¡Qué mejor manera de celebrar el Día Mundial de la Poesía con poesía! Para ello, le pedimos a 5 poetas de la Facultad de Letras que compartieran algunos de sus poemas y describieran, en pocas palabras, lo que ha significado la poesía en sus vidas. En esta ocasión, conoceremos a Juan Carlos Saravia Vargas.
"La poesía es ese lenguaje multicolor que surge desde lo más profundo del espíritu humano, a veces en forma sutil, como una lágrima, a veces con la fuerza de una explosión volcánica, pero que siempre nos sacude del estupor de la cotidianidad y nos coloca frente a una visión inefable del universo".
El pájaro en la rama
Se posó el pájaro, ufano, en la rama más alta,
hinchó su pecho y gritó, altanero:
"¡Porque en el asiento no confío, sino en mis alas,
a las alturas no temo!"
Con un crujido deliberado, la rama se partió,
y el árbol, con acento de madera, replicó:
"Entonces vuela, ave, y quédate en el cielo".
El amor
El amor no tiene género
Ni tiene color
El amor no tiene religión
El amor no tiene edad
Ni tiene grupo étnico
El amor no tiene etiquetas
Pero el amor tiene reglas
Muchas y complicadas
como la guerra
El amor sí tiene una etiqueta
con un precio altísimo en ella
Noches de tormenta
Me gustan las noches oscuras cuando llueve fuerte
y regreso a casa por completo empapado
el mundo, por fin amigo, llora mi suerte:
mis lágrimas con las del cielo se han juntado.
Me gustan las noches oscuras con tormenta
cuando rugen los cielos por rayos azotados,
pues los temores que mi corazón amedrentan
con cada trueno saltan y se alejan asustados.
Me gustan esas noches tétricas, encapotadas
que al ver la soledad mi corazón en mi devorando
vierten furiosas cubetas en mi alma atribulada
y la usurpadora huye a nado, resoplando.
Oscuridad y tormenta disuelven formas y penas,
por tanto, amo las noches negras sin estrellas:
indiferente, el día inyecta dolor en mis venas,
mas, sin luz, su aguja en mí no deja huellas.
Nunca
Nunca he contemplado desde la arena
al sol rojo hundirse en el mar tras su faena;
nunca mi corazón ha latido desbocado,
detrás del volante de un auto acelerado;
tampoco he sufrido la experiencia
de que el alcohol ahogue mi conciencia;
con todo, no pienso que sea mi vida
una película gris, sosa y aburrida.
Nunca al éxito he concebido
como una eterna competencia sin sentido;
nunca me ha servido el dinero
como un mapa hacia aquello que más quiero;
tampoco, arrogante, he sostenido
que soy mejor que un gato en el camino,
pues la pretensión envidiosa y desmedida
ensucia discretos manantiales de alegría.
Nunca he declarado como victoria
el sufrimiento de aquél que me odia;
y aunque no pueda ofrecer, como Martí,
una rosa blanca a mi enemigo febril,
pues jamás poseí retoños, ni regadores,
tampoco un jardín, ni semillas, ni azadones,
quiero al menos mis horas queridas
nunca usar abriendo a otros heridas.
Juan Carlos Saravia Vargas posee una maestría en Literatura Inglesa de la Universidad de Costa Rica. Actualmente se desempeña como profesor a tiempo completo para la Escuela de Lenguas Modernas (UCR), donde ha laborado por más de 20 años como docente e investigador. Ha publicado artículos sobre tecnología y literatura, además de poemas y cuentos en revistas y libros nacionales e internacionales. Entre sus proyectos de investigación se encuentran: “Violence as an Agent to Preserve Social Stability: A Comparative Analysis of Human Hunts in Contemporary Movies and Fiction”, “Trapped in the Dark: The Presence of Children in Gothic Literary Texts, Movies, and Video Games” y "Tormented Minds: The Representation of Mental Illnesses of Children and Teenagers in Literary Texts, Movies, and Video Games".