El nivel educativo y la frecuencia de acceso a internet son parte de los aspectos determinantes en el desarrollo de habilidades digitales en las madres, padres y personas cuidadoras, las cuales impactan de manera directa en la alfabetización de las niñas, niños y adolescentes a su cargo.
Así lo determinó el análisis que realizó el investigador Rolando Pérez Sánchez del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) a partir de una encuesta desarrollada por esta unidad académica en conjunto con la Fundación Paniamor.
La investigación consultó a 1008 personas cuidadoras en el marco de la Encuesta Nacional Kids Online Costa Rica, la cual se aplicó casa por casa a una muestra representativa para todo el país y tomó como unidad muestral a niños y niñas y adolescentes entre 9 y 17 años
Según Pérez, por medio de la visita presencial se buscó que el cuestionario fuera respondido por la persona cuidadora en el hogar que tuviera más conocimiento sobre los usos de internet, a fin de identificar el mayor apoyo que podría tener el menor en el manejo del tema.
El 78.9% de las personas consultadas fueron mujeres con una edad promedio de 40 años, dato que, según el análisis, confirma que esta población asume con mayor frecuencia las labores de cuido de niñas, niños y adolescentes.
Los resultados del estudio evidencian que las personas cuidadoras con un nivel educativo más alto presentaron las mayores habilidades digitales, así como aquellas que cuentan con un acceso más constante a internet por medio de una conexión residencial y no sólo móvil.
“La calidad de la conectividad es una condición necesaria para el desarrollo de esas habilidades y si la gente solo tiene el celular con prepago cada vez que puede, eso va haciendo poco a poco una diferencia respecto a la gente que tiene acceso siempre” enfatizó el académico.
Pérez detalló que la posiblidad de tener una conexión a internet permanente en el hogar y de utilizar las redes socales de forma constante generan un “efecto compensatorio” que ante habilidades digitales reducidas plantea retos de aprendizaje cotidianos y evidencian la importancia de reducir la brecha digital en el país.
“El estarse comunicando con otros día a día plantea retos de aprendizaje, alguien comenta que vio tal cosa y entonces los demás van a buscarlo. Esas oportunidades que da la comunicación pueden verse como contextos de aprendizaje que favorecen esas habilidades” explicó Pérez.
La forma en que las personas adultas intervienen por medio de la crianza en la dinámica digital de los menores puede clasificarse en tres tipos de mediación, restrictiva cuando prohibe usos, activa cuando hace acompañamiento y por monitoreo cuando ejercerse cierto tipo de vigilancia.
Según la investigación, mientras que con las niñas y niños se aplican los tres tipos de mediación según las habilidades digitales de los adultos a su cargo, la intervención se reduce de manera significativa cuando se trata de población adolescente.
“Conforme crecen los menores las personas a su cargo dejan de estar tan pendientes. Aunque deberían seguir manteniendo la guía y el conocimiento de lo que hacen en internet, hemos encontramos que hay más una desatención que podría reducir el uso beneficioso y aumentar los riesgos” enfatizó el investigador.
El experto agregó que las personas con mayores habilidades digitales recurren más a la mediación activa con sus hijas e hijos. Por su parte, las personas con menos habilidades suelen apostar por la mediación restrictiva que, aunque contribuyen a la reducción de riesgos mediante la prohibición, no aporta a promover las oportunidades de uso.
“Se evidencia la brecha digital, porque una cosa es poner límites producto del conocimiento y otra es restringir porque como no sé. La mediación restrictiva suele prohibir desde de la falta de habilidades, mientras que en la mediación activa hay un acompañamiento y asesoría”, explicó Pérez.
El análisis concluye que una mayor mediación activa brinda a los menores mayores oportunidades de aprendizaje en el uso de internet, mientras que la mediación restrictiva podría estar asociada con mayores desventajas, pues no permite a las niñas y niños identificar y actuar ante eventuales riesgos.
La información generada por esta investigación evidencia la importancia tanto del acceso como de una conectividad de calidad, para el desarrollo de habilidades digitales y obliga a reconocer la forma en que las brechas socieconómicas pueden limitar el avance de la población en esta materia.
“Antes de la pandemia generada por el COVID-19 mucha gente consideraba que todos tenemos internet y celular, pero después de esta experiencia nos quedó claro que una cosa es tener el aparato y otra poder usarlo de forma adecuada” aseguró el investigador UCR.
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