Marcela es un personaje poco común, por no decir único, en la literatura del siglo XVII. Ella mezcla características disruptivas para un personaje femenino de esa época: su discurso apela a la razón y su deseo es vivir libre en la soledad de los campos.
Miguel de Cervantes nos cuenta su historia entre los capítulos XII y XIV de Don Quijote de la Mancha. Se trata de una hermosa pastora que hace caso omiso de las pretensiones de Grisóstomo, un pastor estudiante perdidamente enamorado de ella. En términos ticos: “no le dio pelota”.
El caso es que Grisóstomo muere por su amor no correspondido y los ojos de la sociedad se vuelcan contra Marcela por su supuesta actitud altiva y egoísta, sobre todo porque Grisóstomo era uno de los muchos hombres que habían intentado seducirla infructuosamente.
Por ello, Marcela se presentó en el funeral de su último pretendiente y pronunció un discurso que no solo dejó callados a los presentes, sino que obtuvo el respaldo de Don Quijote.
- “¡No es no!”
- Pero, don Miguel, no puede poner eso así en su obra.
- ¡¿Ah, no?! Entonces, que Marcela diga lo siguiente:
“Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos: los árboles de estas montañas son mi compañía; las claras aguas de estos arroyos, mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. [...] A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras; y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo, ni a otro alguno, en fin, de ninguno de ellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad. [...] El que me llama fiera y basilisco, déjeme como cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata, no me sirva; [...] que esta fiera, este basilisco, esta ingrata, esta cruel y esta desconocida, ni los buscará, servirá, conocerá ni seguirá en ninguna manera. Que si a Grisóstomo mató su impaciencia y arrojado deseo, ¿por qué se ha de culpar mi honesto proceder y recato? [...] Yo, como sabéis, tengo riquezas propias, y no codicio las ajenas; tengo libre condición, y no gusto de sujetarme...” (cap. 14, primera parte).
Ficha técnica Biblioteca Virginia Zúñiga Tristán |
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Título: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (en dos partes) |
Tipología documental: libro |
Autor: Miguel de Cervantes Saavedra |
Ilustrador: Gustave Doré |
Editorial: Ediciones Balmes |
Año de publicación: parte primera: 2004. Parte segunda: 2005 |
Número de páginas: 1001 |
Elementos narrativos |
Narrador: omnisciente, testigo, protagonista. |
Narrador ficticio creado por Cervantes: Cide Hamete Benengeli. |
Temas y argumentos desarrollados: parodia crítica, ironía, ficción y presentación del libre albedrío de sus personajes (González Gandiaga, N., 2005), la inquisición, la libertad, los preceptos católicos y la ironía (Royano Gutiérrez, M. L., 2017). |
Contexto: Don Quijote se convierte en el símbolo del intento de mantener los valores tradicionales en un mundo que se está desmoronando. Esta interpretación de la novela se pone de manifiesto en períodos de crisis nacional, especialmente después de 1898, cuando España se sintió humillada por los Estados Unidos. El tono lo dio Unamuno con su libro La vida de Don Quijote y Sancho (1905), en el cual el Quijote se convierte en el instrumento esencial de cada comentador de la situación social y espiritual de España (Kamen, H., 2005). |
Aspectos del autor |
Fecha y lugar de nacimiento - fallecimiento: 29 de setiembre de 1547 - 23 de abril de 1616, Alcalá de Henares, Madrid - Madrid, España. |
Obras de Cervantes disponibles en la Biblioteca Virginia Zúñiga Tristán de la Facultad de Letras |
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Sinopsis |
Género literario: novela |
Novela de aventuras y caballería, gira en torno a Alonso Quijano (Don Quijote de la Mancha). Ambientada en algún lugar de La Mancha-España, a comienzos del siglo XVII. Quien por leer tantas novelas de caballería y aventuras fantásticas, termina creyéndolas y desviándose de la realidad. Nombra a un empleado suyo su escudero personal, Sancho Panza, con quien transforma la realidad en diversas aventuras. Su deseo es ayudar a los más pobres, siempre buscando el amor de Dulcinea del Toboso (campesina llamada Aldonza Lorenzo). |
Frase del libro |
Parte segunda, capítulo III, página 28: “No hay libro tan malo —dijo el bachiller—, que no tenga algo bueno”. (Cervantes, 2005, vol. 2, p. 28)
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