Sin el respaldo de la investigación científica, Costa Rica no hubiera podido posicionarse en el mapa mundial como un país que vale la pena conocer. Si a usted alguien le dijera eso, quizás no le creería. Sin embargo, lo cierto es que la ciencia ha estado detrás del desarrollo de la industria turística de nuestro país. Y, en este logro, el aporte del biólogo marino Jorge Cortés Núñez ha sido clave.
El conocimiento de la riqueza que habita en nuestros mares no se podría describir sin dejar de mencionar a este biólogo, especialista en arrecifes coralinos y biodiversidad marina. Sus trabajos fueron pioneros en estas áreas y motivaron a otros investigadores a continuar por la misma senda.
Cortés está convencido de que la generación de conocimiento ha servido para colocar al país en el mapa mundial y para avanzar en la conservación de nuestros recursos marinos. La relevancia de los océanos para Costa Rica y el planeta es uno de sus principales intereses.
“La importancia de la investigación científica en un país como Costa Rica y que esta se publique estriba en que nos pone en el mapa mundial como un lugar interesante. No es casualidad que la BBC, Nat Geo y otras empresas (tales como las japonesas) vengan a hacer documentales. Esa es la razón por la que vienen tantos turistas. Esta es una contribución de la ciencia que no se aprecia ni comenta”, afirmó el científico.
Actualmente, este académico labora en la Escuela de Biología y es investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR), del cual ha sido director y subdirector.
A lo largo de cuatro décadas de trayectoria universitaria y 25 años de ser catedrático, Cortés ha contribuido a la formación de decenas de profesionales y de investigadores en el campo de las ciencias marinas. Ha sido tutor de seis trabajos de licenciatura, 27 de maestría, dos de doctorado y cuatro de posdoctorado, además de formar parte de 36 comités de tesis de grado y posgrado.
Su trabajo académico trasciende las fronteras nacionales. Muestra de ello es su participación en numerosos programas científicos internacionales en representación de Costa Rica y en expediciones marinas junto a reconocidos científicos de países como Estados Unidos.
Al respecto, el biólogo ha organizado 14 expediciones científicas, en su mayoría a la Isla del Coco, y también ha participado en nueve expediciones junto a otros investigadores, entre las que sobresalen a la Isla del Coco y Osa, en el Pacífico, como parte del programa Pristine Seas, de National Geographic.
A la par de sus investigaciones, Cortés ha promovido la idea de que como sociedad volvamos la mirada al mar para conocer la riqueza que encierra y conservarlo. Desde la creación de la red de parques nacionales de Costa Rica en la década de los años setenta, se pensaba solo en la biodiversidad terrestre y se le daba poca importancia al mar.
Sus primeros trabajos fueron sobre los arrecifes coralinos en el Caribe costarricense, que abarcaron su descripción y el impacto de la actividad humana y natural en estos ecosistemas marinos de gran importancia para el planeta.
Además, Cortés estableció un programa de monitoreo de los pastos marinos y manglares en esa costa del país, que aún se mantiene y ha permitido conocer el funcionamiento y los ciclos naturales de estos ambientes.
En el campo de la biodiversidad presente en nuestros mares, el científico es autor del libro Marine Biodiversity of Costa Rica, Central America (Biodiversidad marina de Costa Rica, América Central), junto al también biólogo marino Dr. Ingo Wehrtmann.
El estudio mostró que el país es una de las zonas de más alta diversidad biológica en sus mares, en comparación con otras naciones más grandes que Costa Rica.
Sus investigaciones en la Isla del Coco, con la participación de investigadores de diversas áreas de la UCR y de la Universidad Nacional (UNA), constituyen los primeros aportes nacionales al descubrimiento de muchos organismos marinos en este parque nacional.
Durante seis años, Cortés coordinó y organizó varias expediciones científicas a la Isla, con financiamiento del Gobierno de Francia y del Consejo Nacional de Rectores (Conare), que dieron como resultado cerca de 40 publicaciones.
Del 2017 en adelante, el investigador se ha dedicado al estudio del mar profundo, con el objetivo de descubrir la vida en el fondo marino. Este interés lo ha llevado a participar en varias expediciones para descender a miles de metros en el océano Pacífico de Costa Rica, a bordo de embarcaciones estadounidenses.
“Ya hay mucho más conocimiento de esas zonas profundas y de la importancia de su conservación. Antes ni nos imaginábamos lo que había allí”, comentó.
Por su alto costo económico y la necesidad de disponer de embarcaciones apropiadas y de tecnología, estas expediciones no hubieran podido ser efectuadas por la UCR. Por esta razón, los científicos nacionales, como Cortés, se asocian con destacadas universidades para hacer investigación de forma conjunta.
El Dr. Cortés ha sido también el mentor de reconocidos investigadores de la UCR, que hoy ocupan destacadas posiciones en el Cimar y en diversos países. Con su trabajo, algunos científicos y científicas han logrado forjar un nombre como especialistas en su campo. La Dra. Odalisca Breedy Shadid es una de ellas, a quien se le reconoce como una autoridad mundial en octocorales.
“Como profesor eso es lo mejor que le puede pasar a uno, cuando ya los estudiantes empiezan a enseñarle”, dijo.
En la actualidad, Cortés sigue publicando trabajos acerca de la biodiversidad marina del país y coordina el proyecto Bio-Mar sobre esta temática, que se desarrolla en el Área de Conservación Guanacaste (ACG) del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinac) del Ministerio del Ambiente.
El profesor e investigador está próximo a jubilarse, aunque espera seguir colaborando y estimulando a otros amantes de la biología marina que, como él, buscan aportar conocimiento sobre lo que tenemos en nuestros mares y costas, y sobre la riqueza que estos nos dan como sociedad.
El Dr. Jorge Cortés Núñez obtuvo con honores el bachillerato en Biología en la Universidad de Costa Rica (UCR) en 1978. Posteriormente, realizó estudios de maestría en la Universidad McMaster de Ontario, Canadá, y de doctorado en Biología Marina en la Universidad de Miami, Florida, Estados Unidos.
El profesor de la Escuela de Biología e investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) comenzó como profesor interino en la UCR en 1981 y en 1996 fue nombrado catedrático.
En 1982, fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias Clodomiro Picado Twight, por un estudio sobre la sedimentación en los arrecifes coralinos de Cahuita, en la costa sur de Limón. Todavía esta investigación es muy citada por la comunidad científica internacional.
A lo largo de su carrera, el biólogo se ha destacado por su alta producción científica. Esto le valió en el 2019 el certificado de distinción por ser el docente del área de Ciencias Básicas de la UCR con el mayor puntaje del Régimen Académico.
Ha publicado más de 290 trabajos científicos y de divulgación, los cuales recogen los resultados de su trabajo de investigación. Es autor de un libro, así como editor de dos libros y de 17 suplementos especiales de revistas.
Desde el 2012, es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica.
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