“No es aceptable que en la UCR se gane más por antigüedad que por mérito. Eso genera la existencia de salarios que están fuera de los límites razonables, son muy pocos, pero existen”, señaló el vicerrector de Administración.
El rector de la UCR adelantó que, en el marco del Consejo Nacional de Rectores (Conare), se dará a conocer una propuesta para actualizar la política salarial de las universidades públicas a las condiciones económicas del país.
De acuerdo con el gráfico, entre los años 2017 y 2019 se dio un crecimiento en el pago, tanto del salario base como de los otros componentes salarios, de manera que en este período se mantuvo un crecimiento desacelerado, aún más pronunciado en el 2020, donde incluso la suma de los otros componentes (pluses) tuvo una disminución del 2,10 %.
A lo interno de la UCR, las autoridades trabajan por conformar una comisión que estudiará la transformación de las escalas salariales. Este esfuerzo completaría la labor que se ha venido realizando para contener el gasto por remuneraciones.
El salario base en la Universidad de Costa Rica, que es bajo, se reporta por separado al de la categoría académica. Eso hace ver erróneamente que lo que una persona gana por ser catedrática dé la apariencia de ser un plus, cuando en realidad no lo es.
La Universidad de Costa Rica emplea a un total de 10 000 personas funcionarias que tienen un salario promedio de ₡1 300 000 colones (con datos a mayo 2020). Los salarios altos de ₡4 000 000 o más, que representan cerca de un 3 % de total, corresponden en su mayoría a personas con más de 30 años de servicio. Al respecto, las autoridades afirman que se está en proceso de reformular el sistema para evitar que sea la antigüedad y no el mérito lo que defina la remuneración.
La Universidad aclara que sí ha trabajado en racionalizar el gasto en salarios. Además de la ralentización de su crecimiento, solo en el 2020 se registró una reducción de más de ₡ 2 300 millones en lo presupuestado para ese rubro. Lo anterior como producto del congelamiento de plazas, limitación a tiempos contratados, limitación al pago de horas extra y específicamente se bajó la anualidad de 3,75 % a 1,94 % en puestos profesionales y a un 2,54 % en puestos no profesionales. También se congelo el escalafón y no se dieron aumentos por el costo de vida en el 2020, ni se contempla hacerlo en el 2021.
A lo largo del tiempo se puede contemplar una disminución de la proporción del presupuesto dedicado a remuneraciones, el cual era de un 72 % hace cinco años, mientras que en la actualidad esa proporción es del 67 %. Se trata de un esfuerzo que ha sido constante desde el 2012.