Quienes la conocieron, la recuerdan como una persona bondadosa, sensible y empática. Grace Herrera Amighetti dejó no solo un valioso legado artístico y pedagógico a la sociedad costarricense y a la Universidad de Costa Rica (UCR), sino también importantes enseñanzas sobre la reivindicación y aporte de la mujer en el ámbito artístico.
La docente y artista plástica costarricense nació en San José en el año 1935, en el seno de una familia de artistas. Hija del músico Carlos Herrera González y la modista Virginia Amighetti Ruiz, hermana del reconocido pintor costarricense Francisco Amighetti Ruiz, Grace Herrera cultivó una larga carrera como pintora en la cual destacó su habilidad con la acuarela.
Según describe el también profesor emérito de la Escuela de Artes Plásticas, Luis Paulino Delgado, el paso de la docente por la UCR comenzó en la Escuela de Trabajo Social donde obtuvo su primer título y trabajó en la Oficina de Bienestar y Orientación, lo que haría que se destacara más adelante como una persona con una gran sensibilidad humana.
Debido sus dotes naturales para el arte por herencia familiar y por el ambiente en el que se crio, luego de dedicar algunos años a la crianza de sus hijos, Grace volvió a las aulas de la Institución a cumplir su sueño y completó sus estudios en el área del arte siendo una alumna sobresaliente. Esta cualidad fue el motivo por el cual más adelante sería nombrada en la Cátedra de Diseño.
En 1976, se graduó como Licenciada en Artes Plásticas con énfasis en Pintura y ese mismo año fundó su primera galería en asociación con Georgina Pino y Blanca Ruíz, llamada Galería Sokari. Más adelante, en 1987, participó como socia fundadora de la Galería 825 junto con otras personas, entre ellas Luis Paulino Delgado.
“En la época en la que vivió doña Grace, el arte se percibía de una forma aún más machista. A las artistas mujeres les costaba más lograr un reconocimiento a nivel internacional y en ese sentido, ella siempre fue una luchadora por remar contra ese prejuicio de ser artista y madre”, comentó el director de la Escuela de Artes Plásticas, Olger Arias.
Grace Herrera Amighetti fungió como docente de la Escuela por 19 años y cinco de ellos fue subdirectora. Asimismo, se desempeñó como vicedecana de la Facultad de Bellas Artes. El 26 de noviembre de 2007, fue declarada como profesora emérita de la UCR.
“Ella rompió con esos prejuicios y tabúes, incluso en ambientes donde los roles políticos recaen sobre figuras masculinas. Su legado más trascendental fue haber podido romper con esas brechas de género que aún persisten y establecerse como una profesional apreciada y respetada”, afirmó el director de la Escuela de Artes Plásticas.
Dentro de su carrera artística destacan otros logros como la presentación de 30 exposiciones individuales, 75 colectivas y la participación en numerosas Bienales de arte internacionales. En el 2004 se le nombró como presidenta de la Asociación Costarricense de Acuarelistas. También fue curadora, asesora y museógrafa de la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Costarricense Norteamericano.
En reconocimiento al legado de la artista, la Facultad de Bellas Artes y la Vicerrectoría de Acción Social publicaron el libro titulado Grace Herrera Amighetti y la polifonía de lo artístico: un viaje por su mundo visual, libro que busca destacar parte de su obra y las principales ideas con las que consiguió transformar la enseñanza del arte.
La creación colectiva del libro, liderada por el historiador de arte Efraín Hernández, se centra en la maduración de la obre de Herrera enfocándose en temas como la figura femenina, la familia y los bodegones.
“Era tan creativa, tenía una gran sensibilidad social que uno lo puede ver en los grabados, en sus dibujos. La figura humana fue muy importante y siempre, toda obra que ella realizaba, tenía una motivación. Plásticamente tenía un gran dominio, pero sus obras encierran un gran contenido de carácter social”, destacó el también docente emérito Luis Paulino Delgado.
En el año 2012, recibió el Premio Nacional Aquileo Echeverría. Sus obras son diversas y van desde las acuarelas, óleos y acrílicos, hasta las muestras bidimensionales. Dentro de su aporte académico, también destaca la reformulación del Trabajo Comunal Universitario de la UCR, así como de los Seminarios de Realidad Nacional.
Con respecto a las enseñanzas que Grace Herrera Amighetti puede transmitir con su legado y obras a las nuevas generaciones, Delgado menciona que fue una persona que dejó sembrada la semilla para que cada quien tenga la posibilidad de crecer de acuerdo con su propia visión de mundo y posibilidades artísticas.
“Cada artista tiene que ser independiente, pero ella consolidó eso. Cada persona que se acercaba a ella como amistad o estudiantado, la estimuló para que ella se pudiera desarrollarse libremente con su propio sentir y proyección del trabajo artístico. Fue una artista completa”, añadió.
Sobre esta misma línea, el director de la Escuela de Artes Plásticas detalló que es importante que se vaya percibiendo cada vez con más trascendencia el papel de las mujeres artistas en la sociedad y a nivel pedagógico. “Doña Grace rompió con los esquemas de violencia de profesores hacia estudiantes dentro de la Escuela. Ella señalaba más las virtudes que los errores”, concluyó.
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