que se requiere de un cambio en el comportamiento de los consumidores. Por eso, la principal propuesta de este trabajo se basa en educar y concientizar a los costarricenses desde niños en el consumo, preparación y conservación de alimentos.

"Hemos observado que las rutinas y costumbres del hogar son fundamentales, por lo tanto, es aquí donde podemos modificar y enseñar estas rutinas. Además, consideramos esencial un esquema educativo que considere las PDA y la actitud hacia una vida saludable esencial para reducirlas", apuntó Montero

Con este aporte, la Universidad de Costa Rica contribuye a entender las condiciones que determinan la pérdida y desperdicio de alimentos a nivel nacional, datos que son de relevancia para el planteamiento de estrategias y acciones tanto a nivel educativo como de políticas públicas que ayuden a disminuir las PDAs y a la mejora de la productividad de los sistemas alimenticios del país.