La historiadora y directora del Instituto de Investigaciones en Arte (IIArte) de la Universidad de Costa Rica (UCR), Patricia Fumero Vargas, detalla cómo fue la celebración de los primeros 100 años de independencia en la región centroamericana, en el libro “Festejos y Símbolos: el primer centenario de la independencia de Centroamérica”.
El libro fue publicado por la Editorial UCR y forma parte de la colección Bicentenario de la Independencia de Centroamérica.
Los pueblos, los actores políticos, las manifestaciones culturales y los festejos de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica en 1921 son los objetos de estudio de la investigación.
Fumero Vargas dedicó tres años al estudio y recopilación de los principales hitos históricos que marcaron el centenario de la independencia en el istmo y mediante becas de investigación organizó un periplo para recorrer la región en búsqueda de finalizar su proyecto.
“Primero inicié con la revisión de algunos periódicos, archivos públicos y privados, ya después tuve dos o tres diferentes momentos y estancias de investigación en cada uno de los países y donde los colegas centroamericanos aportaron no solo la calidez humana sino que también el apoyo en el proceso de investigación”, comentó la autora del libro.
El texto nos transporta 100 años atrás, donde en la región centroamericana convivieron dos modelos distintos de creación del nacionalismo. Por un lado, la unión entre Guatemala, El Salvador y Honduras en lo que se llamó “El Triángulo del Norte”. Mientras que en Nicaragua y en Costa Rica existía un sentimiento mucho más nacionalista y anclado a lo invidiual.
En nuestro país, ese sentimiento inició su proceso de desarrollo desde el año 1913, cuando el sistema educativo costarricense empezó a resaltar los símbolos nacionales como elementos de unión patria.
“Desde que se inició a concebir y cantar las notas del Himno Nacional y además estudiar los símbolos nacionales, empezamos a fortalecer la idea de que somos ticos. Y este sentimiento fue aún más fuerte para 1921 porque ya más del 80% de la población había ido a la escuela”, explicó Fumero Vargas.
Mientras en los otros países del istmo, se vivían tiempos particulares en la historia. En Guatemala y El Salvador habían terminado las dictaduras, por lo que se dio una apertura política y un proceso de democratización, y por primera vez desde las leyes liberales de 1880, en Guatemala se nombró a un Arzobispo.
A pesar de esas diferencias nacionales y culturales entre los países, para setiembre de 1921, Centroamérica se volvería a unir y celebraría el centenario de vida independiente de manera conjunta.
Esta vez, la unión surgió como respuesta ante un nuevo enemigo en la zona, los Estados Unidos. Ya con mucha influencia en los distintos países, los norteamericanos tenían grandes contratos petroleros e iniciaban sus negocios con las bananeras.
Por esta razón, Costa Rica decidió participar con una representación en la celebración del centenario que se realizó en Guatemala.
“Por Costa Rica van dos niveles de representación. El primero de ellos fue político, representado por el presidente Rafael Iglesias, dos secretarios y dos mujeres que se dice fueron su esposa y su hija. También varios periodistas que fueron a cubrir el evento”. detalló Fumero.
A pesar de que la celebración magna se llevó a cabo en Guatemala y unió a los cinco países, en Costa Rica, unas semanas antes del setiembre de hace 100 años, organizó su propia conmemoración.
Desde enero de 1921 inició el proceso de organización, en el país, para la celebración de los 100 años de vida independiente. Diferentes grupos sociales planearon desde sus realidades, actividades para conmemorar esta fecha tan importante para la historia nacional.
“La mayoría de celebraciones eran organizadas por las escuelas y comunidades pero también se dieron celebraciones de organizaciones gremiales, artesanos, obreros y la Iglesia Católica, quienes básicamente desfilaban por todas las ciudades y mandaban a hacer elementos decorativos, como los arcos del triunfo”, aseguró la autora.
Uno de los sectores más importantes para la celebración de este hito fue el de las mujeres costarricenses, la mayoría de ellas mediante el Club Unionista del Partido Unionista, ya que fueron las encargadas de organizar las actividades de las comunidades mediante el sistema escolar.
Para la autora, existen varios aspectos similares entre las realidades centroamericanas del primer centenario a las actuales, principalmente en el ámbito político y económico.
Temas relacionados con aranceles y aduanas, problemas con las injerencias de un país sobre otro, disputas políticas y acciones diplomáticas sin solventar, son algunos de los detalles que desde la perspectiva de ella y después de investigar las realidades pasadas, compartimos con 100 años de diferencia.
No obstante, el principal diferenciador que encuentra entre ambas realidades es la unidad y comunicación entre los países del área y cómo en aquel entonces éramos capaces de unirnos como bloque y enfrentar los problemas como tal. Ya que para ella, trabajar en conjunto como unión centroamericana es mejor que trabajar por separado.
Patricia Fumero Vargas deja un mensaje en el marco del bicentenario de vida independiente en la región donde resalta la necesidad de replantearnos qué queremos cómo sociedad y cómo podemos seguir marcando la historia como lo sucedido hace un centenar de años atrás, en conjunto, como sociedades centroamericanas.
“Lo que yo quisiera ver es cómo llegamos a pensar en qué tipo de sociedad queremos y además qué tipo de ciudadanía queremos. Debemos pensar más en los derechos humanos y no tanto en asuntos de procedencia y de dónde viene la sangre si no vernos a todos por igual. Esta responsabilidad está en nuestras manos, es nuestra decisión”, concluyó.
El libro está disponible en la Librería UCR o en el siguiente enlace.
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