En el 2002, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estableció el 21 de mayo de cada año como el Día Mundial de la Diversidad Cultural, a fin de promover el reconocimiento de esta temática en las acciones diarias de la vida cotidiana.
Como fiel reflejo de la sociedad costarricense, la comunidad UCR es sumamente diversa y se nutre cada día de los diversos orígenes y culturas que aportan sus estudiantes, personal docente y administrativo.
La cubana Yanet Martínez Toledo y el chileno Adrián Vergara Heidke son parte de los 96 extranjeros que en la actualidad enriquecen el cuerpo docente de la Institución, quienes proceden de 27 países alrededor del mundo.
Toledo llegó a Costa Rica hace 13 años y actualmente reside en Cartago. Es docente e investigadora en la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (ECCC) y, además, dirige el Centro de Investigación en Comunicación (Cicom).
Según la académica, la tradición musical en Cuba es muy importante y reconoce que las letras de muchas canciones se han vuelto un lazo con la vida cotidiana de su país de origen a pesar de la distancia, así como un motor de nostalgia y conexión con sus raíces.
“La música que nos gusta y amamos forma parte de la banda sonora de nuestras vidas. Y, por tanto, alimentan el recuerdo. Un lugar en el que pienso mucho es el mar y el malecón de La Habana: lugar de encuentros y de límites”, asegura.
Martínez comparte con la comunidad de la UCR la canción “Futuro inmediato” del cantautor cubano Santiago Feliú, pieza con la cual se siente muy identificada y que, asegura, también resulta muy representativa para una generación de su país.
Por su parte, Vergara confiesa que llegó al país movido por el amor, porque la madre de sus dos hijas es costarricense. Lingüista de profesión y con casi 2 décadas de haber salido de su Chile natal, este docente de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura (EFLL) considera que es difícil pensar en una sola manifestación cultural que represente a toda la población chilena, porque —como todos los demás países— es una nación multicultural, tanto por la influencia de migrantes como por el desarrollo de cada zona y grupo social del país.
“Sin embargo, creo que la manifestación cultural que más aprecio y que se repite en distintos grupos sociales es la de organizar, invitar y hacer un asado. Estas actividades sociales son privadas, alguien abre su casa para recibir a un grupo de familiares, amigos, colegas, no es necesario que sean cercanas. Es una actividad donde prima la horizontalidad, la cooperación, la solidaridad (todas las personas aportan e intentan ayudar en algo), la compañía; una actividad en la que se estrechan sinceramente los lazos personales. No hay como cocinar, comer carne y ensalada y beber un buen vino compartiendo con otras personas”, destacó este investigador del Instituto de Investigaciones Lingüísticas (INIL).
Entre la vasta y rica producción literaria y musical de su país, Vergara se siente identificado con el poema “Coplas del vino” del libro “La cueca larga” de Nicanor Parra, editado en 1958.
El personal administrativo de la Institución cuenta con 21 personas extranjeras procedentes de ocho países distintos. La nicaragüense Elia Incer Solís y el colombiano Sebastián Avendaño son parte de esta diversidad cultural.
Incer llegó al país hace 42 años, tenía apenas siete meses de edad cuando sus padres decidieron emigrar a Costa Rica en busca de una mejor calidad de vida. Se adelantaron unos pocos días al inicio de la guerra civil en su natal Nicaragua.
La archivista, que labora en la Vicerrectoría de Acción Social y reside en Alajuelita, destaca su aprecio por la gastronomía nicaragüense y en particular por los platos como el baho, el salpicón y el quesillo, los cuales disfruta en la cocina de su familia y durante los viajes que realiza a su país de origen.
La funcionaria quiere que la población de la UCR conozca la canción “Nicaragua, Nicaragüita”, del músico, compositor y cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, la cual a su criterio representa muy bien su sentir respecto al país que la vio nacer.
Por su parte, Avendaño vive en Costa Rica desde hace 20 años, llegó cuando las condiciones políticas, económicas y de seguridad en Colombia motivaron a sus padres a buscar en otro país la estabilidad que querían para su familia.
Este vecino de La Unión de Tres Ríos trabaja como productor audiovisual en Canal Quince UCR y asegura que, sin importar el lugar donde vivan, los colombianos mantienen presente sus raíces por medio de la música, las festividades y la comida.
El funcionario comparte con los estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad la canción “Yo me llamo Cumbia”, de la cantante de música folclórica colombiana Sonia Bazanta Vides, identificado con parte de la letra que dice: “y mis hombros son un par de maracas que besa el sol, y enredo en la luna con las estrellas toda mi voz”.
La población estudiantil de la Institución incluye 940 extranjeros procedentes de 39 países y una persona apátrida. Dentro de este grupo se encuentran la colombiana Laura Yinet Gil Montes, estudiante de Odontología, y el peruano José David Regalado Alvarado, estudiante de Física.
Laura llegó al país el 7 de marzo del 2001 acompañada de sus padres, quienes huían de los conflictos guerrilleros de la zona donde vivían. Primero, se movilizaron internamente del campo a la ciudad, pero descubrieron que la única forma de conseguir la paz era saliendo de Colombia.
En Costa Rica, la familia se asentó en Nicoya, desde donde Laura sigue sus estudios a distancia por motivos de la pandemia por COVID-19. Para ella, es difícil hablar de solo una manifestación cultural de la tierra que la vio nacer, pero confiesa que le encanta el baile.
“Cada región del país tiene su ‘toque’. Los bailes originarios con sus trajes típicos y la música, que también es característica, demuestran las cotidianidades de cada lugar. Cada vez que he tenido la oportunidad de estar en una presentación de bailes típicos de Colombia se me ha erizado la piel, es para mí una explosión de sonidos, colores y movimientos que me vuelan la cabeza”, manifestó.
De toda la inmensa gama de expresiones musicales colombianas, Laura se siente identificada con la canción “La invitación”, de Jorge Celedón, porque hace un recorrido por diversas manifestaciones culturales y paisajes del país suramericano.
Un poco más al sur se encuentra el país que vio nacer a José David, quien emigró de Perú hace casi 5 años por motivos de estudio. Él combina su carrera de Física con labores de servicio al cliente y asegura que la manifestación cultural que más aprecia de su nación es el carácter determinado de las personas. “Cuando el peruano decide hacer algo lo trabaja hasta lograrlo”, subrayó.
José David manifiesta sentirse identificado con la canción “Cuando pienses en volver”, de Pedro Suárez-Vértiz. “La escuchaba mucho de pequeño y me gustaba mucho la letra, pero no la entendía por completo sino hasta cuando decidí irme del país y un párrafo de la canción se quedó grabado en mí”:
"Puede ser que en tu tierra no había dónde ir,
puede ser que tus sueños no tenían lugar,
pero solo en tu cuarto tú tendrás que admitir
que podía haber pobreza, pero nunca soledad".
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